¿Está todo escrito?
Días de soledad y penurias en Manderley. Años de penumbra y semiabandono, lejos de la luz y los amaneceres azules. He vuelto a ver, y rever, el primer gran primer plano que le hace la cámara a Kim Novak en las primeras escenas de "Vértigo (De entre los muertos)" y eso sí que resucita a un muerto. Cine, vagas lecturas, nostalgias...El invierno de esta feroz crisis atenaza las buenas vibraciones de tiempos menos ominosos y más luminosos.
“Muere una época, florece otra”, advirtió Spengler. Mariano Rajoy rescató el último poema de Machado antes de morir y el último verso de Pessoa en la entrega del premio de Carlos V a Durão Barroso en Yuste. "Si perseveramos junto con el resto de los europeos en ensanchar los caminos de la libertad, la justicia, la cohesión y la solidaridad tendremos un mañana colmado de días azules y soleados porque ni el mundo ni nosotros podremos prescindir del proyecto de integración europea ni los valores que encarna", ha aseverado en la localidad cacereña. Antonio Machado cerraba su obra con estas palabras: "Esos días azules y ese sol de mi infancia", mientras que el último verso que escribió Pessoa decía así: "No sé lo que traerá el mañana".
DINERO Y PODER
Del mañana no sabemos nada aún, pero del hoy y del ayer la actualidad sigue machacándonos con los mismos temas, en el Parlamento, en la calle y en los medios. Y siempre con un mismo eco: dinero, dinero, dinero. Dinero que proporciona poder y viceversa. Nada nuevo bajo el sol. El sociólogo polaco, Zygmunt Bauman, padre del concepto hoy generalizado de la “sociedad líquida” refiriéndose a una sociedad consumista y banal, cuestiona en su nuevo libro –¿”La riqueza de unos pocos nos beneficia a todos”?– creencias falsas como la de que para ayudar a los pobres a salir de su miseria hay que permitir que los ricos sean aún más ricos. A ver qué dice esta semana en la Fundación Rafael del Pino. Los que lo deseen, pueden leer la entrevista que le hizo Lola Galán para El país en el link http://cultura.elpais.com/cultura/2014/01/16/actualidad/1389876142_361606.html.
La adicción al dinero de algunos brokers de bolsa de Nueva York llevó al colapso al sistema financiero en 2008. La película “El lobo de Wall Street” nos trae el recuerdo, y la actualidad de que las ganancias rápidas y las recompensas desorbitadas están recuperando el terreno perdido, con la medida preventiva ahora de que parte de los bonus sean en acciones, lo que limitará el riesgo.. Philips Slater describía en un libro publicado en 1980, “Wealth Addiction”, el problema de los “traders” adictos al dinero Un estudio de la Escuela de Negocios de Stanford ha constatado que cuanto mayor es el salario, más dice la gente que le importa el dinero.
Del poder habla Moisés Naím en su último libro, “El fin del poder” (Ed. Debate, 2013): "El poder ya no es lo que era. Tal y como lo conocíamos, llegó a su fin", dice. Presidentes acorralados por sus parlamentos, papas que renuncian, compañías que se hunden, gobiernos incapaces, ciudadanos en la calle. "Hoy, el poder se ha hecho más fácil de obtener, más difícil de usar y más fácil de perder", dice Moisés Naím. ¿Se trata, acaso, de una tesis optimista? ¿Qué debería hacernos pensar que los poderosos son más débiles?
En su más reciente ensayo, “El fin del poder,” elegido por “The Washington Post” uno de los libros del año, el analista y columnista Moisés Naím, autor de más de diez libros sobre economía y política internacional, describe una serie de procesos que erosionan las antiguas barreras del tablero de juego. ¿A cuáles se refiere? Según Naím son tres. La revolución del más: cada día somos más habitantes, vivimos más años, en una economía más grande, con más tecnología, más clase media y mayor bienestar material; la Revolución de la movilidad: todo viaja… las ideas, el dinero, la gente, los productos, los servicios, las crisis o las pandemias y, finalmente, la Revolución de la mentalidad: los valores, las expectativas, las aspiraciones y el control del poder que hasta entonces otros ejercían han cambiado. ¿Es posible afirmar esto en Europa, por ejemplo, donde la clase media se contrae y los Estados fagocitan? ¿Acaso en China o Rusia? ¿En una América Latina más próspera pero todavía desigual? ¿El hecho de que los poderosos se debiliten fortalece a los ciudadanos? ¿Habla Naím del fin de las élites? No necesariamente. Sin embargo, al leer las páginas de este ensayo las preguntas saltan como alarmas.
