La moda íntima cautiva a los mercados del futuro
La presencia de los géneros masculino-femenino en la moda íntima dista mucho de ser un consenso. Ellos –los hombres– la diseñan, la fabrican, la prueban, la ajustan y, al final, la quitan. Hablamos de lencería. Y no son los mismos hombres los que se aplican a cada una de estas tareas. Porque hay hombres para todo. Pero, en suma, se puede invocar la tesis de que la ropa interior de las mujeres es cosa privativa de los hombres. Sin ellos –los hombres– la lencería de la mujer sería otra cosa. Además, son ellos los principales compradores de lencería, en especial la más cara, la más creativa y la más exótica. Los hombres de negro, los de las tarjetas black, la han vuelto a sacar del armario.