Profesionalizar la filantropía
Los casos de influyentes empresarios norteamericanos demostrando que es posible compaginar el éxito empresarial con una notable tarea altruista, son un ejemplo para las elites económicas españolas, a las que no hemos visto un gesto significativo de desprendimiento durante esta feroz crisis. Eso sí, sus negocios van viento en popa, por sí mismo o amparados en una Marca España que les lleva de la mano para engrosar sus negocios.
En contra de la opinión generalizada, la filantropía en España es cuantitativamente importante, y clave en la financiación de ONGs a través de donaciones cuyo importe global es elevado, porque son muchos los donantes y muy altas sus donaciones, más altas, incluso que las realizadas en la mayoría de los países desarrollados. Además, la financiación que las entidades no lucrativas obtienen gracias a donaciones privadas proviene no de los más ricos, como en principio podría creerse, sino, principalmente, de individuos con un nivel medio de ingresos, porque, si bien es cierto que los más ricos son los que individualmente más dan, no lo es menos que las clases medias son las que, en proporción, dan más, y las que reúnen en conjunto el mayor volumen agregado de donaciones. Aplastantes conclusiones que dan al traste con viejos tópicos y equivocadas creencias sobre la filantropía en España, y que han quedado reflejadas en el informe "La Filantropía: tendencias y perspectivas", que, con motivo del primer aniversario del fallecimiento de Rodrigo Uría, era presentado, ante una audiencia de abogados de renombre, como Antonio Garrigues, y antiguos clientes de Rodrigo Uría, como José Manuel Entrecanales o Esther Koplowitz. En la mesa, los presidentes de las fundaciones que auspiciaban el estudio, José Pérez Santos, de la Profesor Uría, y Xavier Adserà, de la de Estudios Financieros. Además, la ministra de Educación, Mercedes Cabrera, el jurista Aurelio Menéndez, del bufete Uría & Menéndez, y el profesor Víctor Pérez-Díaz, autor del proyecto póstumo de su amigo, brillante jurista y, claro está, también filántropo, al que se homenajeaba en aquel acto, y de quien Mercedes Cabrera, en su discurso, destacaba “el carácter de ciudadano comprometido, ejemplo de cómo traducir el espíritu empresarial eficiente al cam
po de la filantropía.”
Falta eficiencia
El estudio pretende ser una contribución al desarrollo de la filantropía dentro del proceso de normalización y modernización de España, como el que ha tenido lugar en otros aspectos sociales, políticos y económicos, y por eso, presta especial atención a aspectos como los de la profesionalización de la gestión, el gobierno corporativo, el control y el seguimiento de los resultados y la transparencia de toda la actuación filantrópica, porque son aspectos que ya han demostrado ser de gran utilidad en el desarrollo de proyectos empresariales. Un modo de hacer a lo Bill Gates, que no duda en aplicar estrategias empresariales para conseguir la máxima eficacia y rentabilidad en sus proyectos filantrópicos, y que no es nuevo, según Víctor Pérez-Díaz, puesto que “esta cultura de la mega-filantropía americana tiene ya más de un siglo de historia.” Profesionalizar las instituciones filantrópicas para ser más eficientes, porque “falta eficiencia –se lamenta Pérez-Díaz–, por ejemplo, en muchas organizaciones políticas, y también en las filantrópicas. Es necesario profesionalizar de arriba a abajo la organización de las instituciones filantrópicas para conseguir una comunicación clara y una gestión eficiente.”
El autor propone, además, fomentar la filantropía entre la nuevas élites económicas españolas, nacidas gracias al crecimiento económico de las últimas tres décadas venido de la mano del desarrollo tecnológico y financiero gestado en nuestro país. Élites bien dispuestas a implicarse en actividades filantrópicas, según el informe, siempre y cuando, eso sí, obtengan un tratamiento fiscal más favorable. Una postura que choca con la de una parte de la sociedad, para la que la generosidad no necesita de prevendas. Un conflicto que para Víctor Pérez-Díaz “se resuelve con los debates en la sociedad, que para eso están, para discutir los desacuerdos”.
