Dicen que todo lo que toca lo convierte en oro. El que fuera cofundador de PayPal y uno de los primeros inversores de Facebook y con una fortuna estimada en más de 2.200 millones de dólares, comparte en un nuevo libro su particular y políticamente incorrecta visión del emprendimiento de éxito.
En la actualidad se dedica a la inversión en start up tecnológicas y biotecnológicas, no tiene reparos en afirmar públicamente que la competencia perfecta es el peor de los escenarios posibles para una empresa, o que los fondos de capital riesgo de Silicon Valley prácticamente lo dejan todo en manos del azar. Se trata, como él mismo predica, de pensar diferente y de generar algo completamente distinto. Incluso ha llegado a decir que «las start up empiezan como si fueran pequeñas sectas». Sólo aquellos que cuestionan los convencionalismos podrán crear productos y servicios verdaderamente novedosos.
Además de sus inversiones en innovación o la búsqueda de sectores novedosos en los que crear ‘start up’, el cofundador y antiguo CEO de PayPal busca emprendedores precoces. Para eso ha creado ’20 under 20 Transforming Tomorrow’, una iniciativa de ‘mentoring’ y financiación de ideas en el que cada año reúne a 20 jóvenes menores de 20 años en un programa de dos años.
Entre sus proyectos empresariales más exitosos, además de PayPal, se encuentra Palantir, una compañía que emplea tecnología similar a la del control de riesgos en los pagos online a otros ámbitos, como la seguridad nacional. Asimismo, desde Founders Fund, él y Brian Singerman han impulsado más de una docena de ‘start up’ en el sector de la salud y la biotecnología, que persiguen ganarle la partida a la muerte.
Éstas son las diez ideas más atípicas, al tiempo que mejores lecciones de emprendimiento, que se desprenden de su obra “De cero a uno. Cómo inventar el futuro”, publicada este mes de febrero:
“El éxito nunca es accidental. El triunfo se debe al esfuerzo y a una visión a largo plazo definida”
1. No seas disruptivo: «La obsesión de las start up por la disrupción significa que se ven a sí mismas a través de los ojos de las viejas compañías», indica. Para Thiel, «si tu empresa puede resumirse por su oposición a compañías ya existentes, no puede ser completamente nueva». En contra, este emprendedor propone dejar de obsesionarse por la disrupción y centrarse en crear algo que aún no exista, tratar de conquistar un nicho de mercado y ampliar después ese dominio a otros ámbitos.
2. Mejor ser el último que el primero: Se suele decir que llegar el primero a un mercado es clave para el éxito. Peter Thiel es de la opinión contraria. «Lo que realmente importa es generar flujos de efectivo en el futuro, de modo que ser el primero no te hará ningún bien si alguien más aparece y te quita el sitio. Es mucho mejor ser el último, es decir, hacer el último gran desarrollo de un mercado específico y disfrutar años o incluso décadas de los beneficios del monopolio», argumenta.
3. Aspira a crear un monopolio: Peter Thiel entiende por monopolio una situación en la que una empresa domina un mercado por méritos propios, no por imposición legal o gubernamental. Un ejemplo de ello es Google, que acapara más del 80% del negocio de las búsquedas online. Según el fundador de PayPal, la aspiración de un emprendedor es la de crear un producto o servicio tan revolucionario que llegue a monopolizar una industria. Para Thiel, la competencia perfecta es de hecho lo opuesto al capitalismo: un sector en el que existan muchos competidores que apenas difieren entre sí tiende a ajustar sus márgenes, con lo que, independientemente de su tamaño, dejará de ser un sector atractivo.“Debes conquistar primero un nicho de mercado para poder ampliar después ese dominio”
4. Los grandes negocios pueden ser malos negocios: Thiel pone un ejemplo: «Las aerolíneas estadounidenses sirven a millones de pasajeros y generan cientos de miles de dólares de valor cada año. Pero en 2012, cuando el precio medio de un pasaje rondaba los 178 dólares, la aerolínea recaudaba sólo 37 centavos por pasajero. Google recaudó 50.000 millones de dólares en 2012, pero se quedaba con el 21% de dichos ingresos». La razón, según este visionario, es simple: «Las aerolíneas compiten entre sí, pero Google está solo».
5. El éxito nunca es accidental: Al cofundador de Twitter Jack Dorsey le llovieron las críticas por aseverar en un tuit que «el éxito nunca es accidental». Aún a riesgo de ser igualmente criticado, Thiel se reafirma y sostiene que todos los grandes líderes empresariales triunfaron por su esfuerzo y por contar con una visión de largo plazo definida y ambiciosa.
6. Un equipo grande nunca podrá ser verdaderamente innovador: Una start up, según su experiencia, «es el mayor grupo de personas a las que puedes convencer para llevar a cabo el plan de construir un futuro diferente». Esta afirmación conduce a una inevitable paradoja: si una start up tiene éxito, crecerá, y por tanto antes o después perderá esa agilidad que la hizo triunfar inicialmente.
7. Guarda en secreto tu personal visión a largo plazo: Se suele decir que, en la era de las tecnologías de la información, compartir una idea de negocio con terceros ayuda a enriquecer el resultado final. Al fin y al cabo, no es la idea sino su ejecución lo que importa. Para Thiel, no obstante, un emprendedor que aspire a crear algo grande debe tener una visión a largo plazo, y guardarse para sí parte de ese misterio. «Una gran compañía es una conspiración para cambiar el mundo; cuando compartes tu secreto, el receptor se convierte en un compañero de conspiración».
8. Nunca contrates a una empresa de cazatalentos: Si el equipo es el factor más relevante en el éxito de una compañía, de ningún modo debe subcontratarse dicha tarea a una empresa externa. Así lo cree Thiel, para quien la clave de poner en marcha un nuevo proyecto reside no sólo en conformar una plantilla con capacidades complementarias, sino capaces de llevarse bien a largo plazo. «Necesitas personas que no sólo sean expertas sobre el papel, sino que trabajen juntas de un modo cohesionado una vez contratadas».
9. Descarta toda ‘start up’ cuyo CEO lleve traje y corbata: Thiel propone rehuir de toda compañía cuyos socios fundadores vistan de traje en sus reuniones comerciales. Se refiere, en concreto, a los directivos de las firmas de tecnologías verdes, a diferencia de las start up tecnológicas de Silicon Valley, donde la camiseta y los vaqueros constituyen el uniforme oficial. «No hay nada de malo en que un consejero delegado pueda vender, pero si realmente parece un vendedor, probablemente sea malo en las ventas y un peor tecnólogo», afirma.
10. El mito del emprendimiento social: Los emprendedores sociales son aquellos que pretenden combinar lo mejor del mundo corporativo, enfocado en ganar dinero, y del filantrópico, centrado en el bien social. «Por lo general, acaban por no hacer bien ninguna de las dos cosas», dice Thiel. «Hacer algo diferente es lo realmente bueno para la sociedad, y es también lo que permite que un negocio consiga beneficios a través de la monopolización de un mercado».