La Cámara Hispano Portuguesa de Comercio e Industria celebró el último Almuerzo-Coloquio del año con un invitado de excepción: Fernando Eguidazu, Secretario de Estado para la Unión Europea. Trató especialmente de los retos de la UE y de cómo afectará el Brexit a las empresas españolas.
El presidente de la Cámara Hispano Portuguesa de Comercio e Industria, António Calçada de Sá, dio las gracias a los asistentes por su presencia en el acto tras el lapso del verano y aprovechó para lanzar dos mensajes: un mensaje de confianza “sin excesos” por encontrarnos a la salida de la crisis, con unas economías que consolidan una fase de recuperación y crecimiento, los índice de consumo positivos y la mejora del empleo, pero necesitados de mayor estabilidad, credibilidad y consistencia en todas las actuaciones tanto ecómicas como empresariales.
“¿Cuál ha de ser la hoja de ruta de cara al futuro?”, se preguntó. “Queremos un mercado de trabajo justo y flexible que aporte calidad, un sistema de pensiones más sostenible, una estrategia más clara en educación, un apoyo a la industria que fomente innovación que permita competitivida y la internacionalización de nuestras empresas, una agenda digital que sea inteligente y factible; y todo ello desde un control favorable del deficit, recortando gastos improductivos y no subir tanto los impuestos”. “Los empresarios –añadió– necesitan oxígeno y las pymes, muchas de ellas aquí representadas, necesitan muchos estímulos para invertir, para generar riqueza y empleo”.
¿Qué va a pasar con el sueño europeo en una Europa post Brexit y con el sueño americano gobernando Donald Trump?. “Seguramente –terminó– el señor Secretario de Estado, don Fernando Eguidazu, querrá comentar algunas de estas cuestiones en un momento tan crítico como el que estamos viviendo”.
Discurso de Fernando Eguidazu
Licenciado en Ciencias Económicas y Derecho, Técnico Comercial y Economista del Estado, Fernando Eguidazu tiene un Curriculum Vitae intense y excepcional: públicamente ha sido Director del Gabinete Técnico del Ministro de Comercio y Turismo, Director General de Ordenación Económica y de Transacciones Exteriores en el Ministerio de Economía y Director General de Relaciones Económicas Internacionales en el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación. En el sector privado ha sido, entre otros, Presidente de SOVHISPAN, Vicepresidente del BANCO ÁRABE ESPAÑOL, miembro de los Consejos de Administración del BANCO EXTERIOR DE ESPAÑA, TABACOS DE FILIPINAS, FOCOEX, CESCE e ICEX, además de Vicepresidente del Cículo de Empresarios, de la Fundación Transición Española y Patrono de la Fundación Acción Familiar. También ha sido miembro de la Society for Spanish-Portuguese Historical Studies (USA. Académicamente, ejerció como profesor de Economía Política en las Universidades Complutense y Autónoma de Madrid.
Don Fernando Eguidazu agradeció la invitación de la CHP, “porque una reunión que junta a Portugal y España es siempre una buena ocasión para participar”. Ante el título de su alocución “–Retos a los que se enfrenta la UE y cuáles son las implicaciones para las empresas”– el ponente dejó por sentadas la magnífica situación de las relaciones hispano-portuguesas en el ámbito politico, “que se van a materializar estos días con la visita del Primer Ministro portugués, António Costa, a España y la que realizarán los Reyes de España a finales de mes a Portugal por invitación del Presidente de la República, Marcelo Rebelo Sousa”. En el ámito económico, no hace falta destacar –añadió– las magníficas relaciones comerciales y de inversión entre ambos países; y en el ámbito de la Unión Europea, somos países que compartimos no sólo intereses comunes, sino también sufrimientos communes, sobre todo en estos tiempos de exigencias en materia de consolidación fiscal”.