Y, ¿qué explicación da el autor del estudio a que la pobre clase media sea más desprendida que la rica clase alta? La respuesta es contundente: “es frecuente que la sociedad sea más generosa que sus élites políticas, económicas o culturales. Si no lo fuera, no habría sobrevivido hasta hoy. Muchas veces concentra su generosidad en las familias, redes familiares y amistosas y sociales, pueblos, y sociedades de ámbito restringido.”
La solidaridad de las empresas en la crisis
Asociar marcas a mensajes de orgullo nacional, situación social y otros temas de actualidad conlleva el riesgo de ser percibido como superficial y poco creíble por los consumidores. En España, la crisis económica parece abarcarlo todo, es el mayor tema de conversación y de preocupación de los consumidores, lo cual plantea a las marcas la pregunta de cómo esta preocupación real, que todo lo invade, debe de influir en su comportamiento.
En los últimos años hemos visto algunos casos de compañías que, de forma muy explícita, abordan la crisis en campañas de comunicación; es el caso de Nike con su espléndida “Ilumina tu país” u otros intentos igualmente valientes como Campofrío, con sus mensajes positivos, o Coca-Cola, con sus bares.
A todos nos gustaría ver que una de las grandes marcas nacionales (Santander, Inditex, Iberdrola, Telefónica, BBVA, Repsol…) asumiese un compromiso claro en el proceso de salida de la crisis. La idea sería que alguna de estas empresas dijera públicamente algo como “para paliar la crisis vamos a generar esta cantidad de puestos de empleo este año”. Ya sabemos que las empresas no son ONG y buscan maximizar el beneficio para el accionista, pero una iniciativa de este estilo podría ser factible mediante la priorización de ciertas partidas de inversión; además, de ser bien ejecutada y explotada, seguramente estrecharía el vínculo emocional de los clientes con la marca y resultaría en mayor fidelidad y negocio.
Una partida obvia donde reenfocar los esfuerzos son las inversiones en responsabilidad social corporativa. Plantar árboles en algún país remoto, cerrar la brecha digital o financiar el desarrollo de las artes son actividades muy nobles, pero el problema que realmente preocupa a los españoles hoy en día es el desempleo y la exclusión social. También pueden darse cambios en el comportamiento del negocio propiamente dicho que, de ser factibles desde un punto de vista financiero, podrían tener un alto impacto. Por ejemplo, sería mucho mejor percibido traer parte de la confección del grupo Inditex de vuelta a España que el esfuerzo de comunicación realizado en referencia al pago de impuestos del grupo (para el cliente común de Inditex, este pago de impuestos corporativos puede resultar lejano, confuso, irrelevante).
Las marcas deben moderar su presencia y comportamiento en ciertos foros de dominio público, ya que corren el riesgo de que las mismas y sus directivos sean rechazados de la misma forma como hoy en día son desdeñados los políticos y los miembros de la Casa Real. En resumen, todavía existe la oportunidad para que una de nuestras grandes marcas nacionales dé un paso hacia adelante y, de forma clara y sincera, a través de su comportamiento global y no sólo en comunicación, se comprometa a ayudarnos a salir de la crisis, ocupe este territorio en la mente de sus clientes y gane así muchos años de fidelidad por parte de los mismos.
Filantropía
¿Compromiso o marketing? Pobreza, cambio climático, causas verdes... . Muchos rostros famosos del cine, la cultura o el deporte, han hecho de su militancia en el marketing social una forma de estar constantemente en candelero. Reducir la pobreza, la enfermedad y la muerte prematura en los países subdesarrollados es el principal objetivo de una generación de nuevos samaritanos que buscan a toda costa salir en la foto. Una corriente de benefactores de la que no se sabe cuándo acaba la solidaridad y empieza el negocio.
