Las similitudes postelectorales entre España y Portugal son notables, pero hay una diferencia fundamental en el campo de la izquierda. en Portugal “no hay partidos nacionalistas” que discuten la unidad del país. El nuevo presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, prometió combatir “corrupción, clientelismo y nepotismo”. El rey de España, que asistió a la sesion de investidura, se congratuló con el presidente de Portugal por sus nuevas responsabilidades y le transmitió sus mejores deseos para su mandato, que se prolongará durante los próximos cinco años. Además, subrayó que los dos países son "hermanos", en referencia a los fuertes lazos que los unen y recordó la importancia de las estrechas relaciones bilaterales.
"No estaré ni a favor ni en contra de nadie". Este fue una de los compromisos claves de Marcelo Rebelo de Sousa en el discurso de su toma de posesión en la Asamblea de la República. Como nuevo presidente del Estado, prometió "el combate a la corrupción, al clientelismo y al nepotismo".
A pie, caminando desde la casa de sus padres, llegó Marcelo Rebelo de Sousa al Parlamento para tomar posesión de la Presidencia de la República de Portugal. Uno de los muchos detalles que han marcado la toma de posesión, a la que asistió el rey de España, Felipe VI, sin su esposa, porque también Rebelo de Sousa, separado, ha anunciado que su pareja no asumirá la figura de la "primera dama".
Rebelo de Sousa, “el profesor” como le gusta que le llamen, prometió tender puentes entre las diferentes fuerzas políticas en su primer discurso; pero también realizó varios llamamientos a que el pueblo portugués recupere su orgullo, "pues minimizamos nuestras capacidades. (...) Nunca perder la fe en Portugal, nunca dejar morir la esperanza", dijo.
Su discurso, que en ningún momento fue aplaudido por los diputados comunistas y del Bloco de Esquerda, recordó que "el poder económico tiene que estar subordinado al político", y que hay que tener rigor financiero, pero también debe haber crecimiento y empleo.
Rebelo de Sousa juró sobre la Constitución de 1976, que él mismo ayudó a redactar, y no sobre el texto de la docena de cambios habidos desde entonces; elogió a los capitanes de Abril que acabaron con la dictadura en 1974, y recordó los dos millones de pobres que existen en el país para que los políticos luchen por reducir las desigualdades sociales.
Para el nuevo presidente, "el mar es una prioridad nacional" en el desarrollo de Portugal; y recordó una frase del escritor António Lobo Antunes: "Si mi tierra es pequeña, yo quiero morir en el mar".
Rebelo de Sousa prometió que sus cinco años en el cargo los dedicará "a la búsqueda de la unidad, de la pacificación". "Es tiempo de salir de la crisis, de cicatrizar heridas", señaló.
El rey de España, Felipe VI, asistió sin la reina Letizia para adaptarse a un protocolo en el que Rebelo de Sousa representará en solitario. Su pareja desde hace 35 años, la abogada Rita Cabral, ha renunciado al papel de "primera dama". Ni ella ni familiar alguno asistió a los actos oficiales; de hecho, su hermano Pedro, prestigioso abogado, esperó en la calle, frente al monasterio de los Jerónimos, para ver pasar el coche del nuevo presidente del país.
En los momentos previos a la ceremonia, Rebelo de Sousa hizo un aparte con el rey de España y estuvieron hablando unos minutos en la Sala Principal de la Asamblea de la República, alejados del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Junckers, y el presidente de Mozambique, Filipe Nyusi.
Rebelo de Sousa toma el testigo de Aníbal Cavaco Silva, que estuvo 10 años en el cargo. Se estrena con unos índices de aceptación casi inéditos y sale otro con los peores índices de aprobación, según un sondeo de Aximage. El 50% de los portugueses califica de mala o muy mala la etapa de Cavaco como presidente, una imagen muy castigada en los últimos meses a raíz de su actuación para obstaculizar un Gobierno de izquierdas.
