Portugal estima que la visita que realizará el papa Francisco a Fátima los próximos 12 y 13 de mayo para conmemorar el centenario de las apariciones atraerá a dos millones de visitantes más al santuario. En total podía acoger a ocho millones de turistas, frente a los millones del último año, un dato que evidencia el potencial del turismo religioso en el país, según expuso la secretaria de Estado de Turismo de Portugal, Ana Mendes Godinho. Para aprovechar esa coyuntura, Portugal pretende promocionar los Caminos de Fátima, una ruta que consta de cuatro tramos que van desde Lisboa hasta Santiago de Compostela, haciendo así de esta localidad lusa un destino para todo el año.
En este sentido, en un encuentro con corresponsales extranjeros, Mendes Godinho destacó el esfuerzo de las autoridades por encontrar alternativas que permitan que el turismo siga creciendo en "temporada baja" y vencer así la estacionalidad.
Con este fin, buscan nuevos mercados que viajan en meses tradicionalmente menos demandados, como Brasil, al tiempo que trabajan por diversifacar la oferta para atraer a visitantes de Escandinavia, Holanda o Polonia desplegando el turismo de naturaleza.
El santuario celebra este año el centenario de las apariciones de Fátima. "El turismo es una de las actividades más dinámicas de Portugal", subrayó la secretaria de Estado de Turismo, quien destacó que en los últimos diez años las ingresos por esta actividad se han duplicado, hasta alcanzar los 12.700 millones de euros en 2016.
Además, en este sector se generó un cuarto del total de empleo creado el año pasado, un dato que contribuye al hecho de que en el país haya "un cambio de percepción" con respecto a la "importancia" del turismo, que representa alrededor del 10 % del PIB.
Para seguir impulsando el turismo, Portugal ha puesto en marcha una estrategia hasta 2027 que cuenta con el consenso de todo el espectro político del país y que pretende que el sector crezca evitando algunos riesgos, como "la sobrecarga" de turistas que ha provocado quejas en ciudades extranjeras, como Barcelona, al apostar por el turismo de interior, con el que esperan mejorar la conexión en cuanto a transportes.
El culto a Fátima tiene su origen entre el 13 de mayo y el 13 de octubre de 1917, período durante el que tres niños portugueses aseguraron que habían sido testigos de varias apariciones de la Virgen. Los tres menores explicaron que la Virgen les hizo varias revelaciones -conocidas como los tres secretos de Fátima- en estos encuentros, la primera sobre la muerte prematura de dos de ellos y la segunda sobre el final de la Primera Guerra Mundial, el inicio de la Segunda Guerra Mundial y el fin del comunismo.
Finalmente, el tercer secreto fue revelado en 2000 y en él se predecía el asesinato de un «obispo vestido de blanco» mientras atravesaba una gran ciudad, en lo que la Iglesia considera una profecía del atentado sufrido por Juan Pablo II en 1981, cuando fue tiroteado por el terrorista turco Ali Agca.
Turismo religioso
Fátima, situada a 120 kilómetros de Lisboa, en una zona que se promociona muy apropiadamente como “Una región con alma”, reúne una gran diversidad de recursos y productos turísticos. Desde las atracciones naturales, incluyendo su inigualada costa marítima, pasando por los majestuosos monumentos, hasta los lugares de peregrinación religiosa y punto de encuentro espiritual. Junto a las ciudades de Aveiro, Coimbra y Leiria integran la denominada Costa de Plata. Toda una zona destacada por su impresionante arquitectura, historia y religión: Tomar, Bathalla, Santarem...
En las ocho hectáreas que componen el complejo religioso, además de la Basílica destaca el Monumento al Sagrado Corazón de Jesús, en el centro de la plaza y junto a una fuente donde los peregrinos piden sus gracias y hacen sus ofrendas. A la derecha de las columnatas, se encuentra la Capilla de Confesiones, donde siempre hay sacerdotes que confiesan en varios idiomas. Una fórmula original de recorrer Fátima es el “trencito”, que tiene muchas paradas y un único billete y permite conocer a fondo la ciudad. Con él se puede llegar hasta el Caserío de Aljustrel donde hay tiendas con artículos religiosos y recuerdos, además de la Casa de Jacinta y Francisco, la Casa de Lucía y El Pozo, lugar donde el Ángel Guardián habló a los niños.