En 2006, los editores del semanario “Time” decidían que la más tradicional y esperada de sus portadas, la que todos los diciembres dedican al Personaje del Año, estaría compartida, de manera excepcional, por tres rostros: los de Bill Gates, cofundador de Microsoft, su esposa Melinda, y el de Bono, el cantante del grupo de rock irlandés U2. Su alto grado de compromiso social y sus esfuerzos por reducir de manera sostenible la pobreza y las enfermedades fueron los motivos esgrimidos por el semanario para la elección de estos tres personajes a quienes la revista no dudó en denominar “los buenos samaritanos”. Y es que los Gates gestionan la Fundación como si de una empresa se tratara, exigiendo, al igual que en sus negocios, resultados, y mostrándose sumamente escrupuloso con el destino y la eficacia de cada dólar que sale de la institución.
Estos “nuevos samaritanos” que quieren mejorar el mundo y hablan de la necesidad de una nueva estrategia global orientada a la justicia social son una élite empresarial mundial que se apunta al capitalismo creativo de Gates y plantea nuevas vías de crecimiento sostenible y responsabilidad. Son voces muy dispares, como el propio Gates o el multimillonario y filántropo George Soros, el inversor convertido en la buena conciencia de los hombres que asisten anualmente a la cumbre de Davos. La realidad, por tanto, viene a demostrar que los mundos de la solidaridad y los negocios están más cerca que nunca. Dinero, apoyo tecnológico o formación son algunas de las nuevas fórmulas de la filantropía, de manera que no sólo ha surgido un nuevo modelo de donante, sino también una nueva jerga filantrópica que habla, por ejemplo, de una inversión social que debe ser estratégica y orientada al mercado para conseguir el máximo rendimiento.
Empresarios, especuladores, cantantes... y también deportistas. No pasa un día sin que nos enteremos de la causa a la que se ha apuntado otro popular del cine, la música o la televisión. Algunos se preguntan por qué no hay tanto solidario entre escritores, médicos o arquitectos de fuste, por ejemplo, y también si la solidaridad de los famosos no choca con caprichos como viajar en jet privado. Sea como sea, todas estas celebrities se han sumado a la lista, en la que por haber, hay hasta príncipes. Como Carlos de Inglaterra, que explota la “Duchy Home Farm”, una granja ecológica y sostenible; o la duquesa de York, Sara Ferguson, fundadora de “Children in Crisis” que trabaja en África. La Fundación Princesa Inaara, ex del Aga Khan, apoya proyectos de microcréditos en India, Vietnam o Paquistán. Rania de Jordania lucha desde sus dos Ongs en favor de los pobres de su país. La soprano Barbara Hendricks, embajadora vitalicia de ACNUR, creó una Fundación para la reconciliación tras las guerras. George Clooney y Matt Damon son donantes de Oxfam Internacional en Darfur y Chad. Sharon Stone colabora contra el sida. Coldplay, R.E.M. y Radiohead colaboran en campañas de comercio justo. Jude Law colabora con Unicef, Scarlett Johansson viajó a India y Sri Lanka, Anatoli Karpov lleva la pulsera “One” para ayudar al Congo o el mismísimo Tiger Woods, quien, preocupado por la educación de los hijos de familias con escasez de medios económicos, le ha llevado a crear una escuela para niños de entre 8 y 17 años.
El primero que se entregó a estas “causas perdidas” fue un juvenil Robert Redford, quien, en 1980, decidió crear el Instituto Sundance para jóvenes cineastas y así subvencionar películas de carácter ecologista. Acérrimo defensor de la causa verde, lleva más de 30 años reivindicando la protección del medio ambiente. Mucho antes de que el Premio Príncipe de Asturias 2007 Al Gore recorriera el mundo presentando su documental “Una verdad incómoda”, en favor de las actuaciones contra el cambio climático. Michael Douglas, Bono, Gilberto Gil, la reina Rania de Jordania, Victoria de Suecia, Mohamed Alí y, por supuesto, “Brangelina” –la indisoluble pareja formada por Angelina Jolie y Brad Pitt– son alguno de los eslabones de la larga cadena de famosos solidarios. Presta a hacer el petate –unos vaqueros y un par de camisetas le bastan– y presentarse en cualquier zona conflictiva del mundo, Jolie ha viajado a más de 20 lugares calientes. Y para no ser menos, Brad Pitt, no hace tanto volvía a visitar, con foto incluida, una zona de Nueva Orleáns, devastada por el huracán Katrina, comprometiéndose a invertir cinco millones de dólares de su bolsillo en el proyecto Make it right para la construcción de 159 viviendas respetuosas con el medio ambiente.