La llegada de Rebelo a la Presidencia está respaldada por el 89% de los portugueses, que creen que será mejor que el anterior. Destacan de Rebelo que es un buen comunicador (22%), solidario (16%) e inteligente (14%). En los puntos negativos, según el sondeo de Aximage, los portugueses ven "palabrería" (20%), "arrogancia" (15%) y "deshonestidad" (9%).
Los poderes del presidente de Portugal no son meramente protocolarios. Como lo define el propio Rebelo de Sousa, son poderes normales en circunstancias normales y poderes extraordinarios en circunstancias extraordinarias: el principal de todos, la posibilidad de disolver el Parlamento y convocar elecciones o incluso nombrar un primer ministro. Rebelo de Sousa fue elegido presidente el pasado 24 de enero, con el 52% de los votos de los portugueses, una mayoría absoluta que ya hizo innecesaria una segunda vuelta.
El rey de España se congratuló con el presidente de Portugal por sus nuevas responsabilidades y le transmitió sus mejores deseos para su mandato, que se prolongará durante los próximos cinco años. Además, subrayó que los dos países son "hermanos", en referencia a los fuertes lazos que los unen y recordó la importancia de las estrechas relaciones bilaterales.
Después se desplazó hasta el Palacio de Palhavá, residencia oficial del embajador español en Lisboa, donde mantuvo sendos encuentros privados con el presidente saliente de Portugal, Aníbal Cavaco Silva, y el antiguo primer ministro luso António Guterres, quien acaba de presentar su candidatura oficial a la Secretaría General de Naciones Unidas.
Posteriormente acudió al Palacio de Belém, donde fue uno de los testigos de excepción de la llegada de Marcelo Rebelo de Sousa a la que será su residencia oficial, ya como presidente. Felipe VI y el resto de autoridades presenciaron en la "Sala das Bicas" cómo le colocaban al nuevo jefe del Estado la insignia de la Banda de las Tres Órdenes, una condecoración reservada a la máxima autoridad del país.
España-Portugal, países hermanos
Para ahondar en esta cuestión y hacerla extensible a otros países, la revista estadounidense Foreign Policy publicó hace días un artículo que hacía referencia a los primeros resultados que arrojaba Baidu en referencia a cada nación de Europa. Baidu, con un 80% de cuota de mercado, es el mayor buscador de Internet en un país donde Google está censurado.
En el caso de España, y ante la fórmula “Por qué España...”, el primer resultado que muestra la web es “no se anexiona Portugal”. Entrando en los diferentes resultados que arrojaba esa búsqueda, uno se encuentra con varios foros que hablan, con más o menos errores, de la historia de Europa y que defienden que la unión de ambas naciones sería beneficiosa en términos económicos, una suerte de Iberismo del siglo XXI a 10.000 kilómetros del objeto de debate en cuestión.
Para los chinos es difícil comprender cómo dos países que forman una misma unidad geográfica, como España y Portugal, no se unen. Huang Lin, socióloga colaboradora de la Universidad de Pekín, asegura que los motivos por los cuales los internautas chinos se hacen esta pregunta son fáciles de comprender. “Mucha gente en China ve Europa como una sola nación dividida en muchas regiones. Para una persona que vive en un país de 1.300 millones de habitantes y a la que se le ha repetido hasta la saciedad la importancia de la unidad nacional sin importar las diferencias étnicas o de costumbres, es difícil comprender cómo dos países que forman una misma unidad geográfica, como son España y Portugal, no se unen y crean un Estado más grande, con más salidas al mar y una población mayor dentro de la Unión Europea”.
Una unión más perfecta
Portugal y España, España y Portugal, entraron de la mano en la Comunidad Económica Europea, hoy Unión Europea, en 1986. La Unión Europea es de hecho y de derecho la expresión actual de la unidad ibérica. Ésta, ha sido por siglos temida por Portugal, temerosa de volver a caer bajo las garras del león que representa la Monarquía Hispánica, como en tiempos de Felipe II, II y IV, y ansiada, efectivamente, por España, con afán hegemónico sobre el hermano pueblo luso. Ahora, ambas comunidades nacionales, que conforman por derecho propio y por tradición una misma nación ibérica, están unidas en y por Europa.
