Carmen Diniz-Fragoso representa un iberismo cada día más frecuente y acentuado. Hija de portugués y española, estudió y empezó su carrera laboral en España, pero desde hace años reside en Lisboa, en donde ha desarrollado proyectos de Consultoría y Asesoramiento de Empresas. En la actualidad es vicepresidenta de Casa de España, institución ya centenaria desde la que nos su especial visión del dulce momento que viven nuestros dos países, España y Portugal.
Vocación ibérica
Haber sido educada entre Portugal y España me ha dado las herramientas suficientes para un mayor conocimiento del concepto Ibérico. Hija de portugués y española me permitió educarme entre ambas culturas, descubriendo lo mejor de cada una de ellas aunque con la conciencia de que, tal vez, hayan vivido hasta hace bien poco tiempo “un poco vueltas de espaldas”.
Casada con un español (gallego), en mi familia nunca hubo “fronteras”. Hijos gallegos que han crecido en Portugal con la riqueza que puede otorgar el poder disfrutar de lo mejor de ambos países. “Esto, para mí, es un verdadero privilegio”.
En este sentido, Portugal es para Carmen Diniz un país amable y acogedor “por vocación. Y así lo demuestran sus gentes y hasta su clima”.
Actividad profesional
El curriculum de Carmen Diniz es denso en cuanto a relaciones bilaterales se refiere. Estudió Derecho en la Universidad Complutense de Madrid, tras cuya licenciatura empezó su carrera laboral en el Departamento Comercial y de Marketing del Banco Pastor.
Directora Comercial en diferentes proyectos de Consultoria ( Franchising, Servicios de Outsourcing y en el ámbito de la Energía ), entre 2007 y 2010, Carmen Diniz colaboró con la Casa de España en Lisboa, con las funciones de Asesora y retoma la actividad en marzo 2017, en esta ocasión también como vicepresidenta de esta emblemática institución hispano-portuguesa.
Sus inicios profesionales, por tanto, estuvieron siempre ligados a ambos países. “Mi primera etapa –dice– se desarrolló en España, y el hecho de dominar ambas lenguas y culturas se convirtió en una herramienta importante dentro de las entidades en las que trabajé, lo que me permitió trabajar en proyectos profesionales con una visión integradora”.
“En Portugal, en mi segunda etapa de desarrollo profesional, estos mismos conocimientos sobre la empresa española y su cultura se habían afianzado, lo que hizo que se desarrollara, por mi parte, un interés por buscar proyectos en los que mis conocimientos pudieran servir como “ asesoría “ en ambos lados de la Península”.
Segunda fila : Gabriel Wrinkle, Guillermo de LLera, José Gomes, Jorge Scharfhausen y Nuno Francisco.
Relaciones ibéricas en la actualidad
“El “boom” que atraviesa ahora Portugal, tras superar la grave crisis de años atrás, “indica la capacidad de resiliencia de este país. Ante las dificultades. Portugal se descubre. Y esto es importante para poder mostrarnos ante el resto del mundo”.
Para Carmen Diniz, los indicadores económicos “empiezan a señalarnos como un partner importante en los negocios. Sabemos que ya existen multitud de empresas con sede ibérica, portugueses que trabajan en España y españoles aquí, trabajando el mercado Ibérico conjuntamente”.
Otro dato a tener en cuenta: la creciente presencia de Portugal en los foros internacionales. “En los años de la crisis, Portugal ha logrado algo asombroso, como es el de crecer en influencia a pesar de ser un país relativamente pequeño. Y así ha colocado algunos de sus líderes en las más altas instancias internacionales: Durão Barroso, Antonio Guterres, Mario Centeno…”
Esta presencia e influencia, junto de la mayor dimensión española, “se convierte en un escenario para que la coordinación de nuestras políticas en los más variados ámbitos, económicos, sociales y culturales nos permitan afianzar nuestro peso en el exterior”.