Se diría que hoy en día el que no es verde no sale en la foto y, claro, nadie se arriesga a quedarse fuera de foco. Ciertamente, nunca antes la causa ecológica había reunido tantas adhesiones. Como muestra del fenómeno, valga la llamada del último de los conciertos “Live Earth” –puesto en marcha en 1985 por el líder de los Boomtown Rats, Bob Geldof, eterno candidato al Nobel de la Paz– celebrado en julio pasado y que reunió ni más ni menos que a 150 grupos y solistas, que acudieron a la llamada de asociaciones como “Alianza para la Protección del Clima” y del político Al Gore, para quien nada como el tirón de los famosos para movilizar a millones de personas. También lo sabe la organización Global Cool, con sedes en EE UU y Reino Unido, que utiliza rostros conocidos para convencer a la gente para que colabore en diferentes causas. Así, la actriz Sienna Miller filmó un corto para la ONG junto al ex primer ministro Tony Blair y estrellas de Bollywood.
Pero si alguien tiene tirón mediático, ése es Leonardo Di Caprio. Es el ídolo de los verdes. Con una página en MySpace en la que se define como actor y ecologista, se presentó en los Oscar con un coche híbrido, y presume de tener en casa paneles solares, además de haber prestado su voz al documental “The 11th hour” ( “La última hora”), sobre el cambio climático, que cuenta con las intervenciones de hasta cincuenta científicos de la talla de Stephen Hawking o personalidades como Mijaíl Gorbachov. Famosos que también conducen coches híbridos son Michelle Pfeiffer, Orlando Bloom y Cameron Díaz, quien ha colaborado como editora en la revista National Geographic Kids, publicando algunos consejos ecológicos para los niños. Y otro cantante, el legendario Neil Young, quien a sus periódicas contribuciones a discos y conciertos en favor de la erradicación de enfermedades degenerativas o de protesta contra la guerra, añade ahora una faceta ecológica, recorriendo su país a bordo de una de las joyas de su colección, un Lincoln Continental de 1959, con motor híbrido, para concienciar a la gente. Y no olvidemos a Julia Roberts, que junto a Morgan Freeman y Willy Nelson, colabora con la compañía Earth Biofuels en la promoción de los combustibles renovables y en la lucha por su implantación en más de medio millón de autobuses escolares americanos. Y qué decir de Sting, quien desde su juventud colabora con organizaciones humanitarias como Amnistía Internacional y que hace ya 20 años, junto a su mujer, Trudie Styler, y un líder de los indios brasileños kayapó, creó la Rainforest Foundation, para salvar bosques de la Amazonia.
El tirón de los famosos ha puesto últimamente de moda África, que recibe turistas, voluntarios y mucho dinero, pero el “boom” no consigue ponerle fin a la crisis. La firma textil Benetton ha dado un giro en su campaña publicitaria mundial para 2008 y ha estrenado su nueva campaña mundial que lleva como título “Africa Works” (“África trabaja”). El lema del spot explica con imágenes cómo trabajadores senegaleses, gracias a las financiaciones específicas del microcrédito, han iniciado proyectos empresariales. Tras él, todo un rosario de famosos. Una Gwyneth Paltrow adornada con un collar y pinturas étnicos afirmaba desde un afiche “I am African”. El “Mensajero de la Paz”, George Clooney, también se moja y visita los campos de refugiados de Darfur. Angelina Jolie no dudaba en mudarse a Namibia para dar a luz a su hija Shiloh en una miniatura de hospital atendido por un único médico. Y, por encima de todos y todas, Madonna. Con una inteligencia natural para reconocer una tendencia, no hay moda que se le escape a la llamada reina del pop. Y entre disco y provocadoras coronas de espinas en sus últimos conciertos, decidió adoptar en Malawi un bebé de 13 meses, que crece en Londres juntos a sus hermanastros Lourdes y Rocco.
