El portugués más rico e influyente en España, João Flores, reunió en Lisboa a un ramillete de vips ibéricos, entre los que se mueve con cercanía y familiaridad que da el vivir durante cuarenta años entre nosotros. Los que ha conseguido también pasar prácticamente ignorado en lo que a negocios y vida profesional se refiere, siendo, además, presidente de la Junta Directiva de la Cámara de Comercio e Industria Hispano Portuguesa en España.
La crónica de la revista CARAS lo cuenta así:
“Há 41 anos a viver em Madrid, o empresário João Flores convidou um grupo restrito de amigos para festejar, em Lisboa, o seu 80.º aniversário. Com a ajuda da sua única filha, Catarina Flores, e dos netos, João, Pedro, Salvador e Marta Seabra, o presidente da Câmara de Comércio Hispano-Portuguesa em Madrid conseguiu organizar um fim de semana inesquecível em Lisboa, com algumas das melhores experiências da capital do nosso país. “O meu pai estava radiante e muito feliz por poder proporcionar esta festa aos seus amigos, a quem fez questão de mostrar o que de melhor tem a nossa cidade”, revelou Catarina Flores. O grupo ficou hospedado no prestigiado Hotel Ritz e, logo na primeira noite, foi presenteado com uma sardinhada em Alfama – chegaram a encerrar uma das ruas daquele bairro por questões de segurança –, onde não faltaram, claro, os tradicionais fados. Um dos netos do aniversariante, Pedro Seabra, foi um dos fadistas que animaram a noite, surpreendendo os convidados com a intensidade e alma com que interpretou alguns dos temas.
No dia seguinte, o jantar decorreu no restaurante italiano La Trattoria, propriedade do aniversariante, e ao grupo de elementos da alta sociedade espanhola juntaram-se alguns ilustres convidados portugueses como Francisco Pinto Balsemão, Paulo Portas, Bárbara Guimarães e Pedro Luz, entre outros. Isabel Preysler, há muitos anos amiga de Tita Torrabadella, mulher de João Flores, e que se tornou uma presença habitual nas festas promovidas pelo casal, escolheu este jantar tão especial para apresentar aos amigos Mario Vargas Llosa, assumindo assim publicamente a sua relação amorosa com o escritor peruano. Uma noite de gala, com um menu de luxo – onde não faltou um prato do tradicional bacalhau – que contou com a animação do grupo Lucky Duckies e do cantor Paulo Gonzo, amigo da família. Por volta das duas da manhã, começaram a sair da festa os primeiros convidados, até porque no dia seguinte esperava-os outro programa igualmente tentador: um passeio de barco pelo rio Tejo”.
Recebidos no Porto de Lisboa com champanhe e a atuação de uma orquestra, os convidados entraram num luxuoso barco, onde foi servido um almoço à base de marisco fresco da costa portuguesa. Aproveitando as temperaturas amenas que se faziam sentir nesse fim de semana, os convidados conseguiram experimentar o que de melhor se pode fazer na capital do nosso país, guardando certamente na memória os momentos preparados ao pormenor e com todo o carinho pela família Flores, como, aliás, já tinha acontecido quando o empresário português celebrou os seus 70 anos. Na altura, João Flores reuniu os amigos de longa data na glamorosa e elegante cidade de Biarritz, na Côte d’Azur, em França, reservando o luxuoso hotel Du Palais – residência de verão que Napoleão III mandou construir para a sua mulher, Eugénia de Montijo –, para a sua festa de aniversario.
Flores y Fastos
El mejor cronista de sociedad del lado de acá de la Raia, Josemi Rodríguez Sieiro, lo cuenta de esta manera:
“Llego a Lisboa para asistir a los fastos del cumpleaños de João Flores, presidente de la Cámara de Comercio Hispano Portuguesa. Persona cosmopolita, culta y generosa, reunió hace diez años a todos sus amigos en el Hotel du Palais de Biarritz, donde disfrutamos de una fantástica velada.
En esta ocasión lo celebraba en Lisboa. Todos los invitados nos alojamos en el Hotel Ritz Four Seasons.
Tita y João nos convocaban a una cena en el Barrio de Alfama, para lo cual cerraron una calle, en la que se dispusieron mesas y se sirvieron platos variados. Elegancia y sencillez se fundían a la perfección.
