Por Javier Atance
Todas las fiestas tienen unas músicas que las arropan y las identifican. Las Navidades tienen como banda sonora a los villancicos, que son canciones cuya letra hace referencia a la Navidad y pertenecen al género de la lírica/poesía.
La palabra villancico, proviene de las canciones que cantaban los villanos, es decir, los habitantes de las villas y servía para registrar la vida cotidiana de los pueblos. Como vemos su procedencia es pagana y cantaba los problemas cotidianos de la gente y sus problemas, vamos como un “Sálvame” de la época, musicando amores y desamores, anécdotas curiosas, fallecimientos y/o todo aquello que era de interés del pueblo, y que por cierto, no gustaba mucho a las autoridades eclesiásticas, hasta el punto de que estaban prohibidos por la Iglesia cuando surgieron en el siglo XIII, aunque luego a partir del siglo XV, la Iglesia los fue aceptando y cambiando sus letras mundanas por motivos religiosos cantando a la Navidad.
A partir del siglo XVI, los maestros de capillas en las catedrales e iglesias importantes, ya preparaban músicas y letras diferentes cada año hasta completar un rico repertorio de Navidad, para alcanzar su mayoría de edad en el siglo XIX, cuando por accidente, (pero esa es otra historia curiosa para detallar en otra ocasión), un cura al que se le estropea el órgano, y un músico aficionado que tocaba la guitarra, ambos austriacos, crean “Noche de paz” improvisando para salir del apuro en aquella Navidad de 1818 y con el tiempo, este tema se ha convertido en el himno universal a la Navidad dejando a los villancicos como la música navideña más reconocida.
Las primeras fuentes documentales en las que aparece la palabra “villancico” son el Cancionero de Stúñiga, (1458), y el Chanssonier d’Herberay, (1463), más posteriores son el Cancionero de la Colombina y el Cancionero musical de Palacio y si hablamos de compositores de villancicos importantes, debemos citar a Juan del Encina a finales del siglo XV como el autor más representativo de este género. En sus composiciones utilizaba el tiempo binario cuando la temática era religiosa y para aquellas obras que tenían una temática popular, el ternario. El villancico en esta época ya consistía en una forma musical y poética que alternaba coplas con estribillo, que es la estructura actual más utilizada.
Los villancicos se han convertido en canciones universales y los principales cantantes en todos los idiomas, y de todos los estilos, los han incluido en sus repertorios: Elvis Presley, Nat King Cole, Frank Sinatra, José Feliciano, Thalia, Nana Mouskouri…, entre los foráneos, pero también aquí: José Luis Perales, Julio Iglesias, Raphael y tantos otros tienen títulos de villancicos propios o versionados muy populares y cada año, repetitivamente, volvemos a escucharles en las fiestas navideñas y como música ambiental en los grandes almacenes.
El bilingüismo nos los presenta en sus versiones inglesas o castellanas y así, “Noche de Paz” (Stille Nacht), “Blanca Navidad” (White Christmas) o el clásico latino “Adeste Fideles”, son fieles a su cita cada Navidad, a la que nunca falta tampoco “El tamborilero”, que es nuestro villancico más vendido desde que Raphael lo adaptara al castellano, o los villancicos tradicionales de siempre: “Campana sobre campana”, “Los peces en el río”, “La Marimorena”, cada región tiene los suyos y los orfeones, coros y orquestas nos los ofrecen en numerosos conciertos cuando la Navidad se hace presente.
Las cifras de ventas pueden competir con la de otros géneros musicales más modernos y así, una canción navideña figura en el libro Guinness de los records como el tema más vendido en la historia navideña, con unos 70 millones de copias en todo el mundo. Lo logró «Blanca Navidad», de Irving Berlin, cantada por Bing Crosby y sigue vendiendo cada vez más, con versiones en centenares de idiomas del mundo.
Aprovechemos las fiestas de Navidad 2017 para asistir a algunos de los muchos conciertos de villancicos que en parroquias y centros culturales se organizan a lo largo y ancho de la geografía española y comprobemos una vez más que la música es uno de los pegamentos más potentes que existen para unir a las personas. Pero no nos conformemos con escuchar, demos un paso más y cantemos villancicos en familia en torno al belén o al árbol de Navidad, para comprobar en persona, que no cantamos para ser felices, sino que somos felices porque cantamos.
Desde las páginas de Golden Spain, éste que suscribe, quiere expresar dos deseos para todos vosotros: uno colectivo, que la Navidad nos traiga un mundo más justo, más habitable y más fraterno, acorde con el mensaje de paz de estos días que cantan los villancicos, y otro individual, que sea esta Navidad motivo de muchas felicidades y que tengáis todos unas Fiestas maravillosas con los vuestros compartiendo hermosos momentos todos juntos y que los villancicos, bandas sonoras de estas fiestas navideñas, os ayuden a soñar, porque soñar no cuesta nada, pero luchar por lo que se sueña sí. Que el Nuevo Año os conceda esa capacidad para luchar por vuestros sueños y que la suerte os acompañe para alcanzarlos.
