Numancia hace 2150 años fue la última ciudad que resistió a Roma en la península Ibérica, como acaba de decirnos la Academia Portuguesa de la Historia, en un emotivo documento de apoyo para que Numancia sea Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Por Amalio de Marichalar y Sáenz de Tejada, Presidente de Foro Soria 21 para el Desarrollo Sostenible
Es sencillamente emocionante y un honor como español haber recibido este respaldo de una gran Nación como es Portugal. Portugal y España son las dos primeras naciones de Europa, y nuestro pasado común está en personajes tan importantes como Viriato y desde luego la propia ciudad de Numancia, que son, asimismo, ejemplo universal de la defensa de los valores de la libertad, la independencia, la resistencia y el honor de un pueblo que quiso anteponer su sacrificio extremo, antes que claudicar.
Esta epopeya de la historia universal, es reconocida por los grandes autores clásicos y modernos como: Apiano, Polibio, Cicerón, Horacio, Ovidio, Seneca, Juvenal, Ptolomeo, Antonio de Nebrija, Mosquera de Barnuevo, Miguel de Cervantes, Johann Wolfang von Goethe, Antonio Machado, Gustavo Adolfo Becker, Gerardo Diego, y ha llegado a nuestros días como ejemplo único de lo que representa el bien supremo de la libertad que posteriormente supo forjar Europa, desde la antigua Grecia, Roma y el Cristianismo; hasta devenir en los valores de los derechos humanos y de la propia democracia, como así se reconoció en el Parlamento Europeo, al exponer allí hace poco, la necesaria defensa hoy en día, de la heroica ciudad, en estos tiempos que nos tocan vivir.
Portugal y España, han sabido desde la historia antigua, ser dos grandes Naciones e Hispania y Lusitania, con el gran legado de la romanización, fundirse con sus dos lenguas de misma raíz latina, en una historia que incluso facilitó el descubrimiento del Nuevo Mundo, y repartiéndose en el Tratado de Tordesillas, por igual, todo el orbe conocido.
La cultura y la historia secular de Portugal y España, constituyen por tanto unos valores intangibles únicos y principales con respecto al resto de Europa, y la propia Europa representa la defensa de los principios y valores que sustentan la libertad y la Democracia y su necesaria adaptación al siglo XXI.Numancia, en el siglo XXI, puede muy bien ser el paradigma de una nueva manera de respetar nuestro pasado, trabajar en el presente y preparar un sólido camino para el futuro, entendiendo que disponemos de un gran legado cultural que es fuente para conocer de dónde venimos y construir así un desarrollo sostenible inteligente en bien de las presentes y futuras generaciones .
Desde Portugal venimos trabajando para seguir impulsando ese desarrollo sostenible inteligente y desde España, en Soria, continuamos también en ello, incorporando lo más novedoso de los avances en sostenibilidad, como hemos tenido la ocasión de presentar en la Cumbre de Naciones Unidas de Río +20, o en la reciente Cumbre de Cambio Climático de París. Concretamente, incorporando la cultura, entendida como la mejor herencia moral de la sociedad, que es ya el cuarto pilar del desarrollo sostenible y su piedra angular.
Empresas, universidades, instituciones, ONGs, medios de comunicación y la sociedad civil, están ya alineándose con lo anterior, por ser innovador y estratégico, y Numancia, hito de la cultura universal, es ya ejemplo de la unión entre cultura y sostenibilidad, para entender y poner en marcha el nuevo paradigma de desarrollo, ya absolutamente necesario, de este siglo.
Muchísimas gracias a Portugal, y toda su ayuda, por saber hacer un nuevo descubrimiento. El descubrimiento de un mundo nuevo, basado en lo mejor de nuestra herencia común, enmarcado en principios y valores inmutables, como gran oportunidad para corregir la crisis local y global que padecemos, y que como nos enseñó Numancia, retomemos la ilusión y la fuerza para ver la luz y un puerto seguro en bien de las presentes y futuras generaciones.