Los casos de influyentes empresarios norteamericanos demostrando que es posible compaginar el éxito empresarial con una notable tarea altruísta, son un ejemplo para las elites económicas españolas.
The Chronicle of Philanthropy acaba de hacer pública la lista de los 50 mayores donantes de Estados Unidos en 2013. La mayor donación corresponde a la del matrimonio formado por el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg y Priscilla Chan, que entregaron 992 millones de dólares(727 millones de euros) a la fundación de la Comunidad de Silicon Valley, principalmente para programas para niños.
El segundo donante de mayor cuantía es George Mitchell, un antiguo magnate de la industria tejana de la energía, quien a su muerte en julio dejó un legado de 750 millones de dólares (550 millones de euros) a la fundación que lleva su nombre y el de su mujer, Cynthia, también fallecida, que trabaja en Ciencia, sostenibilidad y medioambiente, en relación a actividades energéticas y agua.
Para hacerse una idea de la magnitud de la generosidad de los ricos estadounidenses, basta señalar que la suma de estos dos legados, 1.230 millones de euros, igualan la de toda la filantropía en España, según los datos más recientes, del año 2011, elaborados por Ricard Valls, publicados por Zohar, una consultora de marketing social, y que ascienden a 1.231 millones de euros.
Las 50 mayores donaciones realizadas en Estados Unidos el año pasado sumaron la cantidad de 7.670 millones de dólares (5.600 millones de euros), una cifra que se aproxima bastante a del total de las dotaciones que han recibido a lo largo de su historia las fundaciones españolas, que es de 7.427 millones de euros, según el estudio de los académicos, Marta Rey y Luis Ignacio Álvarez González, realizado para la Asociación Española de Fundaciones. Este mismo estudio, El Sistema Fundacional Español, subraya que las fundaciones reciben un porcentaje superior de las donaciones por parte de las empresas que de los particulares. La mitad de los grandes donantes estadounidenses da el dinero a las universidades.
Lo más admirable de la filantropía estadounidense quizás sea la generosidad que muestran los ricos con las universidades, en un acto de reconocimiento del papel liberador que juega el saber en el desarrollo de la especie humana. No es necesario recordar aquí que Harvard cuenta con un fondo que maneja activos por valor superior a los 30.000 millones de dólares, Yale maneja 19.000 millones, Princeton cuenta con 17.000 millones, cifra muy similar a la de Stanford, y en quinta posición están el MTI, que cuenta con 10.000 millones. Mientras tanto en España, las universidades públicas están en una situación económica desesperada, y las privadas no están holgadas.
Filantropía española
La mayor aportación a la filantropía en España corresponde a las rentas inferiores a los 80.000 euros España en materia de filantropía tiene un problema con los ricos, ya que la mayor aportación a esta noble causa, con un 64% del total corresponde a los 2,6 millones de ciudadanos que dan 784 millones de euros anuales, lo que supone una media de 302 euros, concentrada especialmente en personas con rentas anuales de entre 30.000 y 80.000 euros.
Los españoles son generosos, como demuestran también con otras acciones no monetarias, donación de sangre y órganos, voluntarios, etc,y su perfil está estudiado. En una encuesta que hizo el CIS en el año 206, se apuntaba que los técnicos y cuadros medios donaban más que los directores y profesionales, siendo obviamente los pensionistas y parados los que menos dinero dan. En un estudio que hizo la Universidad Johns Hopkins en los años noventa del siglo pasado, España era el segundo país con más donaciones por habitante, por detrás de Estados Unidos, que duplicaba la cantidad, pero muy por encima de Alemania y Japón.
Si bien hace años se disculpaba la racanería de los ricos españoles en acciones filantrópicas por no haber demasiados. Emilio Botín era el único que aparecía en la lista de Forbes en esa misma década en las que los españoles de a pie mostraban generosidad. Sin embargo del apellido Botín a nivel filantrópico sólo se conocía el legado de su tío para la fundación Marcelino Botín, a la que ahora le han desprendido el nombre a efectos mediáticos dejando el apellido.
No obstante, en la última lista hay 20 ilustres nombres españoles, muchos de ellos enriquecidos con la promoción inmobiliaria y la construcción, en el club de los que disponen de más de 1.000 millones de dólares. De los nombres de esta lista, hemos sabido de una donación de 20 millones de la fundación de Amancio Ortega a Cáritas, que a modo comparativo sería muy baja respecto a las de los estadounidenses. La cantidad mínima donada entre los 50 primeros donantes ha sido de 37,5 millones de dólares, 27,4 millones de euros. Confiamos en que Ortega, el tercer más rico del mundo, con una fortuna estimada de 60.000 millones de dólares, aporte mucho más dinero, pero el hecho es que se le conoce más por el gusto que tiene de las inversiones inmobiliarias que por sus obras filantrópicas.