Intervinieron cantantes de fado y su nieto Pedro destacó por su elegancia. La felicité porque en cantante masculino me recordó a la clase que como mujer emanaba María Teresa de Noronha, una aristócrata portuguesa, amiga de mis padres, convertida en intérprete de fados, nieta de los condes de Belmonte y Paraty, a la que conocí mucho y de la que conservo sus discos dedicados.
Salgo el sábado por la mañana para comprobar la recuperación del Chiado, que se ha convertido en el barrio de moda lisboeta. Me impresiona la cantidad de turistas que inundan el centro de la capital, calles y terrazas que me recordaron a las de París. Después de un almuerzo en el Monte Mar de Guincho, al borde del mar, regreso al Ritz. Muchos fotógrafos se agolpaban a las puertas porque, según me dicen, han llegado Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa.
El transporte de los invitados para la celebración del cumpleaños con dirección al Restaurante La Trattoria, un famoso restaurante italiano, se hizo en «tuk tuk». En la mesa me vi acompañado por María Muñoz, Nuria Fernández-Tapias, Gonzalo Alvargonzalez, Teresa y Pedro de Almeida, Pedro Espírito Santo y José Muguiro, entre otros. Unos raviolis extraordinarios, un típico bacalao y un postre de piña fueron los puntos fuertes de la noche.
Cuando Isabel Preysler (engalanada con un elegante traje pantalón blanco con transparencias) y Mario Vargas Llosa abandonaron la fiesta, los flashes de los fotógrafos convirtieron la noche en día. La pareja más buscada de este momento, se portó con la naturalidad que acostumbran mostrar dos personas enamoradas. Charlaron y bailaron con todos, como es normal. La fiesta duró hasta bien entrada la madrugada. A pesar de que muchos fotógrafos esperaban a la salida del Hotel Ritz, muchos invitados apresuraron su vuelta a Madrid.
A los que permanecimos, nos trasladaron en autobús al puerto de Lisboa para subirnos a un gran barco. En el muelle tocaba una orquesta, con músicos vestidos de negro, corbata amarilla y sombreros de paja. Unas azafatas vestidas de gondoleras venecianas, junto al anfitrión, nos daban la bienvenida.
En la cubierta del barco se había dispuesto un buffet de mariscos. En el comedor se sirvió un típico arroz de pato, como plato principal.
Al finalizar la travesía por el Tajo, nos despedimos de Tita y de João Flores agradeciéndoles su invitación. Unos y otros abandonamos Lisboa esa misma tarde. La cronista social del diario ABC, Beatriz Cortázar, contaba asíel mismo cumpleaños diez años atrás:
“La «beautiful people» se reunió en Biarritz en la fiesta del verano: El aeropuerto de Biarritz ha tenido una actividad muy movida en la zona de privados ante la avalancha de vuelos que llegaron el último sábado del mes de junio. El avión de Fernández Tapias, el de Amusátegui, el de Cortina, los que se fletaron desde Portugal, los que llegaban de París... La fiesta del 70 cumpleaños del presidente de la Cámara Hispano Portuguesa en España, Joao Flores, fue la mejor excusa que su mujer, Tita Toradabella, encontró para reservar el hotel Du Palais de Biarritz (la residencia de verano que Napoleón III mandó construir para su esposa, Eugenia de Montijo) y celebrar una cena que ya ha sido bautizada como «la fiesta del verano» a la espera de las próximas que se vivirán, siendo la más inmediata la que prepara Pascua Ortega. Pero en la «madre de todas las fiestas» estuvieron los más de la «beautiful». En el avión privado de Amusátegui viajaron, además de los propietarios (la esposa del banquero, Amalia, fue de las más elegantes), Isabel Preysler y Miguel Boyer. Alfonso Cortina con su mujer, Miriam, y sus cuñados, Cari Lapique (precioso el broche de coral de Suárez) y Carlos Goyanes. Entre las más acertadas de la noche estaba Nuria González, esposa de Fernández Tapias, con un vestido negro de Valentino. También en la cena se encontraba Jaime de Marichalar, que viajó solo, y estuvo con muchos de los asistentes como los March, el barón Rothschild, María Gabriela de Saboya (con un collar de brillantes muy comentado), Isidoro Álvarez y su esposa, el playboy Philipe Junot, con un ajustado esmoquin que marcaba más de la cuenta; Emilio de Ybarra, la televisiva María Teresa Campos, vestida de Christian Lacroix; Ana Gamazo de Abelló, en cuadros y flores en blanco y negro; María Rosa Salvador, que fue quien vistió a la anfitriona con un modelo de flores... Hubo cena, baile y comida al día siguiente”.
Inteligenti pauca.