Como se desprende de la Declaración conjunta correspondiente a la XXVII Cumbre Luso-Española, de este año 2014, Europa ha ocupado una parte sustancial de las valoraciones. Ambos países hemos vivido de espaldas muchos siglos (desde 1640), aunque también es cierto que las dos últimas centurias han sido relaciones pacíficas, lo que no pueden decir otros europeos de sus respectivos vecinos.
El conflicto entre nosotros es inimaginable, y trabajando por y para una Europa más unida, ambos Estados se hermanan cada vez más. En la actualidad hay iniciativas y proyectos de interés conjunto como la consecución del mercado interior de la energía (MIBEL), la creación del mercado del gas ibérico (MIBGAS), un plan de acciones conjuntas de 2014 en el sector turístico, la gestión conjunta de líneas de ferrocarril entre Galicia y la región del Norte de Portugal, el Laboratorio Internacional de Nanotecnología, las interconexiones del ferrocarril de mercancías, el paralizado AVE, etc.
España es hoy el primer cliente de Portugal (23%) seguido de Alemania (11.9%) y Francia (11.6%), y el primer proveedor de Portugal (32.1%) seguido de Alemania (11.3%) y Francia (6.7%). Portugal es el cuarto mercado de destino de las exportaciones españolas, tras Francia, Alemania e Italia. Somos el segundo destino del capital portugués. España representa el primer inversor en Portugal. Estas cifras no siempre fueron así. De hecho fueron casi “cero”, y se lo debemos a la Unión.
En el ánimo estará crear una unión más perfecta entre los respectivos pueblos, a la que estarán llamados tanto Andorra como Gibraltar, así como poder influir en Europa de una manera eficaz y coordinada, así como actuar en las Cumbres Iberoamericanas y en el mundo luso parlante (Países de lengua Oficial portuguesa, PALOP), con una sola voz.
Todo este proyecto no es en absoluto novedoso. Ha habido proyectos como éste. De hecho se trata del antiguo movimiento iberista o iberismo, con la distinción de que ahora estamos unidos en la Unión Europea. No hago más que reproducir lo que Monnet y el resto de Padres de la Unión iniciaron con la creación de una Autoridad única para la gestión del carbón y del acero (CECA), en Europa occidental.
En Iberia, en Hispania, en la Península, no faltan los que proponen una serie de medidas que, con el paso del tiempo (probablemente no menos de medio siglo), hermanen para siempre a ambos pueblos en y por Europa, y sean fuente de significado y de razones para la unidad del resto de regiones españolas y portuguesas.
1. Los alumnos y en general, resto de la población, de las CC.AA y regiones portuguesas fronterizas, aprendan portugués y español, respectivamente, cosa que ya se hace en muchos pueblos de la Raia.
2. Constitución de la Autoridad Ibérica Hidrográfica para la gestión del Duero, Tajo y Guadiana.
3. Creación de la Liga de Futbol Ibérica (¡!).
4. Salvamento Marítimo Luso-Español (cuerpo conjunto).
5. Creación del Alto Comisionado de Asuntos Ibéricos, para el que proponemos desde aquí a los presidentes de las dos cámaras de Comercio en Industria: Enrique Santos en la Cámara Luso Española en Lisboa y António Calçada de Sá en la Cámara Hispano Portuguesa en Madrid.
Coalición a la portuguesa
El periodista Carlos Díaz Güell escribía en una de sus últimas crónicas (http://www.tendenciasdeldinero.com), que si la hoja de ruta siguiera su actual curso y no se torciera, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, vería cumplido su sueño, anunciado en su visita al primer ministro portugués, António Costa, de forjar una “gran coalición” de partidos “progresistas”, en los que incluía fuerzas “tanto de izquierdas como de derechas” para formar el gobierno. Rápidamente, los medios bautizaron la propuesta como “Coalición a la portuguesa”.
