Las claves del éxito para triunfar

Cuando hace casi 30 años, Bill Gates (47) apostó a sus amigos íntimos que las computadoras personales más temprano que tarde serían imprescindibles para la vida, como un vidente, ya vislumbraba que el futuro se escribiría en clave de PC. Con su idea, la de traducir a lenguaje doméstico el manejo de los ordenadores, embolsó una fortuna personal de 100 mil millones de dólares. Y más que girar sobre su eje, hoy la Tierra se mueve al ritmo que él mismo impuso.

Suficiente mérito como para ser escuchado en la actualidad cada vez que se le ocurre disertar sobre algún tema.Pero no sólo de cibernética habla Gates. El dueño de Microsoft ya no conduce su compañía desde un cargo operativo, como lo hizo en los años'90. Esas tareas quedaron relegadas a sus hombres de máxima confianza y él, que despierta donde quiera que esté casi tanta curiosidad como el Papa, se ha convertido en una especie de consejero universal. Todo lo que dice va a misa.

En 2008, el hombre más rico del mundo brindo en la Universidad de Yale a un grupo de estudiantes de entre 16 y 18 años lo que a la postre fueron llamadas las once reglas de Bill Gates, once recomendaciones que no aprenderás en la escuela, y que quizá refuercen una perspectiva desalentadora y sumisa frente a los verdaderos retos planetarios más allá de ser socialmente exitoso, obtener salarios millonarios, o fundar compañías líder en sus respectivas industrias. Esto lo hizo en el marco de una conferencia con estudiantes y padre de familia que escuchaban la conferencia y donde Gates, manifestó que muchos padres sobreprotegían a sus hijos y no vislumbraban lo que deberían enfrentar en un futuro, y algunos de los hijos se creían que "lo merecían todo" y luego cuando toca afrontar las vicisitudes de la vida, se encuentran con una realidad complicada. Están destinadas sobre todo a padres sobreprotectores que "consienten a sus hijos y les dan lo que piden, aún cuando no lo me recen". Son las siguientes. Parecen duras, pero si lo dice Gates.

1.- La vida no es justa, acostúmbrate a ello.

2.- Al mundo no le importará tu autoestima. El mundo esperará que logres algo, independientemente de que te sientas bien o no contigo mismo.

3.- No ganarás U$S 5000 mensuales justo después de haber salido de la preparatoria y no serás un vicepresidente hasta que con tu esfuerzo te hayas ganado ambos logros.

4.- Si piensas que tu profesor es duro, espera a que tengas un jefe. Ese sí que no tendrá vocación de enseñanza ni la paciencia requerida.

5.- Dedicarse a cocinar hamburguesas no te quita dignidad. Tus abuelos te­nían una palabra diferente para describirlo:le llamaban Oportunidad.

6.- Si metes la pata, no es culpa de tus padres, así que no lloriquees por tus errores: aprende de ellos.

7.- Antes de que nacieras, tus padres no eran tan "aburridos" como son ahora. Ellos empezaron a serio por pagar tus cuentas, limpiar tu ropa y escu­charte hablar acerca de la nueva onda en la que estabas. Así que, antes de em­prender tu lucha por las selvas vírge­nes contaminadas por la generación de tus padres, inicia el camino limpiando las cosas de tu propia vida; empezando por tu habitación.

8.- En la escuela puede haberse eliminado la diferencia entre ganadores y perdedores, pero en la vida real no. En algunas escuelas ya no se pierden años lectivos y te dan las oportunidades que necesites para encontrar la respuesta correcta en tus exámenes y para que tus tareas sean cada vez más fáciles. Eso no tiene ninguna semejanza con la vida real.

9.- La vida no se divide en semestres. No tendrás vacaciones de verano largas en lugares lejanos y muy pocos jefes se interesarán en ayudarte a que te encuentres a ti mismo. Todo esto tendrás que hacerlo -si lo deseas - en tu tiempo libre.

