Cada vez que España y Portugal han ido de la mano, por bodas principescas en otros tiempos, la unión terminó en batalla. De ahí que el imaginario popular fabricara el lema de que “de Espanha, nem bom vento nem bon casamento”. La historia ha ido suavizando nuestras relaciones y ahora soplan vientos de reconciliación. Entre ellos el viento literario, que regresa con fuerza no sólo para celebrar 25 años de España y Portugal en la Unión Europea, sino de todo un milenio de historia conjunta
Qué portugués no se ha sentido ofendido, irritado o confundido con los españoles y su forma de ser? ¿Qué español no se ha sentido incomprendido, también irritado o confundido con los portugueses y su forma de ser? Siendo vecinos, los dos países han pasado siglos de espaldas uno al otro y posiblemente no hay dos culturas que, siendo vecinas, se conozcan tan poco.
“El mundo es tan grande, la vida tan larga, y hay tantas experiencias que vivir, que me apena ver que en España no siempre sabemos sacar el máximo partido de las oportunidades”. Quien se expresa con esta seguridad es Federico J. Gonzalez Tejera, vicepresidente Senior de Marketing de Euro Disney, donde desarrolla su actividad profesional desde 1998. Federico González, madrileño por nacimiento y ciudadano del mundo por vocación, es un hombre de inteligencia clara, que lleva quince años fuera de España, desde que inició su carrera en Procter & Gamble hasta ahora y que gestiona ahora en Euro Disney “un bien tan intangible como la ilusión”.
Además de sus responsabilidades, Federico González es escritor. Su experiencia internacional, que le ha llevado a vivir en Bruselas, Lisboa, Estocolmo, Londres y París, la ha fraguado en tres libros: “Cómo trabajar con suecos”, “Portugueses y españoles. Una guía para entenderse mejor”, y “Vivir y trabajar en el extranjero. Manual de supervivencia”.
A través del humor, de anécdotas reales ocurridas durante sus años en Portugal y de una reflexión intelectualmente exigente, Federico González hace un análisis de las diferencias entre las dos culturas y las dos formas de ser, tanto en el ámbito profesional como en lo social. Este libro – “Portugueses y españoles. Una guía para entenderse mejor”, editado en Minerva Ediciones– se considera ya una referencia obligatoria para aquellos que buscan entender las diferencias entre las dos culturas. Nadie había abordado antes el tema con la lucidez de la que hace gala el autor, el segundo de Disney en Europa, responsable también de negocio de los resort de la compañía en Estados Unidos, y con amplias responsabilidades en Oriente Medio y Asia. Este último es una invitación a no tener miedo a salir fuera de España y una guía muy práctica y humana, llena de anécdotas y buen humor, donde aflora su convencimiento de lo beneficioso que es tener amplitud de miras y no ponerse límites personales ni empresariales.
“Yo creo que, nos guste o no, España y Portugal están condenadas a trabajar juntas, la economía real lo muestra así al menos. Y creo también que hay que desdramatizar sobre lo complicado de nuestras relaciones. Quiero demostrar en mi libro que somos muy parecidos y que los que hacen más complicadas las relaciones son muchas veces exclusivamente sutilezas. Las alianzas estratégicas, las participaciones cruzadas, la creación de empresas mixtas y el que muchas empresas se atrevan a dar el salto hacia el otro lado son piezas clave para el futuro. Pero también lo es que haya una intervención fundamental respecto al nivel del conocimiento del otro y de sus actitudes. Menos arrogancia española y menos victimismo portugués son necesarias para avanzar. Más noticias con seriedad y objetividad también. Y un comportamiento honrado de los políticos de las dos partes es condición necesaria”, afirma Federico J. González.
BOM VENTO, BOM CASAMENTO
La periodista española Virginia López, corresponsal en Lisboa, donde vive desde hace una década, y portuguesa por casamiento, ha reunido diez siglos de historia compartida entre españoles y portugueses en el libro “De Espanha: Nem Bom Vento, Nem Bom Casamento” (De España ni buen viento ni buen casamiento), editado por A Esfera dos Livros. “Portugal –escribe–sólo existe porque nació como un regalo de bodas para una bastarda castellana, y eso en una época en la que todavía no se habían inventado las listas de bodas de El Corte Inglés”.
