Gracias, Fernando Argenta por...

El pasado mes de diciembre se cumplía el primer aniversario de la muerte de Fernando Argenta. Javier Atance Ibar, coautor con el mítico músico del método “Siente la música” para Educación Primaria en Pearson Educación, le escribe este emotivo memento póstumo.

GRACIAS, FERNANDO, POR…

  • Bajar a la música del podio en que estaba y ponerla a ras de suelo, accesible para todos.
  • Explicarnos que hay cosas que sólo las oímos en silencio.
  • Enseñarnos que la música es la forma más bonita de expresarse y comunicarse que existe.
  •  Abrirnos las puertas del mundo de la buena música y dejarnos entrar de tu mano. Conocer que la historia de una pieza musical transforma su sonido para siempre y eso es lo que tú has conseguido, que la música clásica suene diferente y atractiva.
  • Hacernos pensar en la música como en un menú y demostrarnos que para tener una dieta equilibrada no se puede comer lo mismo todos los días.
  • Pasar de explicaciones de conservatorio, más apropiadas para los músicos profesionales y demostrar a los que sólo pretenden ser aficionados, que la música no fue hecha para comprender sino para sentir.
  • Iniciar a los más pequeños en la carrera de la vida emocional y ayudarnos en la dura tarea de educarles musicalmente.
  • Tantos regalos para el alma y el oído como nos has dado en décadas de años de dedicación a la divulgación musical.
  • Mostrarnos que el futuro de la música está en los niños y que la ventaja del futuro es que llega cada día.
  • Ayudarnos a desarrollar la personalidad, porque la música clásica es siempre una excelente herramienta para la comunicación, la relación, el comportamiento, el conocimiento propio…
  • Rebuscar entre tantos archivos y materiales sonoros como contabas en tu casa, esas melodías pensadas para ser escuchadas con el corazón poniendo pomada al alma.
  • Hacernos selectivos en lo que escuchamos y tener respeto por la música de calidad estimulando la fantasía y creando sensaciones que hacen brotar las emociones cuando escuchamos música.
  • Seleccionar esas músicas que hacían posible que nuestra soledad se poblase de repente y enseñarnos al mismo tiempo a seleccionar y comprender que hay músicos de culto y músicos que hay que ocultar porque teniendo los primeros, para que queremos los otros…
  • Hacernos ver que la música es buena o mala, no clásica o popular.
  • Presentarnos con fragmentos breves pero intensos la gran música, como la ópera, que representa la unión perfecta de dos géneros con vidas independientes, teatro y música, que unidos no se suman, se multiplican.
  • Enseñarnos que hay una música clásica para cada ocasión, para cada momento, para cada emoción, para cada sentimiento…
  • Hacer de la colección de CDs de Clásicos populares el mejor regalo que podíamos hacer a nuestros seres queridos, sabiendo que cuando regalas música regalas amor.
  • Estar presente en la música de tres generaciones, algo que sabemos no es fácil, pero sí debe ser muy gratificante.
  • Hacer que la música clásica fuera el pan de cada día para nuestros oídos.
  • Poner a nuestro alcance músicas relajantes que nos ayudaban a resolver nuestros pesimismos momentáneos y así no tener necesidad de malgastar en otras terapias cuyos resultados nos ofrece, gratuitamente, la música.
  • Por todo lo que sabías, pero sobre todo por compartirlo con nosotros.
  • Concienciarnos de que la música clásica es intemporal, después de décadas siguiéndote, somos testigos de que los únicos que están de moda siempre, son los clásicos.
  • Animarnos a avanzar y demostrarnos que para disfrutar a tope en música, no vale con saber oír, hay que saber escuchar.
  • Arrancarnos siempre una sonrisa y un estremecimiento placentero, nacido desde nuestra admiración, complicidad y respeto al escucharte cada día.
  • Mostrarnos la magia de la música, capaz de detener el tiempo y volverlo a repetir a nuestra voluntad, lo que la hace increíble y fantástica.
  • Enseñarnos a escuchar música de forma divertida porque sabías que cuando algo es duro, debe suavizarse en sus inicios haciendo que la escucha sea lúdica.
  • Demostrarnos que escuchar música clásica no exige ritos, ni ceremonias, ni formalismos de ningún tipo, sino que debemos convertirlo en rutina cotidiana como hacemos con cualquier otro tipo de música.
  • Dar testimonio de generosidad y esfuerzo incansable, de solidaridad con tus compañeros en la radio, y como no por tu amistad, sensibilidad, complicidad, cultura y talento.
  • Demostrarnos que algunas páginas de la música clásica que llevan siglos emocionando a tantos millones de personas en todo el mundo podemos aplicarles todos los calificativos que se nos ocurran menos uno, aburridas.
  • Despertar vocaciones musicales entre los niños y ver, pasados los años, que la música es una llave que abre muchas puertas, incluso las del trabajo.
  • Facilitarnos los buenos recuerdos. Cada pieza de música clásica que volvemos a escuchar ahora, como las buenas fragancias, nos devuelve recuerdos y nos emociona como nos emocionó la primera vez que la escuchamos de tu mano...
  • Tener algunos críticos entre los puristas musicales, pasar de ellos y haber seguido haciendo toda tu vida tus programas con libertad, a tu modo y manera. Como decía Isacc Stern, importante violinista de los suyos: "Los críticos son como los eunucos, saben... pero no pueden".
  • Gracias por hacer lo que hacías, pero sobre todo por hacerlo como lo hacías, y gracias también por contagiarnos la afición a la música en directo y hacernos ver que seguramente se pueda vivir sin orden.., pero nunca sin “concierto”.

организации и предприятия предприятия ярославля.