El Museo Thyssen-Bornemisza presenta, hasta el 22 de enero de 2017, una exposición, formada por 77 obras, del artista francés, maestro del impresionismo, Pierre-Auguste Renoir (1841-1919). La muestra pasará posteriormente al Museo de Bellas Artes de Bilbao, entre el 7 de febrero y el 15 de mayo de 2017.
Procedentes de museos y colecciones de todo el mundo, “Renoir: intimidad” permite descubrir como el pintor usaba el volumen, la materia o las texturas para plasmar la intimidad en sus diversas formas, amistosa, familiar o erótica. La exposición está organizada en cinco apartados: Impresionismo, Retratos, Paisajes, Escenas familiares y domésticas, y Bañistas.
Su hijo, el conocido director de cine, Jean Renoir, escribió que su padre “miraba las flores, las mujeres, las nubes del cielo como otros hombres tocan y acarician”.
“Mientras en los retratos de grupo de Manet o Degas por ejemplo, los protagonistas mantienen la distancia entre ellos y con el espectador, Renoir dota a sus figuras de una cercanía tangible. En sus escenas con dos o más personajes, es habitual que estos participen en un juego de alternancia entre el contacto visual y el contacto físico, parejas de hermanos o de madres e hijos en las que uno de ellos mira al otro y este le corresponde tocándole con la mano…
Otros detalles en los cuadros de Renoir que aluden a sensaciones palpables son las cabelleras con las que juegan y enredan las manos, los perros en brazos de figuras femeninas, los paños o toallas que cubren el pecho o envuelven los muslos, una labor de costura, unas madejas de lana o la espesura de un jardín…”
Esta será la mayor retrospectiva que sobre el artista galo se ha hecho en nuestro país, y los cuadros llegan al museo desde el Metropolitan de Nueva York, Musée Marmottan Monet de París, el Art Institute de Chicago, el Museo Pushkin de Moscú, el J. Paul Getty de Los Ángeles, o la National Gallery de Londres.
Quién era el pintor Renoir
Nacido el 25 de febrero de 1841 en Limoges en el seno de una familia humilde, fue el sexto de los siete hijos de Léonard Renoir y Marguerite Merlet. Su padre era sastre y su madre, costurera. En 1844, los Renoir se trasladaron a París, en donde el padre esperaba mejorar su situación económica. En 1854, abandonó sus estudios en la escuela y fue enviado al taller de los hermanos Lévy con el fin de que aprendiera sobre el arte de la pintura en porcelana. Según Edmond Renoir, su hermano menor, su deseo de forjar una carrera artística era ya apreciable desde su niñez, cuando Auguste dibujaba sobre las paredes con trozos de carbón. El aprendiz fue tomando el gusto al oficio: al finalizar el día, cargando un cartón más grande que él, acudía a cursos gratuitos de dibujo.
Con 17 años copiaba pinturas sobre abanicos, pantallas de lámparas y persianas. Fue admitido en la Academia de Bellas Artes y en 1862 se matriculó en la academia del pintor suizo Charles Gabriel Gleyre, donde se encontraría con Fridéric Bazille, Claude Monet y Alfred Sisley.
En 1864 tuvo lugar su primera exhibición en París, pero no fue verdaderamente reconocido hasta 1874, en la primera exposición de pintores de la nueva escuela impresionista.
Consiguió una gran reputación con la exposición individual celebrada en la galería Durand-Ruel de París en 1883.
Las penurias económicas de Renoir terminaron con el éxito de la exposición impresionista de 1886 en Nueva York. En 1892, realizó una muestra antológica en los salones de Durand-Ruel.
A partir de ese momento los éxitos se suceden. Sin embargo, ni su artritis, que le lleva a instalarse en la Provenza en busca de un clima más cálido -es operado en 1910 de las dos rodillas, una mano y un pie-, continuó trabajando con un pincel atado a su brazo, ni el alistamiento de sus hijos Pierre y Jean durante la Primera Guerra Mundial, ni incluso la muerte de su esposa en 1915, logran disminuir su entusiasmo por la pintura.
Pierre-Auguste Renoir falleció el 3 de diciembre de 1919 en Cagnes.