El título del libro corresponde a un viejo refrán luso que todavía algunos portugueses utilizan para referirse a que nada de lo que viene del otro lado de la frontera es bueno. “He perdido la cuenta de las veces que, al saber que yo era española y estaba casada con un portugués, me han dicho el refrán”, cuenta Virginia, que en ninguna ocasión se sintió ofendida; al contrario, le hacía gracia y por eso quiso investigar para saber hasta qué punto tenían razón los portugueses con el conocido proverbio. “En la parte de los vientos les puedo dar la razón, porque cuando soplan del interior, es decir, de España, son más severos y fríos en invierno y más calurosos y secos en verano que cuando soplan desde el Atlántico, que son siempre más amenos, por lo que entiendo que digan que eran más perjudiciales para las cosechas portuguesas”, explica Virginia López, que para escribir este libro ha realizado una exhaustiva investigación a partir de numerosos libros de historia. “En lo que ya no estoy tan de acuerdo es en la segunda parte del refrán: no creo que las españolas tengamos la culpa de los malos casamientos que haya podido haber”.
BOM VENTO, BOM CASAMENTO
La periodista española Virginia López, corresponsal en Lisboa, donde vive desde hace una década, y portuguesa por casamiento, ha reunido diez siglos de historia compartida entre españoles y portugueses en el libro “De Espanha: Nem Bom Vento, Nem Bom Casamento” (De España ni buen viento ni buen casamiento), editado por A Esfera dos Livros. “Portugal –escribe–sólo existe porque nació como un regalo de bodas para una bastarda castellana, y eso en una época en la que todavía no se habían inventado las listas de bodas de El Corte Inglés”.
El título del libro corresponde a un viejo refrán luso que todavía algunos portugueses utilizan para referirse a que nada de lo que viene del otro lado de la frontera es bueno. “He perdido la cuenta de las veces que, al saber que yo era española y estaba casada con un portugués, me han dicho el refrán”, cuenta Virginia, que en ninguna ocasión se sintió ofendida; al contrario, le hacía gracia y por eso quiso investigar para saber hasta qué punto tenían razón los portugueses con el conocido proverbio. “En la parte de los vientos les puedo dar la razón, porque cuando soplan del interior, es decir, de España, son más severos y fríos en invierno y más calurosos y secos en verano que cuando soplan desde el Atlántico, que son siempre más amenos, por lo que entiendo que digan que eran más perjudiciales para las cosechas portuguesas”, explica Virginia López, que para escribir este libro ha realizado una exhaustiva investigación a partir de numerosos libros de historia. “En lo que ya no estoy tan de acuerdo es en la segunda parte del refrán: no creo que las españolas tengamos la culpa de los malos casamientos que haya podido haber”.
Partiendo de esta idea, el objetivo del libro consiste en tratar de desmitificar los “prejuicios y estereotipos que ha habido entre españoles y portugueses a lo largo de los siglos”, empezando por Doña Teresa, la madre del primer rey de Portugal, Alfonso Enríquez, quien protagoniza el primer capítulo del libro en el que se escribe con ironía que fue “la primera reina de Portugal: adúltera, incestuosa y, lo que es peor, española”.
El libro está formado por 29 capítulos que cuentan las bodas, batallas, guerras y traiciones más conocidas de la historia de los dos países, desde esa primera reina de Portugal, la bastarda castellana Doña Teresa, hasta la boda ibérica más mediática de la actualidad, la formada por el escritor luso José Saramago y la periodista española Pilar del Río, quien ha escrito el prefacio del libro. Del Río dice que “lo que desvela Virginia López en este libro, con un humor tan fino como inteligente, es que España y Portugal tienen más pasado en común de lo que algunos quieren aceptar”. Según la periodista, que vive en Lisboa y tiene nacionalidad portuguesa desde que falleciera Saramago en junio de 2010, “portugueses y españoles somos todos hijos de la mezcla de culturas, sangres, proyectos, afinidades… aunque hablando de forma diferente”. Aprovecha detalles personales de la pareja para hablar de “la manera como españoles y portugueses se relacionan en la actualidad, superando complejos y prejuicios del pasado”. Por eso,la periodista ha llegado a la conclusión de que “las relaciones entre españoles y portugueses son siempre una especie de negociación constante en la que, si se negocia bien, ambas partes salen ganando, en concreto, los portugueses con la sal de los españoles y los españoles con la calma de los portugueses”.
