El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo despejó las pocas dudas que podían quedar sobre las intenciones de la entidad en Portugal. Su objetivo no es otro que lograr el control del Banco Portugués de Inversiones (BPI), por el que lanzó una OPA por el 100% (ahora tiene un 44,1%). Lo demás, léase Novo Banco, no está en sus planes: “Era una posibilidad”, dijo. Y tampoco cambia nada las cosas que el Banco de Portugal haya descolgado al BPI de puja para comprar Novo Banco, el tercero del país por activos, en la subasta que tendrá lugar antes del verano. En esa puja sí mantiene el Santander.
La autorización de Bruselas, requisito previo para que la oferta de Caixabank por BPI se registre en la CMVM de Lisboa, fue aceptada como estaba previsto: Bruselas considera que la operación no plantea problemas de competencia "porque las cuotas de mercado de los dos bancos son muy pequeñas". CaixaBank aún necesita el plácet del Banco Central Europeo y de la Autoridad de Supervisión de Seguros y Fondos de Pensiones, que se dan por seguros. Los problemas para el éxito de la opa no llegarán de las autoridades, sino de los otros accionistas del BPI, que quieren que Caixabank mejore su oferta. De momento es de 1,3 euros por acción, y solicitan 2,3 euros.
En cualquier caso, Caixabank condiciona la opa a que previamente el consejo de administración de BPI aprueba desbloquear los límites de derechos de votos que perjudican actualmente a Caixabank, pues con el 44% del capital solo posee el 20% de los derechos de voto. El objetivo de la opa es hacerse con la mayoría del capital, pero con la mayoría de los derechos de votos, lo que le permitiría gobernar el banco. Los accionistas decidirán el 17 de junio si desbloquean el límite de derechos de voto. En las actuales condiciones, están en contra. Caixabank necesita el apoyo de la segunda mayor accionista, la angoleña Isabel Dos Santos (18,6% del capital), y esta necesita el apoyo de Caixabank si quiere sacar adelante su sueño: una fusión de BPI con BCP.
En el último trimestre, todos los beneficios de BPI procedieron de su filial en Angola, donde Dos Santos participa con el 49%. Desde enero, la Comunidad Europea exige que cualquier activo de los bancos en el país africano sean garantizado al 100%, lo que castiga los ratings de Caixabank. Esa filial de BPI podría llegar a ser una moneda de cambio para que Dos Santos cambie su parecer sobre la opa.
Para vencer la oposición de Isabel dos Santos, Caixabank está dispuesto a que la empresaria angoleña se quede con el Banco de Angola, filial del BPI. Este banco, creado de la nada, tiene un envés y un revés. Es un gran activo, por un lado, con un retorno de rentabilidad muy elevado, pero que exigiría grandes esfuerzos para ajustarlos a las exigencias sobre recursos propios del BCE o los acuerdos de Basilea. Angola es así, un país petrolero, rico, pero con un riesgo país importante o una inflación muy elevada. Todo es a corto plazo porque depende de un bien que se puede acabar. Chozas y petróleo; esa es la mezcla.
Aparte de la oposición de Isabel dos Santos, Caixabank tiene que superar también las reticencias sobre el futuro de la marca. Los ejecutivos portugueses temen que el cartel BPI desaparezca, en definitiva, a pesar de los mensajes lanzados en sentido contrario por el banco español. Insiste en que BPI seguirá cotizando en la Bolsa de Portugal como una entidad independiente, dentro del grupo CaixaBank.
Subasta de Novo Banco...
El Gobierno portugués aspira a colocar Novo Banco, la entidad financiera surgida en agosto de 2014 tras el rescate del Banco Espirito Santo (BES), antes del verano, por unos 4.900 millones de euros. Es, no hay que olvidarlo, la tercera entidad del país, con unos activos valorados en 72.500 millones, después de Caixa Geral de Depósitos, con unos 100.000 millones, y el Banco Comercial Portugués (BCP), con 78.800 millones. Y paralelamente, el Banco de Portugal sigue deshojando la margarita sobre los candidatos. Primero fueron 17, luego siete y ahora cinco.