10.- La televisión no es la vida diaria. En la vida cotidiana, la gente de verdad tiene que sal del café, de la película, para irse a trabajar.

11.- Sé amable con los "nerds" (los más aplicados de tu clase). Hay muchas probabilidades de que termines trabajando para uno de ellos

Los 11 consejos de Warren Buffet

Cómo hacer todo bien en tu vida, según Warren Buffett, el gran oráculo “¿Ha perdido los papeles Warren Buffett?” Esta es la pregunta que se hacía Nicholas A. Vardy en un reciente artículo publicado en Market Watch, en el que su autor recordaba que la última década de inversiones de Berkshire Hathaway Inc. no había sido particularmente brillante, después de que la compañía de Buffett perdiese casi 900 millones de dólares en su apuesta por Energy Future Holdings. ¿La excusa aducida por el inversor? Que no había consultado la decisión con su veterano compañero de negocios Charlie Munger, algo que reconoció como “un gran error”.

1.- Los economistas han ocupado el lugar de los filósofos como faros de sabiduría No hay más que dar una vuelta por Internet para darse cuenta de que Buffett te puede enseñar cualquier cosa sobre cualquier aspecto de tu vida. Si en el pasado eran filósofos, escritores y gurús religiosos quienes eran consultados en momentos de zozobra, ahora son los triunfantes hombres de negocios como el oráculo de Omaha quienes tienen la última palabra sobre cómo mejorar nuestra vida.

2.-El dinero, según Buffett. Como no podía ser de otra forma, la mayor parte de consejos proporcionados por el inversor atañen a la economía. Es el caso del libro El método de Warren Buffett: Estrategias de inversión del inversor más grande del mundo (Wiley), en el que Robert G. Hagstrom recoge alguna de las enseñanzas habituales de Buffett a la hora de invertir, como “comprar un negocio al completo, no simplemente sus acciones” u obviar las variaciones diarias del mercado. Al fin y al cabo, se trata de la disciplina en la que el inversor ha labrado su fama. Incluso la propia página oficial de Buffett reproduce un documento en el que se recogen 10 maneras para hacerse rico, que de eso sabe un rato. Entre ellas se encuentran la reinversión de los beneficios; la predisposición a ser diferente; ser persistente; saber cuándo hay que retirarse; evaluar el riesgo o limitar el dinero que pedimos prestado. Conceptos muy generales, pero que han servido para engordar la billetera del inversor.

3.- Encuentra algo que te guste hacer en la vida y no tendrás que trabajar ni un día. Otro artículo publicado en Financial Times en el que era definido como “un propietario responsable con una comprensión profunda de las necesidades de gestión de los negocios en los que invierte”, recordaba su apuesta por el desarrollo de proyectos empresariales a largo plazo, algo no demasiado habitual en el siglo XXI. Esa es la razón, aduce Buffett, por la que es preferible reinvertir los beneficios de Berkshire que repartir los dividendos. ¿Tiene que realizar el informe anual de su empresa? Aquí le explica cómo.

4.- Si usted tiene hijos, quizá le interese saber que Buffett puede ayudarle cuanto tenga que hablar de dinero con ellos. Con dicho objetivo, el inversor puso en marcha el Club de los Millonarios Secretos (Secret Millionaires Club), dedicado al público infantil, y en el que proporciona una iniciación a la economía y el ahorro a los más pequeños. Muchas de ellas provienen de lo que su propio padre le explicó durante su infancia, como es el ahorro del dinero, no tomar decisiones con el estómago vacío (o en un momento en el que no se tiene la suficiente claridad mental) o su máxima “encuentra algo que te guste hacer en la vida y no tendrás que trabajar ni un día”.