CRISIS DE LOS MEDIOS
Los medios periodísticos son asimismo protagonistas de la noticia. La caída del director de Rl Mundo, Pedro Jota Ramírez, pone en evidencia la debilidad que tienen los medios cuando en ellos mandan las empresas y el difícil tránsito de una crisis que ha acabado con el papel y apenas ha nacido su repuesto: el mundo digital. Escribe Enric González en el mismo periódico: “El periodismo no puede explicar la verdad ni escribir la historia. Su misión consiste en trabajar sobre hechos ciertos para examinar al poder, que siempre abusa; para mostrar a la sociedad una instantánea de sí misma: para ampliar los límites de la libertad”.
Jesús Cacho escribe en Voz Populi: “Hay episodios, como el de la salida esta semana del hasta ahora director de El Mundo, que hacen inevitable una somera recapitulación de la profesión periodística y de las libertades informativas. El periodismo español está hoy como España, fané y descangallado, pidiendo a gritos cristiana sepultura víctima propiciatoria de sus muchos pecados no expiados. No ha sido el poder político el primer responsable del fango en que hoy chapotea esta noble profesión; han sido los amos del dinero. El periodismo español se ha rendido sin luchar. Ha hecho algo peor: lisonjeado por el poder, se ha bajado las calzas hasta los zancajos para que pudieran darle a conciencia, decidido a participar en el general festín de estos años de vino y rosas, con dejación de su función primigenia, que no es la de derribar presidentes de Gobierno o intentarlo, no, sino la mucho más humilde de salir a la calle a buscar noticias, contrastarlas y publicarlas, a ser posible en su integridad”. Merece la pena leer todo el artículo en el enlace http://vozpopuli.com/actualidad/38237-el-caso-pedro-j-y-las-miserias-de-la-profesion-periodistica. De todas maneras, en el apartado de PODER de esta página web, encontrará el lector un amplio reportaje sobre el llamado “Cuarto Poder”, convertido hoy en “Quinta Puñeta”.
Tres apuntes para la reflexión:
- El filósofo Antonio Escohotado, en una entrevista a El Confidencial.com: La separación entre economía y política es imprescindible, desde su punto de vista, si queremos conservar la democracia. “Separar economía y política es tan necesario hoy como separar Iglesia y Estado. Los procesos económicos deben liderarse por sí mismos, y toda la intervención de los políticos es sesgo, ignorancia y mala fe”.
- Joaquín Estefanía, en El País: “Muchas de las decisiones políticas y de las normas que se adoptan están fabricadas para favorecer a "los otros", a los que se identifican con los ricos. Este es el germen de lo que el profesor italiano Carlo Galli denomina "el malestar de la democracia" (libro del mismo título en Fondo de Cultura Económica). El "no nos escuchan" y el "gobiernan para los ricos" no ha llevado aún a la incertidumbre de tener que elegir entre dos opciones políticas diferentes, sino a la insatisfacción que produce la democracia al estar unida a la sospecha de que no existen alternativas mejores a la misma. Pero cuando la crisis económica pase a segundo plano, todas estas debilidades del sistema emergerán en primera instancia. El malestar de la democracia va acompañado por la idea de que estamos siendo engañados, una idea típica del siglo XX que se ha extendido al XXI”.
- Carmen Posadas escribe a raíz de la erótica del poder (François Hollande, Clinton...) en el XL El Semanal: “Nosotras, a diferencia de los hombres, valoramos otros muchos atributos antes que la belleza física. Para ellos cuenta la apariencia, para nosotras la ciencia. o lo que es lo mismo, cuenta la admiración que sentimos por lo que el hombre es, no por lo que parece. Nos enamoran la inteligencia, la personalidad, la capacidad de conseguir metas”. Y sigue: “Poder, he aquí la palabra clave. Se relaciona siempre con todas sus connotaciones más negativas, con prepotencia, abuso, despotismo. Y, sin embargo, se define como la capacidad de hacer cosas, aptitud, facultad, influjo, autoridad”. Y termina: “En lo que a mí respecta, puesto que alguna vez me han señalado como víctima de esa erótica, la del poder, he de decir simplemente que siempre he necesitado mirar a un hombre de abajo arriba y no de arriba abajo”.