MUERE DAVID ROCKEFELLER , EL ÚLTIMO REPRESENTANTE DE UNA DINASTÍA MÍTICA

El multimillonario financiero David Rockefeller, influyente filántropo y nieto del fundador de la dinastía Rockefeller, falleció a los 101 años. Rockefeller era el único nieto vivo de John D. Rockefeller, el magnate que fundó la Standard Oil Company en el siglo XIX y a partir de la cual construyó una fortuna que le llevó a ser el primer multimillonario de Estados Unidos. El conocido banquero presidió durante años el Chase Manhattan Bank y fue fundador de la Comisión Trilateral, creada en 1973 y considerada una de las organizaciones privadas más influyentes del mundo. Con su muerte, termina la dinastía más ligada al capitalismo ya que es era, hasta el momento el último miembro de la saga que fundó su abuelo, John D. Rockefeller, considerado todavía el estadounidense más rico de todos los tiempos.

David Rockefeller, último hermano vivo de la tercera generación de la familia Rockefeller, ha fallecido a los 101 años de vida. A pesar de presidir durante. Nacido en Nueva York el 12 de junio de 1915, David era el último superviviente de su generación dentro del clan Rockefeller, uno de los grandes nombres del capitalismo. A David Rockefeller, el más joven de los seis hijos de John D. Rockefeller Jr., la revista Forbes le atribuía hoy pocas horas antes de conocerse su muerte una fortuna de 3.300 millones de dólares.

Con estudios en Harvard y Londres y doctorado en Ciencias Económicas por la Universidad de Chicago, Rockefeller entró en 1942 como voluntario en el ejército y fue funcionario de inteligencia en Argelia y ayudante del agregado militar de Estados Unidos en París, donde se licenció con el rango de capitán en 1945. Al año siguiente, ingresó como gerente adjunto del departamento internacional del Chase Manhattan Bank, una de las mayores entidades financieras de Nueva York, y en 1955 fue nombrado vicepresidente ejecutivo, antes de pasar a ocupar la presidencia en 1961. En 1981, cuando tenía 65 años, abandonó el cargo en la entidad financiera tras asumir la iniciativa de su expansión a escala internacional. Además, reunió una de las colecciones de arte más importantes del planeta con obras de Picasso, Cézanne y Matisse Como filántropo, David Rockefeller se destacó por su apoyo a las artes y por financiar entre otros la creación del Rockefeller Center, el Museo de Arte Moderno de Nueva York, la Universidad Rockefeller o la construcción del World Trade Center.

Republicano moderado

El poderío económico de los Estados Unidos es imposible de entender sin la contribución de los Rockefeller. La influyente dinastía neoyorquina forma parte de la nobleza de un país en la que el rey es el capitalismo. Este lunes murió el financiero y filántropo David Rockefeller, el último miembro vivo del clan entre los de su generación. El nieto de John Rockefeller estaba al frente de la gestión de todos los intereses de la familia. Es difícil que sus sucesores logren su altura.

John D. Rockefeller sigue siendo considerado como la persona más acaudalada de la historia moderna de EE UU. La petrolera que está en el origen de la fortuna de la influyente saga familiar fue partida y de ella emergió, entre otras compañías, el gigante ExxonMobil. David Rockefeller prefirió la banca. Los presidentes Jimmy Carter, demócrata, y Richard Nixon, republicano, le tantearon para el cargo de secretario del Tesoro, que declinó.

Los Rockefeller se guiaban por el principio de que había que devolver a la sociedad todo lo que les había dado. Hace dos años celebró su 100 cumpleaños donando un terrero que la familia junto a un parque nacional en Maine. La acción filantrópica del clan abarca desde iniciativas para la promoción del arte hasta acciones para la conservación del medio ambiente.

David Rockefeller se considera un republicano moderado. Su nombre se asocia con la construcción del World Trade Center en el bajo Manhattan y otras iniciativas como la Universidad Rockefeller. Y pocos entre los de su generación tuvieron una implicación personal tan fuerte con la promoción de la democracia en las Américas como el magnate, que presidió el Consejo de las Américas. Bill Clinton le otorgó la Medalla Presidencial de la Libertad en 1998, el mayor reconocimiento civil.

David Rockefeller, que siguió viajando pese a su avanzada edad, llegó durante su vida a entrar en contacto directo con más de 200 jefes de estado, de un centenar de países. Eso le convirtió en uno de los grandes representantes de EE UU en el extranjero. Por eso no fue una casualidad que el Chase Manhattan Bank fue el primer grupo financiero en abrir oficinas en Rusia y China. El banco le dio un estatus internacional que nunca habría logrado trabajado para el Gobierno.

