El Museo Thyssen-Bornemisza presenta Bulgari y Roma, una exposición sobre cómo la arquitectura y el arte de la Roma antigua y moderna han servido de inspiración a los diseñadores de la firma italiana de joyería a lo largo de su historia.
Fundada en Roma en 1884, Bulgari ha incorporado desde sus orígenes los rasgos más característicos de la ciudad como hilo conductor, simbólico y artístico de sus creaciones. El Coliseo, la plaza de San Pedro, la escalinata de la plaza de España, las fuentes de Piazza Navona o el Panteón han dado forma durante décadas a collares, pulseras, pendientes y broches realizados en oro o platino y piedras preciosas de múltiples colores.
La muestra, abierta del 30 de noviembre al 26 de febrero de 2017, reúne más de 140 piezas de joyería de la Colección Heritage de Bulgari y de alguna colección particular, junto a una treintena de pinturas, dibujos, esculturas y fotografías de diversos artistas europeos que han inmortalizado la ciudad de Roma en su obra, como Canaletto, Gaspar van Wittel, Ippolito Caffi o Arthur John Strutt.
Del suelo de las termas de Caracalla a los artesones de la cúpula del Panteón, de la Piazza de España a la del Popolo, resulta curioso buscar las huellas de la ciudad de Roma en las joyas de Bulgari. Los responsables de la colección histórica de la firma llevan años haciéndolo: m ás de 140 piezas salidas de los talleres de la casa italiana desde finales del siglo XIX hasta anteayer (la más reciente es un collar de oro blanco con jade negro y diamantes de 2014) se enfrentan a una treintena de obras de arte para subrayar ese vínculo.
En alguna de las joyas, la conexión es inmediata, en otras más sutil. Pero en todas se pueden percibir ecos de la ciudad eterna. "Es curioso", explica Lucia Boscaini, directora del Departamento de Legado Histórico de Bulgari y comisaria de la muestra. "Las raíces romanas son parte de nuestra identidad, pero de alguna forma era algo que dábamos por hecho, nunca nos habíamos detenido a explorar con detenimiento esa relación. Fue nuestro CEO, Jean-Christophe Babin, francés de nacimiento, quien llegó con una mirada fresca sobre la compañía y nos pidió que profundizásemos en esa conexión con Roma". Babin aterrizó en la firma italiana en 2013, dos años después de que la comprara el gigante francés del lujo LVMH.
Las joyas exhibidas son un paseo también por la evolución de la propia casa, desde los finos trabajos en plata de Sotiro Bulgari, el fundador en 1884, a las opulentas joyas de los años 30, aún bajo la influencia parisina, y la consolidación del estilo Bulgari en la segunda mitad del siglo XX: mucho color, oro amarillo, deslumbrantes gemas talladas en cabujón, introducción de elementos icónicos como la serpiente... En cierto modo es el nacimiento de un estilo italiano de joyería. Y coincide con un momento de esplendor de Roma, los años de la dolce vita, cuando la ciudad empieza a acoger rodajes de películas y convertirse en destino turístico por excelencia. Años en los que pasar por la tienda de Bulgari en Via Condotti se convierte en algo tan romano como un paseo en Vespa mientras actrices como Elizabeth Taylor a Anna Magnani lucen sus creaciones.
Años después sería la propia Carmen Thyssen, vicepresidenta del patronato del museo, quien se convertiría en otra de las clientas famosas de Bulgari. Piezas de su colección personal como un flamante collar de oro, zafiros azules y amarillos y perlas de 1988, se podrán ver en esta muestra. Un atractivo más para no dejarla pasar.