5.- Sé mejor persona, escribe mejor, sé una gran mujer

6.- Los consejos proporcionados por Buffett no quedan ahí. Son muchos los que se han sumergido en sus entrevistas y artículos para desenmarañar las ideas que pueden servirnos en nuestra vida diaria. Algunas presentaciones recogen hasta 25 consejos vitales proporcionados por el Oráculo de Omaha, como introducir únicamente en nuestro círculo más cercano a la gente que nos hace mejor; no preocuparse por la posibilidad de fracasar; o empezar a preocuparnos cuando todo el mundo empiece a estar de acuerdo con nosotros, puesto que es viajar por la ruta menos transitada lo que realmente marca la diferencia.

7.- Hacer algo porque lo hagan los demás no es una razón lo suficientemente buena Las lecciones para Buffett no sirven sólo para hombres. En un artículo previo, recogimos algunos de los que sugería a las mujeres, especialmente a aquellas que tengan que enfrentarse al mercado laboral. En resumidas cuentas, estas no debían tener miedo a hacerse visibles, por mucho que todavía tuviesen que sufrir el efecto de los espejos deformantes que algunos hombres les ponían delante.

8.- En el caso de que tengan que agarrar la pluma, Buffett también sabe qué debes hacer (en 12 lecciones). Entre ellas se encontraban algunos refritos de anteriores enseñanzas: encuentra algo que te apasione, pues ello eliminará rápidamente a gran parte de tu competencia; no hay mejor manera de ser siempre feliz que rebajar tus expectativas; hacer algo porque lo hagan los demás no es una razón lo suficientemente buena; y, sobre todo, asegurarse de que uno se mete en la cama sabiendo un poco más que cuando se levantó.

9.- Aprendiendo de los maestros de los maestros. El oráculo de Omaha, junto a su inseparable Charlie Munger, también tiene la clave para ser más inteligente, y ya te la contamos en un artículo el pasado mes de diciembre. En definitiva, el quid de la cuestión se encuentra en leer, leer y leer. Y, a ser posible, evitar que las opiniones de los demás influyan demasiado en las nuestras propias.

10.- Los descendientes de Buffett también han aprovechado la reputación de su padre para contar sus propias historias El aura es contagiosa. Por eso, Warren Buffett no es el único que puede proporcionarnos grandes enseñanzas sobre lo divino, lo sagrado y lo económico, sino que también hay quien ha recogido las lecciones de su profesor Benjamin Graham, como en un artículo publicado en Forbes. Graham, autor en 1949 de El inversor inteligente, apostaba por ser lo suficientemente flexible como para no enfangarse en un único sector del mercado y desarrolló un sistema de inversión estratégica que tenía como objetivo encontrar acciones rentables y baratas.

11.- Los descendientes de Buffett también han aprovechado la reputación de su padre para contar sus propias historias. El pasado año, Howard G. Buffett y Howard W. Buffett, hijo y nieto respectivamente del legendario inversor, publicaron 40 posibilidades: encontrando esperanza en un mundo hambriento (Simon & Schuster), un ensayo que sintetizaba los retos a los que el ser humano habrá de enfrentarse durante los próximos años, y que tiene como origen la decisión de Buffett (abuelo) de destinar su fortuna a la filantropía.

¿Cómo llegar arriba? Las claves de los directivos de la lista Fortune 100

¿Qué requisitos debe cumplir una persona para llegar a lo más alto del escalafón empresarial? Si preguntas a un coaching o un profesor de comportamiento organizacional no tardarán en hablar de liderazgo, empatía, talento o, incluso, gratitud. Y no les falta razón. Pero cuando se analizan los datos, lo cierto es que parece más provechoso ser hombre, estudiar en una universidad de prestigio y hacer un MBA. Al menos este es el perfil más común entre los más altos directivos de las más grandes empresas.

En un artículo publicado en la revista Harvard Business Review, los profesores Peter Cappelli, de la Wharton Business School y Monika Hamori y Rocio Bonet, de la madrileña IE Business School, han analizado la evolución de los perfiles de los 10 mayores ejecutivos de cada empresa de la lista Fortune 100, que recoge a las mayores compañías estadounidenses de capital abierto según su volumen de ventas.