El 26 de noviembre Costa fue investido como primer ministro de Portugal con el apoyo de una coalición de izquierda formada por su propio partido (el Partido Socialista, PS), el Bloco de Esquerda (BE) y el CDU (unión del partido comunista y los verdes). El discurso de Costa era de cambio y ruptura con las políticas del gobierno anterior de Passos Coelho (de la coalición de centro-derecha), centrándose en una mayor política social y antiausteridad, pero manteniendo los compromisos internacionales con la Troika y la Comisión Europea y posicionándose claramente a favor de la permanencia en el euro.
Desde entonces a hoy, “el nuevo gobierno ha aprobado varias medidas, como descongelar de las pensiones, nunca bajarlas aunque lo haga la inflación; subir el salario mínimo de 505 euros a 530 con el objetivo de llegar a 600 en 2019; reducir la tasa extraordinaria del 3,5 % del IRPF, establecida en 2013, para familias con ingresos inferiores a 80.000 euros al año, y aumentar determinados subsidios para los jubilados más pobres y las familias monoparentales. El coste de estas medidas asciende a 173 millones, lo que equivale aproximadamente al 0,1% de PIB.
En otro paquete de medidas del nuevo gobierno portugués, hay que reseñar la recuperación de cuatro festivos, eliminados en 2013 por la Troika; la implantación de las 35 horas laborables semanales para funcionarios; la prohibición de que los bancos cobren comisiones por el mantenimiento de la primera cuenta corriente, en un sector para el que, para muchas entidades, el cobro total del conjunto de comisiones supone hasta la mitad de los beneficios; la prohibición de la pignoración de la vivienda familiar para deudas fiscales o con la Seguridad Social; y la anulación de las concesiones para los servicios de autobuses y metros de Lisboa y Oporto, que fueron otorgadas el año pasado a compañías españolas y francesas y que conjuntamente tienen más de 4.000 millones de euros de pérdidas. Costa también ha prometido terminar con los recortes a los funcionarios en 2016, recuperando el poder adquisitivo de sus salarios a un ritmo trimestral del 25% y bajar el IVA a la restauración del 23% al 13%”.
“A diferencia de España, falta todavía por conocerse el presupuesto para 2016, pero Costa ha asegurado que el déficit se situará en el 2,8% del PIB, lo que permitiría a Portugal salir de la vigilancia europea (el Protocolo de Déficit Excesivo). Dado el coste de las medidas ya adoptadas y los previsibles gastos por dar marcha atrás en varias privatizaciones, aparte de los compromisos con la Troika, es necesario aumentar la recaudación. La única medida propuesta hasta ahora por Costa en este sentido es el impuesto de sucesiones para herencias significativas (probablemente por encima del millón de euros), con la cual espera recaudar 100 millones de euros”.
A finales de enero, la Troika volvió a Portugal como parte de sus evaluaciones bianuales del programa de ajuste y pudo comprobar si se siguen aplicando las reformas necesarias para el pago de los intereses generados por el rescate de 2011 de 78.000 millones de euros. Las visitas de la Troika no cesarán hasta que Portugal devuelva el 75% del rescate del país.
En el horizonte próximo está la venta de Novo Banco, donde el Estado podría llegar a perder una cantidad significativa, y no es descartable que surjan problemas con otras entidades. En el poco tiempo que lleva Costa en el cargo le está tocando resolver muchos problemas que quedaron pendientes, y no se sabe si podrá hacerlo sin perder el apoyo de sus socios. Como afirmó el ya ex Presidente de Portugal, Cavaco Silva, “la realidad puede acabar derrotando a la ideología”.
“Ante este clima que puede generar cierta inestabilidad, se está apreciando un aumento de los CDS (credit default swap) y de la deuda soberana en torno a los 20 pb, lo que supondría a las entidades bancarias un aumento de sus costes de financiación”.