También los famosos españoles se suben al tren y se convierten en solidarios. Antonio Banderas acudía no hace mucho en ayuda de su amigo Ted Danson, directivo de la ONG Oceana, que promueve la conservación de los recursos marinos, y que también apoya Miguel Bosé, que reparte su solidaridad entre la “Fundación ALAS”, creada junto a Alejandro Sanz, Shakira y el político José María Michavila y que promueve la solidaridad con Latinoamérica, y las campañas de Intermón Oxfam, a las que también aportan su granito de arena “La Oreja de Van Gogh”, Dover, Álex Ubago, Ismael Serrano o Carlos Núñez, quien lleva años actuando en conciertos benéficos en favor de los refugiados de Darfur.
Mientras que los actores de la serie “Cuéntame cómo pasó”, Imanol Arias y Ana Duato, se solidarizan con diferentes proyectos de Unicef – que cuenta con el apoyo de otros personajes, como Fernando Alonso, la soprano María Bayo, la actriz Silvia Abascal o Pau Gasol– otro televisivo, el presentador Jesús Vázquez, viaja con Acnur hasta los campamentos de refugiados somalíes en Kenia. Precisamente ha sido el actor Imanol Arias, quien, junto con el torero Cayetano Rivera y el futbolista Luis Figo, apadrinan la Fundación “Emilio Moro”, una bodega que ha decidido “convertir” su vino en agua potable para las zonas más desasistidas de África y sudeste asiático. Un milagro acorde con los nuevos tiempos.
Solidaridad latina
Empresarios, políticos, académicos, expertos en filantropía y artistas se dieron cita hace apenas dos años en la ciudad de Miami para intercambiar experiencias y buscar nuevas fórmulas para la cooperación al desarrollo en Latinoamérica. Entre los asistentes, se encontraban la presidenta de Unicef, Ann Veneman; Justin Rockefeller, director de la organización sin ánimo de lucro Generation Engage y miembro de la quinta generación que desciende del multimillonario y filántropo John Davison Rockefeller; o el director de la fundación Google.org, Larry Brilliant.
Junto a ellos, dos grandes impulsores de los proyectos sociales: el premio Nobel de la Paz y pionero de los microcréditos Muhammad Yunus, denominado el banquero de los pobres, ya que su entidad, el Banco Grameen, fue la primera institución financiera del mundo en conceder préstamos a personas sin solvencia económica, y Nicholas Negroponte.
El científico estadounidense es el creador de la iniciativa "Un ordenador para cada niño (One laptop per chile)", que pretende producir ordenadores portátiles a cien dólares para reducir la brecha digital en los países menos desarrollados. Durante el foro, la revista "Poder" y Boston Consulting Group anunciaron la entrega a este programa de 1.300 ordenadores.
La organización señaló que la filantropía en América Latina “no ha terminado de despegar en determinados sectores, aun cuando la comunidad hispana en Estados Unidos ha demostrado su capacidad de compromiso a través del envío de millones de dólares en remesas que mandan a sus países, no sólo para sus familias sino también para programas de apoyo social y económico en sus ciudades de origen”.
Televisa y Azcárraga
El "Foro Poder" pretendía abrir un debate sobre el sentido actual de la filantropía y la importancia que cobra la inversión corporativa en proyectos sociales, en especial para Iberoamérica. El contenido de este foro nace de la constatación de que los modelos de negocio que triunfan en el mundo son rápidamente asimilados en América Latina. No ocurre lo mismo cuando se trata de una inversión más desinteresada, ya sea a través de causas filantrópicas o de empresas que tienen planes de responsabilidad corporativa para ayudar al desarrollo de la sociedad. El Foro de Miami pretendía alcanzar compromisos en este sentido.