El estudio revela una serie de tendencias muy a tener en cuenta para el que quiera escalar hasta lo más alto de las organizaciones empresariales. Algunas son propias del cambio de perfiles que la mayoría de las grandes compañías han experimentado desde los años 80 (más mujeres, mayor internacionalización, más estudiantes de universidades públicas…), y otras de carácter regresivo que empezaron a entreverse en 2008, debido al estallido de la crisis económica. Estas son sus principales conclusiones.

1.- Ya no hay empleados “de toda la vida”. Por mucho que las grandes empresas se jacten de implantar ambiciosos planes de carrera para sus empleados, cada vez menos trabajadores llegan a lo más alto sin cambiar de empresa. Menos de un tercio de los grandes ejecutivos de 2011 habían empezado su vida profesional en la empresa en la que se encontraban actualmente. En 1980 eran más de la mitad y en 2001 el 45%.

2.- En Google un empleado tarda 14 años en llegar a un puesto ejecutivo, en HP tarda 32 La crisis, no obstante, ha provocado un frenazo en esta tendencia. La recesión hace más difícil cambiar de compañía y, además, ha ralentizado enormemente las carreras internas.

En 2011 los ejecutivos tardaron de media un año más en llegar a su puesto que sus compañeros una década antes. Según datos del Instituto Estadounidense de Estadísticas del Trabajo, en 2012 los directivos llevaban un 12% más de tiempo en sus empresas que en la pasada década. Las cifras varían mucho entre compañías. En Google, explican los autores del estudio, los empleados tardan una media de 14 años en escalar a puestos ejecutivos, sin embargo en empresas como Hewlett-Packard o Philips tardan 32, lo que explica la altísima media de edad de sus directivos, y lo jóvenes que son los jefes en la compañía del todopoderoso buscador. Cuanto más veterana es una compañía, más posibilidades hay de que tenga empleados “de toda la vida”. Aún así, entre las 20 compañías de Fortune 100 que no han salido de la lista desde los 80 –las grandes corporaciones americanas– la mitad de sus grandes ejecutivos han dado el salto desde la dirección de terceras empresas.

3.- No importa demasiado en qué universidad estudies. En 1980 sólo un 32% de los ejecutivos había estudiado en una universidad pública, en 2001 eran ya el 48% y en 2011 pasaron a ser mayoría: un 55%. Como es lógico, a medida que ha crecido el porcentaje de altos ejecutivos provenientes de la universidad pública ha disminuido el de los estudiantes de los centros de la Ivy League, que ha caído del 14% en 1980, al 10% en 2001 y 2011. El resto provienen de universidades privadas de mejor nivel, que son las que más ejecutivos han perdido. La farmacéutica Merck es la que tiene más ejecutivos graduados en la universidades de la Ivy League (un 50%), seguida por Freddie Mac, Microsoft y Amazon, con un 44%.

4.- …pero debes hacer luego un MBA. Uno de los tópicos del sueño americano, el del joven entusiasta que, sin apenas recursos ni formación, lograba escalar en una empresa hasta convertirse en directivo, es cada vez más legendario. En 1980 sólo el 46% de los grandes ejecutivos tenían un posgrado universitario, en 2001 eran el 62% y en 2011 el 65%. Entre los ejecutivos con el mayor nivel de cada compañía el 38% tienen un título de grado de la Ivy League y el 64% un MBA de estas escuelas Hoy en día el MBA es condición indispensable para llegar a lo más alto de muchas empresas. Y en este terreno las universidades de la Ivy League se llevan el gato al agua: un cuarto de los ejecutivos estudiados tienen un MBA en Columbia, Cornell, Dartmouth, Harvard, Pennsylvania o Yale. Y esta proporción es aún mayor entre los CEO y directores generales. Entre los ejecutivos con el mayor nivel de cada compañía, el 38% tienen un título de grado de la Ivy League y el 64% un MBA de estas escuelas, lo que demuestra que en los puestos más altos el pedigrí sigue siendo importante.