La generosidad de los ricos depende de factores individuales y socioculturales. En España, la caridad, que es el precedente, de cuña religiosa, hasta hace muy poco de la actividad filantrópica, más laica y que encaja en la filosofía moral, no parece que los ricos hayan avanzado al mismo ritmo que el pueblo llano. Los estadounidenses tienen un concepto severo de la transimisión patrimonial a sus herederos, y gran parte de los multimillonarios se consideran administradores de la riqueza que han conseguido pero que devolverán la sociedad, verdadera propietaria. Consideran que son unos maximizadores del beneficio social. Recordemos que Warren Buffett, el cuarto más rico del mundo, comprometió 31.000 millones de dólares en 2006 a la fundación del matrimonio Gates.
Tendencias del altruismo
En comparación con los más ricos, las clases medias son las que dan más en proporción a sus ingresos y las que reúnen, en conjunto, el mayor volumen agregado de donaciones. Explorar la filantropía en general y la española en particular e impulsar el desarrollo de la experiencia efectiva de la filantropía en nuestro país es el objetivo del libro homenaje a Rodrigo Uría Meruéndano y que, a modo de colofón, ha reunido una serie de conclusiones y recomendaciones, que pueden resumirse en diez puntos:
✎ La filantropía tiene raíces históricas profundas y de gran complejidad, que no conviene reducir mediante una simple contraposición entre una filantropía tradicional y una moderna. Y es probable que, en el futuro, esa complejidad vaya en aumento.
✎ La filantropía de los tiempos modernos, como las anteriores, tiene el problema de definir los criterios de su eficacia, sin embargo, hay algunas formas de actuar y de organizarse de la filantropía actual, que son homólogas con las de las organizaciones económicas y administrativas de los tiempos modernos, y que pueden mejorar el grado de su eficacia y su eficiencia.
✎ La filantropía moderna comparte con la tradicional el problema de diferencias entre sus motivaciones altruistas y las auto-interesadas, como parte de una estrategia de distinción social. Y eso afecta tanto a la filantropía de la elites como a la de la sociedad en general. Ambas son importantes, de hecho, la primera sólo puede sostenerse y prosperar si recibe el apoyo y la estima de una sociedad filantrópica.
✎ La experiencia filantrópica norteamericana ha introducido criterios de racionalidad instrumental y muestra una extraordinaria pujanza. Considerada como un laboratorio de experiencias, suscita el interés general, incluidas las élites económicas españolas.
✎ La experiencia europea de la filantropía moderna se ha visto influida por el desarrollo de un sistema de bienestar con un fuerte componente estatal, lo que ha tendido a ser complementado por una pauta de colaboración entre la filantropía privada y las administraciones públicas.
✎ Es preciso desarrollar investigacines empíricas sobre la filantropía en nuestro país. Una primera encuesta arroja como resultados que las elites económicas están en un momento crucial a este respecto: ellos y sus familiares tienen una especial disposición a implicarse en actividades filantrópicas, al tiempo que tienen la impresión de que estamos muy lejos de que la filantropía esté plenamente desarrollada en España, y piensan, además, que, hoy por hoy, no recibe el tratamiento fiscal que merece, ni tiene la estima de la sociedad y de la clase política que debería tener.
✎ De la importancia actual de la filantropía española dan testimonio los datos de donaciones, asociaciones y fundaciones. El doble impulso de una filantropía de elites y una filantropía de la sociedad en general se pone de manifiesto en la estructura de las donaciones deducibles del IRPF, que muestra cómo los más ricos son, proporcionalmente, los más numerosos a la hora de dar y los que dan, de media, en mayor cantidad, pero son más bien las clases medias las que dan más en proporción a sus ingresos y las que reúnen, en conjunto, el mayor volumen agregado de donaciones.
✎ Es importante aplicar las mejores prácticas de gobierno corporativo y de transparencia de los modos de gestión de las organizaciones económicas a las filantrópicas y especialmente a las fundaciones. En referencia tanto a la congruencia de sus actividades con su identidad fundacional como a la financiación de las mismas y a los procesos de gestión, de control del uso de sus fondos y de presentación de sus cuentas.
✎ El traslado de las mejores prácticas de gobierno corporativo de las organizaciones económicas debe aplicarse también en cuanto a la política de personal de las instituciones filantrópicas y a la mejora del nivel de profesionalización de sus directivos y de sus cuadros.
✎ En cuanto a las tendencias de las actuaciones, se combinan las actividades orientadas a resolver problemas de dependencia y vulnerabilidad, y las dirigidas a mejorar la autonomía y la capacitación de la población. Respecto al ámbito de las actividades, son preferentes las actuaciones en el propio país, pero también en otras partes del mundo.