Durante la reunión, distintas personalidades del mundo de los negocios, la política y la economía presentaron sus puntos de vista y experiencias. El encuentro fue una extraordinaria oportunidad para crear una poderosa red de intercambio de ideas y acuerdos. El resultado debe incluir modelos innovadores y programas de impacto que generen una mayor inversión en América Latina en programas de desarrollo social, educativo y económico.
Empresarios como el presidente de Televisa, Emilio Azcárraga , presidente del Grupo Televisa y presidente del consejo del "Foro Poder" sobre Filantropía, impulsor asimismo del Foro Poder, entiende que “queda mucho camino por recorrer en el compromiso empresarial con los más desfavorecidos. El principal objetivo de este foro es concienciar a los líderes de opinión de la región de que la filantropía no sólo es ayudar sino que también es invertir en el crecimiento de la región”. El objetivo del encuentro de Miami representa, precisamente, “una buena oportunidad para que los grandes empresarios debatan sobre cómo invertir en filantropía y adquieran compromisos”.
Para el presidente de la cadena mexicana, el papel de los medios de comunicación es fundamental en este proceso. “Podemos contribuir no sólo a generar debate sobre cuestiones, sino utilizar también los instrumentos a nuestro alcance para que se conozcan causas sociales y enviar mensajes educativos o sanitarios”. Televisa es un ejemplo de ello. Aprovecha algunos de sus grandes programas y producciones para concienciar e involucrar a los televidentes. Es lo que Azcárraga denomina “el uso social de la televisión comercial”. El Foro Poder Filantropía se inauguró con una actuación del cantante Juan Luis Guerra y la intervención del líder del grupo mexicano Maná. Entre otros asistentes también fue destacable la presencia del presidente de la Fundación One Lapton per child, Nicholas Negroponte, que lidera un proyecto de creación de un ordenador de cien dólares, accesible a los más necesitados; el co-fundador de la ONG Generation Engage –una red para establecer relaciones entre jóvenes, clase política y organizaciones sociales–, Justin Rockefeller, y el presidente del Grupo Financiero Banamex,Roberto Hernández. Todos ellos fueron ponentes durante este encuentro.
Otras personalidades que asistieron al Foro fueron, entre otros, el presidente del Grupo Cisneros, Gustavo Cisneros; el editor ejecutivo del Miami Herald, Anders Gyllenhaal; la presidenta del Instituto Ayrton Senna, Viviane Senna; el director del Centro para Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Georgetown, Arturo Valenzuela; el co-presidente de NBC Entertainment y NBC Universal Television Studio, Ben Silverman; la miembro de la junta editorial del New York Times, Carolyn Curiel; o el vicepresidente ejecutivo de Univisión, César Conde.
Ricky Martin (en la foto), que preside una fundación con su nombre, junto al cantante de Maná, Fher Olvera y el percusionista de la banda, Alex González, fundadores de la organización ecologista Selva Negra, inauguraron el Foro con un concierto del dominicano Juan Luis Guerra.“Intento hacer todo lo que puedo para sacar a la gente de la oscuridad”, dijo Ricky Martin, cuya fundación lleva adelante acciones contra el tráfico de niños.“Si tenemos la posibilidad de hacer algo y no lo hacemos, simplemente permitimos que ocurra. Pero cuando uno decide hacer filantropía necesita estar organizado y hacer alianzas para lograr resultados”.
El líder de Maná, Fher Olvera, afirmó que “la filantropía no se debe limitar a gente famosa, con poder o dinero. No es sólo un asunto de los Bill Gates, sino de todos”. Y manifestó que a los artistas, por su poder de comunicación, corresponde “inspirar, y formar conciencia sobre la pobreza, como lo hicieron en algún momento John Lennon, Bob Marley o Bono”.