Irlanda y Portugal se recuperan de la crisis mejor que España
Según un reciente informe de la OCDE, que agrupa a las 34 economías más ricas del planeta, el PIB per cápita en este grupo de países subió un 3,2% entre el primer trimestre de 2007, poco antes de que estallara la crisis financiera internacional, y el primero de 2015 -último dato publicado-, mientras que los ingresos disponibles de las familias aumentaron un 8,1%.
Sin embargo, no todos los países sufrieron la crisis con igual intensidad, ni mucho menos. Dentro de la zona euro, destacan, sobre todo, las economías periféricas, denominadas también PIIGS (Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España).
En este sentido, cabe tener en cuenta que tres de esos países solicitaron un rescate internacional para evitar la quiebra (Grecia, Irlanda y Portugal), mientras que España e Italia recibieron asistencia financiera de forma directa (préstamos para el rescate de cajas) o indirecta (compra de deuda pública por parte del BCE, fuertes inyecciones de liquidez a sus bancos o la promesa de acudir a su rescate en caso de ser necesario) para sortear su caída.
De hecho, los PIIGS son los únicos miembros de la OCDE cuyo PIB per cápita sigue siendo hoy inferior al registrado a principios de 2007, de modo que todavía no han recuperado el nivel de riqueza previo a la crisis. Sin embargo, dentro de este particular grupo no todos han evolucionado igual. Así, Irlanda lidera la recuperación en materia de PIB e ingresos disponibles, seguida, por este orden, de Portugal, España, Italia y, por último, Grecia, cuya situación merece un comentario aparte.
La recuperación económica, por tanto, está siendo más rápida en Irlanda y Portugal que en España si se toma como referencia este indicador. En concreto, partiendo de una base 100 para cada país en el primer trimestre de 2007, Irlanda, con un PIB per cápita de 98,8 puntos, está rozando ya el nivel de riqueza previo a la crisis, seguido de Portugal (95,6), España (94,7) e Italia (88).
En Portugal no hay izquierda nacionalista
Volviendo a la política española: ¿por qué no puede pasar lo mismo en España respecto a Podemos y otras fuerzas que lleven en su ideario la independencia? Esta es la pregunta que se hacen en el entorno de Sánchez para intentar la formación de un gobierno de izquierdas con un programa de reformas. Nada que objetar sobre lo anterior por parte de los principales barones territoriales. “Si se puede, adelante”, sostiene el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández-Vara, que no descarta “un pacto a la portuguesa”. De inmediato, añade la salvedad de que los interlocutores españoles del PSOE deben renunciar a defender el referéndum de autodeterminación para Cataluña.
Las similitudes postelectorales entre España y Portugal son notables pero hay una diferencia fundamental en el campo de la izquierda. En Portugal “no hay partidos nacionalistas” que discuten la unidad del país. Esta es la razón por la que algunos barones socialistas mantienen su escepticismo sobre la posibilidad de un gobierno a la portuguesa presidido por Pedro Sánchez, pero reconocen que si Podemos y las fuerzas nacionalistas retiraran la demanda de una consulta en Cataluña, no podrían oponerse.
El secretario general del PSOE no tira la toalla y lo está intentando de todas las formas. Muchas dificultades se encontrará en el camino por el corsé que su propio partido ha impuesto, pero explorará todas las vías que puedan conducir a la formación de un gobierno monocolor, solo de socialistas, pero aupado sobre el apoyo en la investidura de todo un abanico de fuerzas de izquierda, de nacionalistas e incluso Ciudadanos. Más difícil parecía el pacto en Portugal por la distancia abismal y la ausencia de colaboración de socialistas y comunistas durante 40 años y, sin embargo, el pasado mes de noviembre se consiguió un acuerdo sobre una base programática en la que el Partido Comunista dejaba a un lado su programa máximo.