La mayor dinastía financiera

Dinero, poder y filantropía han sido durante generaciones el pan de cada día de los Rockefeller, una de las dinastías financieras y políticas más poderosas de la historia contemporánea de Estados Unidos. Desde este mes, el nombre de los Rockefeller se asocia también a otro tópico habitual de los ricos y famosos: la tragedia.

La noticia de la muerte de su hijo Richard le llegó a David Rockefeller, nieto del magnate petrolero patriarca de la dinastía John D. Rockefeller y a su vez influyente banquero y filántropo, cuando acababa de celebrar su 99 cumpleaños.

El bisnieto del fundador de la Standard Oil falleció el 13 de junio a los 65 años al estrellarse la avioneta que pilotaba poco después de despegar de un aeródromo a unos 55 kilómetros de Nueva York. Regresaba a su casa en Maine tras haber celebrado con el resto de su extensa familia -eran seis hermanos- el casi centenario de su padre, el miembro de más edad del todavía poderoso clan.

El fallecido heredero renunció a su estatus para trabajar en Médicos Sin Fronteras Richard Rockefeller había decidido desviarse de la carrera en finanzas y política a la que se ha dedicado buena parte de su familia y prefirió volcarse en la medicina. Pero siendo miembro de una familia largamente asociada a causas benéficas, no sorprende que durante años trabajara en la ONG Médicos Sin Fronteras, aunque en los últimos años prefirió dedicarse a tratar de mejorar los tratamientos para el trastorno de estrés postraumático de veteranos de guerras como Irak o Afganistán.

Michael Rockefeller era el hijo menor de Nelson Rockefeller, hermano del ahora jefe del clan David, vicepresidente estadounidense bajo el gobierno de Gerald Ford (1974-77) y que también fue largo tiempo gobernador de Nueva York. El joven Michael desapareció en 1961 cuando volcó la canoa en la que se desplazaba durante una expedición antropológica en Nueva Guinea. Tenía 23 años y nunca se halló su cuerpo. En su momento se afirmó que habría logrado llegar a la orilla, pero que fue atacado -y comido- por caníbales, aunque su familia siempre negó esos rumores.

El propio Nelson Rockefeller moriría casi dos décadas después en circunstancias poco claras. Oficialmente fue un ataque al corazón, pero en su momento se rumoreó que había fallecido en presencia de su asistente y presunta amante de 25 años, Megan Marshack, quien tardó hasta una hora en pedir ayuda. El ex vicepresidente fue enterrado sin que se le practicara una autopsia pese a las dudas.

Un año antes, en 1978, otro hermano de Nelson y David Rockefeller, John D. Rockefeller III, también falleció trágicamente en un aparatoso accidente de tráfico. Era el padre de Jay Rockefeller, actual senador por Virginia Occidental y el único de la dinastía Rockefeller que milita en el Partido Demócrata.

Elieen Rockefeller, otra de las hijas del actual patriarca David y la hermana menor del fallecido Richard, hablaba en un libro publicado el año pasado, “Being a Rockefeller” (Ser un Rockefeller) de las dificultades que conlleva un apellido de tanto peso como el suyo, pese a los inmensos privilegios que también comporta.

“No hay duda de que los privilegios superan de largo las responsabilidades y dificultades. Pero creo que donde comparto algo con los oyentes es que todos sufrimos por algo cuando crecemos. Y no importa si tenemos dinero o no, sufrimos a nuestra propia manera. Y el valor neto de nuestra cuenta bancaria no es ni mucho menos tan importante como el valor propio”, dijo en una entrevista con la cadena CBS con motivo de la publicación de sus memorias.

Una prueba de que el nombre de los Rockefeller sigue siendo legendario es la estrambótica historia de Christian Gerhartstreiter o, como se le conoce en Estados Unidos, el “Fake-feller” o “Crockefeller”, el “falso Rockefeller”. Aprovechando la extensa genealogía del clan, este alemán llegado en los 70 a Estados Unidos se construyó una falsa identidad como Clark Rockefeller, supuestamente uno de los descendientes de la dinastía, y bajo ese alias se hizo durante más de una década un nombre en el mundo de las finanzas. Incluso logró engatusar a una alta ejecutiva con la que se casó y tuvo una hija.

La historia se destapó cuando, tras un duro divorcio, el falso Rockefeller secuestró a su hija y su ex mujer puso tras su pista al FBI, que acabó descubriendo su verdadera identidad. Desde 2013 Gerhartsreiter cumple 27 años de cárcel por un asesinato cometido en los años 80, cuando aún no era siquiera un falso Rockefeller. Aunque sigue gozando de la fama de la familia de la que tanto rédito sacó durante años, ya que su historia incluso inspiró una película, “¿Quién es Clark Rockefeller?” rodada en 2010.

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