El trabajo común entre ambos países “nos da la oportunidad de poder descubrir sinergias de actuación que permiten ofrecer la imagen de una fuerza de trabajo importante y con peso de cara a Europa y resto del mundo. Compartir y potenciar el mismo espacio geográfico nos permitirá buscar equilibrios al nivel bilateral y proyectar ambos países en el exterior al más alto nivel regional europeo o global”, afirma.
“Tampoco olvidemos nuestras afinidades con los países tras el océano, entre otras cosas por un factor tan importante como la lengua. Iberoamérica es otro polo de expansión al que, si miramos conjuntamente, podremos acceder aprovechando la experiencia y estabilidad que ambos países tienen”.
España vista desde Portugal
España y Portugal entraron de la mano en la Comunidad Económica Europea, hoy Unión Europea, en el año 1986 y la UE es, de hecho y de derecho, la expresión actual de la unidad ibérica. “Se mira a España con respeto y admiración. Y eso se viene afianzando hace años”, confiesa Carmen Diniz.
“Es verdad que existen diferencias, porque cada uno tiene su propia identidad, y arrastramos una carga emotiva de años de recelos, indiferencias y desconfianzas mutuas. Pero estamos en el camino donde podemos encontrar una ventana de oportunidad con las potencialidades estratégicas existentes en los dos países”.
“Ambos países –prosigue– compartimos escenarios geográficos estratégicos y formamos parte de las mismas organizaciones internacionales en las últimas década. Existe una estabilidad y madurez de la relación y eso nos va a permitir construir propuestas capaces de originar nuevas dinámicas de trabajo conjunto”.
“Que el primer viaje del rey Felipe VI fuese al Vaticano y a Portugal, y que el Presidente Marcelo Rebelo de Sousa viajase a la Santa Sede y a España cuando asumió la presidencia lusa, nos deja una muestra de cuál es el interés que cada uno siente por el otro, estableciéndose un equilibrio”.
Casa de España
La Casa de España en Lisboa, de la que Carmen Diniz es su actual vicepresidenta, tiene en su historia mas de cien años. Habiendo nacido con una vocación social y de acogida al emigrante en su nacimiento, con el paso del tiempo ha querido convertirse en una entidad con una proyección cultural, social y comercial de apoyo a particulares y empresas, tanto portugueses como españoles.
“Mi paso por la Casa de España se desarrolla en dos etapas, recuerda. “La primera, como asesora de negocios entre los años 2007 al 2010 bajo la Presidencia de Guillermo de Llera; en la segunda etapa, coincide con la salida por jubilación del anterior presidente y la entrada de Jorge Scharfhausen en su sustitución, acompañándolo desde marzo de 2017 como vicepresidenta. Entramos con una nueva Directiva y con una renovación de nuestra actividad, que se manifiesta en una fuerte vocación de integración de los más diferentes aspectos dentro de la comunidad ibérica existente en Portugal”.
“Mi trabajo –concreta– coincide con el aspecto institucional de la entidad, siendo responsable por los eventos que desarrollamos a lo largo del año, la atención al asociado, control de las publicaciones y el cuidado de las relaciones junto de otras entidades que mantienen el interés ibérico”.
“Uno de los objetivos primordiales es demostrar a todos los españoles que por aquí pasan, ya sea en proyectos particulares o de carácter empresarial, que Portugal tiene servicios de una alta cualificación y profesionalismo; que, culturalmente, es un país con una riqueza e inquietud demostrada y accesible a todos; y que, socialmente, está a la altura de los países más desarrollados”.
“De lado contrario, podemos ofrecer a los portugueses el apoyo que nos permite desde nuestra Institución. Pienso en la importancia de tener referentes cuando se sale de un país, lo que te puede permitir un acercamiento mas seguro y con mayor confianza, facilitándote la integración en todos los aspectos”.
“Desde la Casa de España –finaliza– queremos mostrar lo que de mejor tienen ambos países, y nuestra vocación es esencialmente de ayuda. Y me gustaría resaltar que todo esto se puede llevar a cabo gracias a la labor del resto de colaboradores y asociados que creen en este proyecto común”.
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