La expansión del Gobierno catalán como administración a lo largo y ancho del mundo es ya imparable. Después de abrir siete ‘embajadas’ en otras tantas ciudades consideradas claves (París, Bruselas, Berlín, Londres, Washington, Viena y Roma), ahora le ha tocado el turno a Lisboa, cuyo responsable será Ramon Font, un veterano periodista con dilatada carrera a sus espaldas. (En la foto junto a Artur Mas). Esta red exterior ayuda a ‘vender’ el proceso independentista en el exterior a Raül Romeva, que en los próximos meses espera abrir otras dos embajadas: una en Marruecos y otra en el Vaticano.
Hasta hace un año, Font dirigía el programa de Promoción Exterior de la Generalitat para Portugal y Brasil. En julio del 2015 fue nombrado por Artur Mas delegado del Gobierno catalán en la capital portuguesa. Con anterioridad, había sido jefe de redacción de la Ser y de TVE en Cataluña, así como director de RNE en esta comunidad. En el 2006, con el Tripartito en el poder, fue nombrado secretario de Comunicación de la Generalitat. Más tarde, entre 2009 y 2012, fue presidente del Consejo Audiovisual de Cataluña (CAC). También fue corresponsal en Lisboa de Catalunya Ràdio, de la Agencia Catalana de Noticias (ACN), de RNE y de TVE, además de presidente de la Asociación de la Prensa Extranjera en Portugal, país que le concedió la Orden del Infante Don Enrique y la Orden del Mérito.
La apertura de esta nueva ‘embajada’ es otro paso en la creación de “estructuras de Estado” con el objetivo de preparar para una eventual desconexión de España La legación ‘diplomática’ en Lisboa, sin embargo, no existía como tal hasta ahora. Su apertura coincide con el inicio del curso político en Cataluña.
La apertura de esta nueva ‘embajada’ es también otro paso en la creación de “estructuras de Estado” con el que el Gobierno de Puigdemont quiere armarse con el objetivo de prepararse para una eventual desconexión de España. Esta red exterior ayuda a ‘vender’ el proceso independentista en el exterior al consejero de Relaciones Institucionales y Exteriores y Transparencia, Raül Romeva, que en los próximos meses espera abrir aún otras dos embajadas: una en Marruecos y otra en el Vaticano.
De hecho, la de Lisboa ya llevaba funcionando un año. Lo que se hace ahora es establecer una sede oficial. Pero Font ejerce de delegado desde hace más de un año y sus competencias no se modificarán. Nadie duda, sin embargo, que la apertura solemne de la legación añade un plus político a la representatividad catalana en el país vecino. Y, aunque es evidente que lo que intenta la Generalitat es que estas sedes en el exterior tengan un mayor peso político, no niegan que su mayor peso, hasta ahora, es la promoción cultural y económica, importante hasta ahora en ambos aspectos.