5.- Las mujeres van abriéndose hueco (y ascienden más rápido). Aunque el perfil mayoritario de los ejecutivos de Fortune es el de hombre estadounidense, cada vez más mujeres despuntan en las grandes empresas. En concreto hay una gran presencia femenina en las empresas de servicios financieros, salud, venta minorista y, sorprendentemente, en las compañías aéreas. Aunque cada vez hay más mujeres en puestos directivos, sigue habiendo 17 empresas de la lista Fortune cuyos 10 mayores ejecutivos son todo hombres. Cabe destacar, no obstante, que en la actualidad las mujeres progresan internamente con más rapidez que los hombres: de media las ejecutivas de la lista tardaron 28 años en llegar a sus puestos, frente a los 29 que tardaron los hombres. En opinión de los investigadores, las mujeres escalan más rápido en las empresas porque en los departamentos en los que suelen trabajar, sobre todo en temas legales y de recursos humanos, se asciende más rápido.

6.- El CEO de Philip Morris, Louis C. Camilleri es egipcio. (Reuters)Cada vez hay más directivos extranjeros A medida que las empresas estadounidenses se han abierto al mercado internacional (la mayoría, de hecho, son multinacionales) ha crecido la presencia de extranjeros en los puestos directivos. En 1980 sólo eran el 2%, en 2011 el 11%. Su educación es similar a la de los estadounidenses, pero su presencia es mayor en las compañías más grandes, algo lógico, pues son estas empresas las que más negocios tienen en el extranjero. Es curioso observar como la presencia de extranjeros es mucho mayor en las empresas de la costa, tradicionalmente más cosmopolitas y menor en las del interior.

PepsiCo (que tiene la sede en Nueva York) y Philip Morris (de Virginia) tienen un 56% de ejecutivos extranjeros, por el contrario AT&T (Texas) y Abott Laboratories (Illinois) no tienen ninguno.

HABRÍAN LLEGADO TAN ALTO SIN SU FAMILIA?
Estos son los consejos que los más exitosos empresarios recibieron de sus padres

“¿Cuál es el mejor consejo que te han dado nunca?”. Es la sencilla pregunta que la red social LinkedIn, orientada al ámbito empresarial, preguntó a más de 70 exitosos profesionales de todos los sectores de la economía. Aunque hay quienes obtuvieron los mejores consejos de profesores, jefes o a través de los libros, muchos reconocen que fueron las enseñanzas de sus padres las que marcaron su posterior desarrollo profesional, aunque siendo niños no se dieran cuenta. ¿Habrían llegado tan alto estos profesionales de no ser por la ayuda de los padres? Nunca lo sabremos, pero no cabe duda de que su influencia ha sido decisiva.

1.- Brad Smith, presidente y CEO de Intuit: “Encontrar el trabajo adecuado es un proceso de prueba y error”. El padre de Smith le dijo algo importantísimo cuando acabó la carrera: “Me explicó que elegir el trabajo adecuado no consistía en esperar a un repentino golpe de vocación, o al menos no para la mayoría de nosotros que no sabemos desde niños lo que queremos hacer (cuánto envidiaba a esos niños). En realidad, es un proceso de prueba y error, un viaje de descubrimientos”.

2.- Jeff Weiner, CEO de LinkedIn: “Puedes hacer todo lo que te propongas”. “Siendo niño, no puedo recordar un día en el que mi padre no me dijera que podía hacer cualquier cosa que me propusiera. Lo decía muy a menudo, así que dejé de escucharle… No fue hasta unas décadas más tarde cuando aprecié por completo la importancia de esas palabras y el impacto que tuvieron en mi”.