En este primer libro, escrito con mucho humor y una fina ironía, Virginia López reúne una amplia lista de bodas entre españoles y portugueses, como el caso del rey luso D. Manuel I, que se casó con tres infantas castellanas; el trágico amor del monarca portugués D. Pedro I y la dama gallega Inés de Castro, conocidos como el Romeo y Julieta ibéricos; o la historia de la única reina santa que Portugal tuvo, la española Doña Isabel de Aragón, que se casó con el rey portugués D. Dinis.
López describe la batalla de Aljubarrota como un partido entre selecciones, recuerda las relaciones que Cristóbal Colón mantuvo con los dos reinos, resume la peculiar amistad que mantuvieron los dos dictadores de la península, Franco y Salazar, e incluso se atreve con la espinita histórica que ha dejado la cuestión de Olivenza, descrito por López como el Gibraltar ibérico.
“El objetivo es reírnos de nosotros y de nuestra historia, para comprendernos mejor y mirar hacia el futuro no sólo como portugueses y españoles, sino como ibéricos, pues verdaderamente ibéricos son los hijos de todos esos matrimonios, que cada vez son más entre personas de los dos países”, resume la periodista.
LOS ESPAÑOLES Y PORTUGAL
“Os espanhóis e Portugal”, editado por Oficina do Livro, es un libro que examina las relaciones entre ambos países, un libro que casualmente tuvo una buena difusión en Portugal hace unos años, pero muy poca publicidad entre los medios de comunicación. Y no parece ser un libro bien visto. Su autor, José Freire Antunes, hace un recorrido histórico moderno por este escenario. El libro puntualiza cómo, a pesar de la proximidad ideológica entre Salazar y Franco, ambos países vivieron el uno de espaldas al otro; cómo Portugal fue refugio de la Casa Real española y de activistas de la izquierda clandestina, además de miembros de grupos terroristas como el FRAP y ETA. Y cómo España terminó siendo refugio de dirigentes portugueses tras la revolución de los claveles. Freire Antunes, sin embargo, no encuentra motivos para seguir alimentando el sentimiento antiespañol: “El antiespañolismo es un discurso tercermundista conectado con viejos mitos de la cultura portuguesa. Para una mayoría de intelectuales, la ilusión antiespañola es una forma de reafirmar la identidad nacional”. “Lo que pasa”, continúa Freire Antunes, “es que el portugués medio ha sido llevado a creer que el español medio vive obsesionado con invadir Portugal, y eso revela un gran desconocimiento. No es la invasión española el problema. El problema está en Portugal: contamos con una mano de obra menos competitiva, con un empresariado y con un sistema legal menos flexible. Tenemos 700.000 funcionarios. Esto nos puede llevar a posicionar a Portugal en la ultraperiferia europea. Es la hora de terminar con estas percepciones sin base real. España es el gran desafío de Portugal”, termina Freire Antunes.
El autor refiere que la preocupación por esta desconfianza y el sentimiento general de que España estaba invadiendo Portugal comercial y empresarialmente llevó a Ernâni Lopes, presidente de Portugal Telecom, a crear en octubre de 2000 la Fundación Luso-Española, una institución privada a la que pertenecen empresarios portugueses y españoles con el objetivo de ir creando canales de colaboración. Lopes quiso ver el problema de otra manera: “España es vital para Portugal. Vital. Y Portugal para España es simplemente un mercado de 11 millones de personas. El problema de España no es Portugal, es Francia y Alemania, que son mercados más grandes. Así que el término invasión económica está mal empleado. La compra de empresas es un acto normal en un mercado único en la que el comprador entrega dinero al vendedor. Y con ese dinero se pueden hacer otras empresas. Así que no es un drama”. Lopes se inclina por crear un clima de confianza: “Los empresarios españoles sienten aquí una fricción cultural absurda, que no sienten los norteamericanos o los franceses”.
