En su momento, el fantasma de la “españolización” de la banca lusa llegó a provocar alguna tensión entre Lisboa y Madrid, pero muy pronto se olvidó bajo el paraguas de la Unión Europea. Ahora las cosas han cambiado. Hasta tal punto que se subrayara la buena gestión española, empezando por el Santander Totta, que tras la adquisición de Banif y la integración de la red lusa del Popular lidera la banca privada con un “share” de 17%. Del mismo modo también se contempla con optimismo la evolución del Banco Portugués de Inversiones (BPI), cuyo control absoluto pasó en febrero pasado a manos de CaixaBank.
Según publica en Elconfidencial.com el periodista luso José Alves, “la inversión española en la banca inspira ahora claramente menos recelos, por ejemplo, que el capital público extranjero, como el chino y el angoleño en el BCP. Fosum tiene un 25% y podrá alcanzar un 30%, sin afectar la participación de Sonangol (15%). Lo mismo pasa con el fondo estadounidense Lone Star, que pese a tener una imagen de inversor especulativo, se hizo con el 75% de Novo Banco (NB), a cambio de 1.000 millones de capitalización, pero dejando al Fondo de Resolución (con un 25% del capital) y a las arcas del Estado asumiendo unos 4.900 millones de riesgos y de pérdidas potenciales”.
El Santander-Popular
No es solo por la proximidad geográfica y cultural y por el hecho que una tercera parte del comercio exterior luso pasa por España, que la banca española apuesta fuerte en el mercado portugués. “La clave es la rentabilidad de la inversión. El mejor ejemplo de ello es el del Santander, que a finales de la década de 1990 fue el primer banco extranjero en hacerse con un banco portugués. El SantanderTotta, como se llama ahora, no sabe lo que es experimentar pérdidas y siempre ha tenido buenos resultados, que año tras año representan casi la mitad del beneficio neto del grupo en la Penísula”.
En el 2016, por ejemplo, sacó un “notable”, con un resultado neto de 400 millones ( un 35% más que en 2015), casi un 47% de los 900 millones cosechados por el grupo en el mercado español. Y en el ejercicio actual va por el mismo camino. Con 336 millones ganados entre enero y septiembre, un 15% más, superó los resultados del grupo en mercados como el norteamericano (337 millones), argentino (263 millones) y polaco (219 millones), y representó un 40% del beneficio neto de 914 millones registrado por el grupo en el mercado español.
Al margen de la adquisición de Banif, realizada a finales de 2015 y que supuso una inversión de 150 millones (solo se hizo efectiva después de que el Estado portugués pusiera 3.000 millones para limpiar activos tóxicos), Santander Totta también integró las oficinas lusas del Popular, sin tener que pagar la factura de 122 millones generada por la reestructuración de la red. Quedó en el Santander como operación intergrupo, sin afectar los resultados de Santander Totta.
Con un 17% del mercado, SantanderTotta supera al chino angoleño BCP (que tiene un 16,5%) y el ahora al norteamericano NB ( un 14% de cuota), frente al 11% del BPI y el 2% atribuido a Bankinter, que se hizo con la red lusa de Barclays. Así, pese a la deserción del BBVA, que llegó a tener un 5% del mercado luso y que tras años sucesivos de pérdidas solo tiene una decena de oficinas (prácticamente opera como banco de representación, es casi una tercera parte del sector que está hoy en manos españolas.
CaixaBank
Y nadie descarta un incremento de la participación española. Santander Totta, que llegó a estudiar la adquisición de NB (se hubiera elevado al 45% el control español del sector bancaria), sigue atento a nuevas oportunidades. “Lo mismo parece hacer CaixaBank, aunque apueste principalmente por el crecimiento orgánico del BPI. Los de Jordi Gual contemplan la posibilidad de interesarse por activos del NB que Lone Star pondrá probablemente en venta, pero en principio nunca antes de tres años”.
CaixaBank reconoce que la recuperación de la inversión en Portugal será más rápida de lo previsto en febrero, cuando tras un duro pulso con la angoleña Isabel dos Santos lanzó una OPA de 644 millones, para incrementar su participación del 45,5% al 84,5%. BPI tuvo además que ceder a la accionista angoleña un 2% del Banco de Fomento de Angola (BFA), donde tenía un 50,5%. El control pasó así a manos de Isabel dos Santis, con que BPI ya no puede consolidar el BFA, donde sus 48,5% son ahora una simple participación financiera, tal como exige la normativa comunitaria..
“Fue un “harakiri” doloroso pero inevitable. BPI obtiene la mayor parte de sus beneficios en Angola, pero por exigencia del BCE, tenía que rebajar su exposición al riesgo angoleño, y según los criterios de la autoridad bancaria europea, deberá rducir su participación en BFA. Pablo Forero, que es el primer extranjero a dirigir un banco luso (sucedió a Fernando Ulrich que llevaba dos décadas al frente del BPI) es muy consciente de ello, pero avanza que todo se hará sin prisas, y en las mejores condiciones para la entidad”, añade Alves.
El nuevo BPI
“Mientras tanto, BFA seguirá siendo la vaca lechera del BPI. Entre enero y septiembre aportó 154 millones al resultado, que alcanzó así, los 312 millones (un 71% más). Pero, por el impacto negativo de 212 millones de la no consolidación del BFA, y otros 77 millones de gastos extraordinarios, el resultado final quedó en 23 millones. Sin embargo, Pablo Forero lo tiene claro: el retorno de la inversión en el BPI será más rápido de lo previsto inicialmente”, explica el periodista luso en el digital español.
Del volumen de sinergias de 120 millones previsto a partir de 2019, el BPI tiene ya realizadas y registradas 103 millones. Y, sobre todo, según el CEO del banco, los costes de reestructuración quedaron muy por debajo de los 250 millones previstos, en relación principalmente con el plan de reducción de plantilla. BPI prever tener una plantilla de 5.000 empleados para finales de 2018, pero ya tiene cerradas y firmadas todas las 900 jubilaciones anticipadas y salidas voluntarias anunciadas, con que descarta por completo la posibilidad de conflictos y de inesperadas sorpresas.
“El “nuevo” BPI controlado por CaixaBank, tiene también muy claro cuál será su estrategia comercial: apostará principalmente por la calidad del servicio, aunque solo fuera para justificar la revisión a la baja de las tasas de interés y el incremento de las comisiones. La expansión del negocio pasará por dar un nuevo impulso al crédito empresarial, donde el BPI tiene solo un “share” del 8%, e igualmente al crédito hipotecario”.
“Según Mood’s, BPI y Santander Totta son los bancos lusos que ofrecen mayores garantías de solvencia, con unas ratios de crédito problemático (“non performing loans”) del 7% y del 7,7% respectivamente, frente al 13,5% del banco estatal Caixa Geral de Depósitos (lidera el sector con un “share” del 30%) y al 17% del BCP. Y en relación con NB, cuyo futuro sigue suscitando dudas, Moody’s advierte que aún tiene entre un 20% y un 32% de crédito problemático”, termina su reportaje José Alves.