3.- Sallie Krawcheck, expresidenta de Merrill Lynch: “Ignora la cháchara de las multitudes y establece tu propio camino”. “Un día, después de una pequeña humillación, llegué a casa llorando. Mi madre me sentó y me dijo, con una voz que era la que ponía cuando hablaba por teléfono (la que reservaba para los adultos), que debía ignorar a las chicas del colegio, pues la única razón por la que me trataban mal era porque estaban celosas de mí. Por lo tanto, debía ignorar la cháchara de las multitudes y establecer mi propio camino”.

4.- Jim Clifton, CEO de Gallup: “Tus debilidades nunca crecerán, pero sí tus fortalezas”. “El mejor consejo que he recibido nunca me lo dio mi padre, Don Clifton. Es en realidad una pequeña pero profunda enseñanza que ha dado forma a mi vida. ‘Tus debilidades nunca crecerán’, me dijo, ‘pero tus fortalezas se desarrollarán hasta el infinito”.

5.- Richard Branson, fundador del grupo Virgin: “No te arrepientas de nada”. “Si le preguntas a la gente quién les ha dado el mejor consejo que han recibido, casi todo el mundo te dirá que se lo dio su madre. No soy una excepción. Mi madre me dio muchas lecciones valiosas que me han ayudado a dar forma a mi vida. Pero que no me arrepienta de nada está por encima de todas, pues ha influido en todos los aspectos de mi vida y cada decisión de negocio que he tomado”.

6.- Gretchen Rubin, autora y bloguera: “Si asumes tus errores, la gente te dará responsabilidades”. “Mi padre me dijo: ‘Si estás dispuesta a asumir la culpa cuando te pertenece, la gente te dará las responsabilidades. Es quizás el mejor consejo para el trabajo que me han dado nunca”.

7.- Martha Stewart, fundadora de Martha Stewart Living Onmnimedia: “Si te concentras, puedes hacer lo que quieras”. “El mejor consejo que he recibido nunca me lo dio mi padre cuando tenía 12 años y estaba dispuesta a escuchar. Me dijo que, con mis características personales, si quería, y me concentraba para ello, podía hacer cualquier cosa que quisiera. Este consejo me dio un gran sentido de la confianza, y a pesar del hecho de que a veces estoy un poco nerviosa, he hecho lo que quería cuando quería. Creo que la confianza de los hijos depende mucho de sus padres. Es una parte necesaria del proceso de crecimiento”.

8.- Dave Kerpen, CEO de Likeable Local: “Si necesitas algo de alguien, dale algo a cambio”. “Mi padrastro, Steven W. Fisher, me explicó una paradoja esencial en los negocios: cuando necesitas algo de alguien, dale algo a cambio, sin condiciones ni expectativas. Pregunta cuándo puedes ser de ayuda. Actúa como un verdadero amigo, antes incluso de que exista tal amistad. ¿Está garantizado que aprovecharás esto más adelante? Para nada. Pero eso no es lo importante, lo importante es que cuando actúas de forma desinteresada, como lo harías con un gran amigo, siendo confiable, respetuoso y amable, con más frecuencia ocurrirán cosas positivas en la relación”.

9.- Jordy Leiser, cofundador de STELLAService: “Cuánto más duro trabajes, más suerte tendrás”. “El mejor consejo que he recibido nunca no es realmente un consejo, sino una forma de ver la vida: cuánto más duro trabajes, más suerte tendrás. Hay un debate sobre quién fue el primero que afirmó esto. Se cree que Ben Franklin dijo una vez que ‘la diligencia es la madre de la buena suerte’, pero más recientemente la gente cree que fue el golfista sudafricano Gary Player quien concibió la frase. De ahí es como probablemente llegó hasta mi, ya que mi padre empezó a enseñarme a jugar al golf, y me trasladó sus lugares comunes a una edad muy temprana”.

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