LOS SECRETOS DE PORTUGAL
“Las relaciones entre España y Portugal siempre han existido, y con intensidad, aunque a los dos países les suele gustar olvidarlas. Esos contactos van mucho más allá del juego económico fronterizo y del ajedrez diplomático. Entre el mundo catalán y el portugués, por ejemplo, que son dos extremos geográficos de la vida peninsular, existen y existieron intercambios, en algunos casos con consecuencias profundas. Esta vida ibérica fluye como un movimiento sutil, casi subterráneo, que se aceleró con la integración europea de los dos países, en 1986, de tal modo que lo que ocurría olvidadamente sucede hoy a pleno sol”.
Quien así se expresa es Gabriel Coelho Magalhães, doctor en Filología Hispánica y Portuguesa, y autor del libro “Los secretos de Portugal. Peninsularidad e iberismo”, editado por RBA. Gabriel Coelho Magãlhaes ha enseñado en la Universidad de Salamanca y actualmente da clases de Literatura en la portuguesa Universidad de Beira Interior. Además de compaginar su labor docente e investigadora con la escritura y colaborar asíduamente en La Vanguardia, es autor de obras de ensayo y de ficción, entre las que cabe destacar: “Estar entre”, “Não tenhas medo do escuro”, “Planície de espelhos” y “Madrugada na tua alma”.
Para el autor de “Los secretos de Portugal”, un libro lúcido donde los haya, los viajes marítimos de Portugal convirtieron al país, hace ya más de quinientos años, en el pionero de la globalización. El imperio portugués esbozó entonces el patrón de los posteriores imperialismos occidentales. Pero la portuguesa es también la cultura que ha ofrecido al mundo autores como Eça de Queirós, Camões, Pessoa o Saramago, la cuna del fado y de polémicas estrellas balompédicas. Y es asimismo, en la actualidad, un Estado con una economía frágil que ha necesitado un rescate financiero. ¿Cómo comprender a los portugueses de nuestros días? En este libro, Gabriel Magalhães nos revela los secretos de Portugal: las grandes líneas de su historia, los rasgos fundamentales de su cultura, los códigos y las maneras de sus gentes. En una época en que el mundo se ha hecho más pequeño, este libro nos ofrece una visión autorizada y desprejuiciada de nuestros vecinos. El lector se asomará a ese balcón olvidado de nuestra casa que es Portugal, y contemplará la península que compartimos y el mundo que nos rodea de un modo nuevo y sorprendente.
“No obstante –reconoce el autor a Mercado Ibérico– el futuro de esta dimensión peninsular se presenta incierto. La violencia de la actual crisis económica agudiza los sentimientos nacionales, reconstruyendo rápidamente fronteras donde estas empezaban a desdibujarse. El drama de la deuda de cada país subraya las viejas banderas y hace olvidar los nuevos estandartes. Claramente, está ocurriendo un frenazo, visible en ese símbolo que es el aplazamiento de la construcción de líneas ferroviarias de alta velocidad entre España y Portugal”.
“Por otra parte –añade– el sistema político español se adentra en una fase de replanteamiento, cuyo desenlace será decisivo para la vida ibérica. Una afirmación excesiva del centralismo implicará, probablemente, un alejamiento portugués hacia un pasado de océanos, continentes exóticos y alianzas estratégicas preferentes con países europeos lejanos. Por el contrario, el salto del tablero autonómico a un federalismo inteligente conllevaría, quizás, un nuevo incremento del sistema de complicidades ibéricas”.
En este sentido, “la evolución europea también será crucial. En efecto, el acercamiento entre Portugal y España ocurrido durante las últimas décadas se ha hecho, en realidad, en el marco del Viejo Continente. Sólo lograremos ser ibéricos en paz si, al mismo tiempo, somos ciudadanos de una Europa que funcione. Nuestra peninsularidad necesita de una europeidad que no termina de cuajar. Europa es el gran reto de este tiempo. La Península Ibérica, sola, sería una balsa a la deriva y con el tiempo, muy probablemente, un irremediable naufragio”, termina.