El pasado 17 de abril, el banco emisor explicaba a última hora en una nota que eran cinco las ofertas no vinculantes aceptadas y que podrán presentar sus ofertas vinculantes antes de finales de junio. Termina así una las fases de la subasta y empieza otra, más interesante, decisiva. Por supuesto, el gobernador Carlos Costa no daba los nombres, algo a lo que sí se ha atrevido la prensa portuguesa. Entre ellos está el Banco Santander, del que ya nos hicimos eco en la crónica anterior al señalar que el banco de Ana Botín irrumpe en la subasta de Novo Banco, y otras cuatro ofertas: dos fondos especulativos americanos, Apollo y Cerberus, y dos grupos chinos, Fosun y la aseguradora Anbang. Los dos cuya oferta no vinculante se detiene son el Banco Portugués de Inversiones (BPI) -sobre el que Caixabank lanzó una OPA por el 100%-, y otro grupo asiático, el Bank of China.
El precio ofrecido será uno de los factores determinantes, no el único, en la selección del comprador. Sobre este punto, según el diario portugués Expresso, la oferta no vinculante del Santander está en unos 2.500 millones de euros, mientras que uno de los grupos chinos la ha situado por encima de los 4.000 millones de dólares. Ahora bien, los primeros resultados de Novo Banco con su nuevo presidente, Eduardo Stock da Cunha, no fueron precisamente para tirar cohetes, sino lo contrario. El Banco de Portugal tendrá también en cuenta otros criterios, como la estrategia para Novo Banco o el impacto en el sector en términos de competencia.
A los grupos chinos les interesa Portugal porque es una plataforma interesante para penetrar en Europa. Otro grupo chino, Haitong, compró en agosto Banco Espirito Santo Inversión -la división especializada del BES en inversión- por 379 millones de euros. El grupo Fosun, mientras, es uno de los mayores grupos industriales y de inversión chinos. Y lo mismo cabe decir de la aseguradora Anbang.
China ya ha accedido por esa vía a sectores estratégicos europeos, como el eléctrico o el aéreo. Grandes grupos de ese país como There Gorges (Las Tres Gargantas) o State Grid se hicieron con dos de las empresas portuguesas del sector energético, como EDP y REN. De hecho, la adquisición del 22% de EDP por There Gorges supuso después la salida de Iberdrola de la energética, en la que tenía un 6,6%. Los bancos chinos podrían repetir la misma estrategia en el sector bancario con la compra de Novo Banco.
...y venta de TAP
La privatización de TAP está entrando en una fase decisiva. El viernes, 15 de mayo, se cerró la fecha límite de presentación de ofertas al Gobierno portugués por la compañía de bandera en la que hay varios empresarios que serían potenciales interesados, como el alemán Efromovich (dueño de Avianca) y David Neeleman (propietario de la aerolínea brasileña Azul) y Miguel Pais do Amaral y la aerolínea brasileña Gol, según los medios portugueses. Otra de las empresas de inversión que está en el proceso es la firma estadounidense Apollo Global Management.
Greybull Capital se presenta como una empresa con inversiones diversificadas, que van desde la energía a la tecnología, a través de minoristas y la industria, con activos tanto en Europa como en los Estados Unidos. La compañía, con sede en Londres, compró Monarch en octubre 2014, invirtiendo 125 millones de libras (168 millones de euros al cambio actual) en la aerolínea británica, que tiene encurso un proceso de reducción de flota de 42 a 36 aviones, a pesar de tener un pedido de 30 aviones Boeing con entregas previstas a partir de 2018. Monarch tiene también un acuerdo de recortes salariales, que en algunos casos llega al 30%, según informó el año pasado la agencia británica de noticias Reuters.