Orientando al emprendimiento

Emprender es “prender” la mecha de la motivación para buscar ese algo que va a dar sentido a nuestra vida, nos hará disfrutar y hacer nuestros sueños realidad creando una empresa que nos permita vivir y no sobrevivir. Por Javier Atance Ibar, Presidente de la Junta Directiva Sección Profesional de Orientadores, Pedagogos y Psicopedagogos.

Nos creemos que acabamos de inventar la palabra emprendedor y resulta que tiene siglos, aunque no siempre haya significado lo mismo; Richard Cantillon, (publicó ya en 1755), que “un emprendedor es la persona que compra a precio cierto para vender después a precio incierto, asumiendo el riesgo y la incertidumbre del negocio” y algo así sigue siendo ahora, una aventura que te hace rico o te arruina, pero que si lo consigues, habrás hecho realidad tus sueños, haciendo además un favor a la sociedad y a otras personas a las que podemos ofrecer puestos de trabajo que nacen casi siempre así…, de emprender y crear empresas y oportunidades de negocio.

Sabemos que el emprendimiento es el futuro de muchos alumnos, pero seguimos sin orientarles hacia el mismo. Los programas escolares no dedican mucho tiempo a crear cultura emprendedora dando información adecuada para que el alumnado creativo e innovador que tenemos en nuestras aulas desarrolle habilidades y estrategias que le permitan en el futuro atreverse a ser emprendedor haciendo realidad sus sueños.

Es necesario cambiar el concepto de orientación tradicional hacia unos estudios reglados que nos permitan conseguir un puesto de trabajo en algo para lo que estamos capacitados y con la finalidad única de conseguir un trabajo, por un nuevo modelo orientador que permita también a los más capacitados y atrevidos a emprender sus propios negocios y convertirse en sus propios jefes con capacidad de liderazgo con sus equipos de trabajo.

No tiene sentido no aceptar las nuevas circunstancias de trabajo y tener temor a los retos que van a suponer ajustes para aceptar los cambios. Tampoco tiene ya mucho sentido enseñar exclusivamente conocimientos, legislación, normas, teorías y prácticas laborales cuya explicación varía a los pocos años, sino enseñar pensando en que cada cierto tiempo debemos reciclarnos y actualizar lo que sabemos, por lo que es necesario adquirir capacidades que nos permitan para siempre saber estudiar, aprender a pensar, enseñar cómo consultar, dotarnos desde la escuela de herramientas, técnicas y recursos para la creación y actualización de conocimientos, la formación permanente y la puesta al día en las TIC que no dejan constantemente de evolucionar.

Los orientadores, especialmente con el alumnado de secundaria y bachillerato, debemos dar nuestro consejo orientador y ayudar a los jóvenes en el difícil proceso de elección de unos estudios y una carrera según sus capacidades y aptitudes, consejo que hasta ahora, no ha tenido muy en cuenta el dirigirlos hacia el emprendimiento si observamos posibilidades en algunos casos.

Antes de orientarles hacia una carrera concreta que estudiar, como se ha venido haciendo desde siempre, debemos hablar con nuestros alumnos primero para que nos expresen sus inquietudes, ilusiones, aptitudes y capacidades para que puedan desarrollar al máximo su vocación y su talento, es decir, aquello para lo que ellos se sientan más capacitados y luego informarles de las posibilidades emprendedoras para crear sus propios puestos de trabajo que les permitan desarrollar su vocación y su talento. Por cierto, si ese trabajo no existe, mostrarles ejemplos de jóvenes emprendedores que lo crearon y se convirtieron en sus propios jefes, algo que está abierto a todos, si tenemos alguna capacidad especial y ganas de ofrecerla a la sociedad y a los demás.

Como orientadores responsables y pensando en el futuro del alumnado, debemos iniciarles en el emprendimiento teniendo en cuenta las siguientes consideraciones:

- Conocer previamente las capacidades y aptitudes emprendedoras que algunos alumnos demuestran tener.

- Ayudarles a potenciar las habilidades emocionales que va a necesitar tener interiorizadas y asumidas para triunfar en su intento.

- Dotarles de argumentos, consejos y razones que les ayuden a inclinar la balanza hacia lo que les resulte mejor para su futuro.

- Invitarles a asumir riesgos y tener actitudes positivas hacia el fracaso.

- Enseñarles que cuando uno se cae, se levanta y continúa con más fuerza y que de los errores siempre se aprende.

- Apoyarles en la toma de decisiones.

- Actuar con acierto y sin dudas y compartir con la familia las decisiones.

Las razones y motivos para emprender y crear nuestro propio negocio en un futuro pueden ser muchos y variados, por ejemplo:

  • Poner en marcha una idea creativa que nos rondaba en la cabeza desde siempre.

  • Seguir las huellas de personas que admiramos, muchas veces el ejemplo de algún familiar.

  • Continuar la tradición familiar pero actualizando el negocio y adaptándolo a la nueva realidad.

  • Mejorar la posición personal en la sociedad y querer llegar lo más alto posible.

  • Por la propia autorrealización personal.

  • La imposibilidad, después de haberlo intentado todo, de encontrar un puesto de trabajo.

  • Poner en práctica, pero mejorado con nuestras ideas, lo aprendido antes en otras empresas en las que hemos trabajado.

  • Desarrollar en la práctica, con aportaciones personales innovadoras, los estudios o la carrera cuya titulación hemos obtenido.

  • No depender de ningún jefe y crear un trabajo libre e independiente.

  • Contribuir a la economía familiar que necesita de nuestro apoyo económico.

  • Mejorar la capacidad económica.
  • Tener unos horarios que nos permitan vivir mejor y conciliar la vida familiar.

  • Crear riqueza para el país y crear si nuestra empresa se consolida y triunfa, nuevos puestos de trabajo para otros.

Víctor Hugo decía que: “el futuro podía adoptar varios nombres, para los débiles era lo inalcanzable; para los temerosos, lo desconocido; para los valientes, la oportunidad”, así, en esta última acepción de oportunidad, debe entenderse el futuro para muchos de nuestros jóvenes y sólo si somos emprendedores la aprovecharemos.

Debemos inculcar en nuestro alumnado habilidades emprendedoras, y que tomen conciencia de que para crecer y prosperar, muchas veces hay que romper las reglas de juego, ser inconformistas, valientes y atreverse a emprender, a innovar y a crear nuevos caminos que antes no existían o nadie los había descubierto.

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