HOJA DE RUTA DEL ALTRUISMO
Explorar la filantropía en general y la española en particular e impulsar el desarrollo de la experiencia efectiva de la filantropía en nuestro país es el objetivo del libro homenaje a Rodrigo Uría Meruéndano y que, a modo de colofón, ha reunido una serie de conclusiones y recomendaciones, que pueden resumirse en diez puntos:
✎ La filantropía tiene raíces históricas profundas y de gran complejidad, que no conviene reducir mediante una simple contraposición entre una filantropía tradicional y una moderna. Y es probable que, en el futuro, esa complejidad vaya en aumento.
✎ La filantropía de los tiempos modernos, como las anteriores, tiene el problema de definir los criterios de su eficacia, sin embargo, hay algunas formas de actuar y de organizarse de la filantropía actual, que son homólogas con las de las organizaciones económicas y administrativas de los tiempos modernos, y que pueden mejorar el grado de su eficacia y su eficiencia.
✎ La filantropía moderna comparte con la tradicional el problema de diferencias entre sus motivaciones altruistas y las auto-interesadas, como parte de una estrategia de distinción social. Y eso afecta tanto a la filantropía de la elites como a la de la sociedad en general. Ambas son importantes, de hecho, la primera sólo puede sostenerse y prosperar si recibe el apoyo y la estima de una sociedad filantrópica.
✎ La experiencia filantrópica norteamericana ha introducido criterios de racionalidad instrumental y muestra una extraordinaria pujanza. Considerada como un laboratorio de experiencias, suscita el interés general, incluidas las élites económicas españolas.
✎ La experiencia europea de la filantropía moderna se ha visto influida por el desarrollo de un sistema de bienestar con un fuerte componente estatal, lo que ha tendido a ser complementado por una pauta de colaboración entre la filantropía privada y las administraciones públicas.
✎ Es preciso desarrollar investigacines empíricas sobre la filantropía en nuestro país. Una primera encuesta arroja como resultados que las elites económicas están en un momento crucial a este respecto: ellos y sus familiares tienen una especial disposición a implicarse en actividades filantrópicas, al tiempo que tienen la impresión de que estamos muy lejos de que la filantropía esté plenamente desarrollada en España, y piensan, además, que, hoy por hoy, no recibe el tratamiento fiscal que merece, ni tiene la estima de la sociedad y de la clase política que debería tener.
✎ De la importancia actual de la filantropía española dan testimonio los datos de donaciones, asociaciones y fundaciones. El doble impulso de una filantropía de elites y una filantropía de la sociedad en general se pone de manifiesto en la estructura de las donaciones deducibles del IRPF, que muestra cómo los más ricos son, proporcionalmente, los más numerosos a la hora de dar y los que dan, de media, en mayor cantidad, pero son más bien las clases medias las que dan más en proporción a sus ingresos y las que reúnen, en conjunto, el mayor volumen agregado de donaciones.
✎ Es importante aplicar las mejores prácticas de gobierno corporativo y de transparencia de los modos de gestión de las organizaciones económicas a las filantrópicas y especialmente a las fundaciones. En referencia tanto a la congruencia de sus actividades con su identidad fundacional como a la financiación de las mismas y a los procesos de gestión, de control del uso de sus fondos y de presentación de sus cuentas.
✎ El traslado de las mejores prácticas de gobierno corporativo de las organizaciones económicas debe aplicarse también en cuanto a la política de personal de las instituciones filantrópicas y a la mejora del nivel de profesionalización de sus directivos y de sus cuadros.
✎ En cuanto a las tendencias de las actuaciones, se combinan las actividades orientadas a resolver problemas de dependencia y vulnerabilidad, y las dirigidas a mejorar la autonomía y la capacitación de la población. Respecto al ámbito de las actividades, son preferentes las actuaciones en el propio país, pero también en otras partes del mundo.