Los retos de la UE
Pero hablando de los retos de la UE, “yo soy optimista de su futuro –manifestó– porque la UE es indestructible y superará las actuales dificultades; pero, precisamente por ser optimista, tengo que reconocer que nos encontramos en una situación muy complicada, tal vez la más complicada desde la constitución del Tratado de Roma. Y eso por varias razones: en primer lugar, porque nunca hemos tenido un porcentaje tan alto de ciudadanos desencantados por la Unión Europea; segundo, porque nunca ha habido gobiernos europeos que la criticaran tan abiertamente; y tercero, porque se enfrenta al mayor trauma de toda su historia, como es la salida de un Estado miembro, y planteándose las incógnitas de por qué ha salido y si se puede reproducir en otros miembros”.
“Yo diría –avanzó Eguidazu– que ha habido cuatro razones de por qué estamos viviendo esa situación de euroescepticismo: por el cansancio de lo cotidiano, que lleva a la pérdida de la ilusión y percibiendo sólo las partes negativas. Bruselas se ha convertido en antipática por las exigencias de recortes, la consolidación fiscal, la austeridad, las imposiciones, las cuotas para acogidas de inmigrantes y los refugiados políticos, y los gobiernos la utlizan para justificar medidas impopulares convirtiendo a Bruselas en un chivo expiatorio. Se habla también de un falso déficit democrático, aunque hay que reconocer una insuficiente rendicion de cuentas por parte de la Comisión”.
“A esos argumentos se han añadido dos crisis sucesivas: la económica, que ha producido dos fragmentaciones muy peligrosas –una entre un norte austero, trabajador, , ahorrador, serio y responsable, frente a un sur despilfarrador e irresponsable; o un sur que sufre los efectos de una crisis y un norte antipático, insolidario y poco grato– y una brecha entre aquellos ciudadanos que han sufrido la crisis con mayor intensidad y las instituciones, lo que ha provocado la aparición de un populismo de izquierdas en aquellos países que han sufrido más la crisis del sur de Europa: Grecia, España, Porugal algo menos y, en parte, también Francia. Esa crisis no está aún superada, pues, a pesar de la recuperación, nos encontramos la crisis migratoria, que, a su vez, ha provocado dos fracturas más: una entre países del este y del oeste, y otra entre el norte y los países de la ruta de los balcanes, lo que ha ha originado también la aparición de un populismo de derechas, xenófobo y altamente peligroso que están poniendo en cuestión los valores europeos”.
La ruptura del Brexit
Y, a todo esto, llega el Brexit. “Yo no creo que se haya producido como consecuencia de los males de Europa, afirmó Don Fernando Eguidazu. “Yo creo que nace mucho antes de la crisis europea, porque el sentimiento euroescéptico ya estaba en Inglaterra desde el principio. Los reproches del brexit no responden a los defectos de Europa, sino a lo mejor de Europa: la libertad de circulación de las personas y la integración, el rechazo a la inmigración de ciudadanos al Reino Unido y la preocupación de que cuotas importantes de soberanía hayan pasado de loss Parlamentos nacionales a la UE. Es decir, una crítica a la propia idea de Europa y no a sus males”.
¿Cuáles serán los efectos del Brexit sobre las empresas españolas, portuguesas y europeas en general?. “Las consecuencias finales no las sabemos, pues dependen del acuerdo al que lleguen ambas partes. Lo más probable es que el Reino Unido pueda no estar en el Mercado Único, pero pueden tener acceso al mercado europeo. Habrá un acuerdo comercial lo más amplio posible que permita la libre importación de productos británicos a Europa y la importación de productos europeos al Reino Unidos; pero fuera del Mercado Único, lo que significa que las empresas británicas que quieran exportar a Europa no tendrán aranceles, pero sí tendrán que ajustarse a los estándares europeos. El problema va estar en el campo de los servicios”.
“En cuanto a su impacto en las empresas, Eguidazu aportó tres razones que afectan ya a las empresas: la incertidumbre con el aplazamiento de las decisiones de consumo e inversión, la devaluación de la libra y el posible empeoramiento de la coyuntura. A efectos macro –terminó– hay previsiones de que podemos perder entre 3 y 4 décimas de PIB, pero –insistió– a largo plazo va a depender del tipo de acuerdo que se firme entre ambas partes”.