El viaje de Estado que los Reyes de España acaban de realizar a Portugal ha sido una travesía por la historia, el presente y el futuro del país vecino, cuyas autoridades han dado la máxima importancia a la estancia de tres días de don Felipe y doña Letizia, que visitaron Oporto, Guimarães y Lisboa. No es la primera visita de don Felipe y doña Letizia a Portugal como Reyes, y de hecho fue el primer destino, después del Vaticano, al que viajaron de manera oficial tras la proclamación de Felipe VI. Ya en aquel viaje de presentación de julio de 2014 el entonces presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva, invitó a los Reyes a regresar a Portugal para una visita de Estado, por lo que se trataba de una ocasión “muy esperada” por el país vecino.
Portugal trae a la memoria de Felipe VI viejos recuerdos de familia. Instantáneas del pasado reciente. De ahí que durante el viaje oficial que ha realizado lois días 28, 29 y 30 de noviembre a este país, en sus palabras siempre ha estado presente la nostalgia y el agradecimiento a su gente. Sus abuelos, los Condes de Barcelona, estuvieron exiliados en Estoril. Allí pasó muchos años su padre Juan Carlos I. De ambos aprendió la pasión por la tradición marítima portuguesa y el “amor” por la lengua portuguesa, según confesó el Rey durante su discurso pronunciado ante la Asamblea de la República Portuguesa, el momento más importante de su visita de tres días.
Si España presume de mantener relaciones “especiales” con los países más próximos, la que tiene con Portugal es “especial dentro de los especiales”, admiten fuentes de la Zarzuela. También señalan que aunque no se iban a a firmar acuerdos, la presencia de los Reyes eleva al máximo el nivel de diálogo entre las dos naciones, cuyas relaciones están exentas de contenciosos o conflictos importantes.
La agenda del viaje les ha permitido adentrarse por la historia, la realidad actual de Portugal y su proyección hacia el futuro, especialmente en el ámbito de la investigación científica. Así, la visita arrancó en el Ayuntamiento de Oporto, donde el Rey mantuvo una primera reunión con el presidente portugués, Marcelo Rebelo de Sousa, al tiempo que la Reina Letizia se reunió con representantes de la Liga Portuguesa contra el Cáncer. En el Ayuntamiento, donde recibió la Llave de la Ciudad, pronunció el Rey su primer discurso. Después, los Reyes visitarán en el Museo Serralves la exposición “Joan Miró: Materialidad y Metamorfosis”, con obras del artista catalán propiedad del Estado portugués pintadas entre 1924 y 1921. Por la noche se desplazaron a Guimarães, a unos 50 kilómetros al norte de Oporto, para una cena oficial ofrecida por el presidente en el Palacio de los Duques de Bragança, con 150 invitados ante los que Felipe VI pronunció su segundo discurso. Su presencia en esta localidad tuvo un carácter simbólico, porque Guimarães está considerada la cuna de Portugal, ya que allí nació y fue coronado el primer rey de la nación portuguesa, Alfonso Henriques, en 1139.
Al día siguiente, los Reyes visitaron la Universidad de Oporto, en concreto el Parque de Ciencia y Tecnología y el Instituto de Investigación e Innovación en Salud, para después almorzar en el Ayuntamiento de la ciudad junto al presidente Marcelo Rebelo de Sousa y el alcalde, Rui Moreira; de nuevo hubo discurso del Rey. Tras la comida, don Felipe y doña Letizia se desplazaron hasta Lisboa para ser recibidos en el Ayuntamiento por el alcalde, Fernando Medina, quien les hizo entrega de las Llaves de la Ciudad. El Monarca pronunció el cuarto discurso de su visita y disfrutó, junto a la Reina, de una actuación de fados. Una cena en honor de los Reyes en el Palacio de las Necesidades a invitación del primer ministro portugués, Antonio Costa, cerró su segunda jornada en Portugal.
El último día de su visita, el miércoles 30, comenzó en la Asamblea de la República, el foro donde don Felipe VI pronunció su alocución más importante. Hubo unas palabras previas de bienvenida del presidente Rebelo de Sousa y al término de la sesión los Reyes pudieron saludar a los diputados. A este acto siguió una recepción a una representación de los españoles residentes en Portugal en la residencia del embajador de España, en el Palacio de Palhavá; allí el Rey dirigió unas palabras a los miembros de la colonia.
El viaje de Estado concluyó con un último acto en la Fundación Champalimaud, una institución científica que constituye un referente europeo en investigación médica, con diez años de vida, y que los Reyes conocerán antes de regresar a España.
Lisboa y discurso en la Asamblea
El Rey Felipe VI realizó durante su discurso una encendida defensa de la amistad y la unidad entre Portugal y España, acuñando el término de “hermandad ibérica” en su intervención ante la Asamblea de la República portuguesa, dentro del viaje oficial al país vecino. Casi 20 minutos de intervención que ha provocado una gran ovación de los parlamentarios y autoridades portuguesas, salvo de una parte de los diputados de izquierda, que no han aplaudido.
En su exposición, el Monarca ha querido resaltar de manera específica la “obligación” del Parlamento de buscar “entre todos, mediante el debate y el acuerdo, la mejor de las respuestas en el marco del bien común”. Porque, sus primeras palabras fueron para recordar que es “un derecho y una obligación traer al Parlamento las inquietudes, las iniciativas y los anhelos de los ciudadanos”. Felipe VI se dirigió a los parlamentarios portugueses en una sesión solemne que rubrica la importancia que Portugal ha otorgado a la visita de los Reyes. Toda una deferencia. No es habitual que jefes de Estado intervengan en esta Asamblea. No en vano, hacía seis años que no intervenía uno. El último fue, en 2010, el entonces presidente de Mozambique, Armando Guebuza. Nuevamente, pronunciar estas palabras supone recuerdos del pasado para Felipe VI: el Rey Juan Carlos I lo hizo el 16 de mayo de 1989, siendo el primer mandatario extranjero que en 80 años pronunciaba una alocución ante la Cámara legislativa de Portugal. Repitió en septiembre de 2000. Estos discursos son una prueba de las excelentes relaciones bilaterales entre ambos países. Felipe VI, que comenzó y finalizó su intervención en portugués, describió la labor de los parlamentarios como la “búsqueda del bien común” asociada. “Todo lo que a vuestro compatriotas preocupa e ilusiona llena cada día vuestras tareas parlamentarias; presididas naturalmente, dentro de la legítima discrepancia por una misma voluntad de acierto”, dijo.
En esta visita oficial, que supone la primera tras el bloqueo político de 10 meses que vivió España y que pone fin a casi 500 días sin viajar, el Monarca está acompañado por la Reina. Ambos se mostraron muy sonrientes y distendidos durante los tres días y recibieron numerosas muestras de cariño en la calle. Felipe VI hizo un discurso que ha tenido los intereses compartidos de Portugal y España como hilo conductor. “Nuestro primer anhelo, como españoles y portugueses, es seguir siendo y construyendo vigorosamente Europa”, para destacar que “las magnitudes de la relación entre los socios europeos y los datos de la relación bilateral entre Portugal y España, crecen de año en año”.Especial énfasis hizo en la “hermandad ibérica”, que tiene como símbolo práctico el impulso del mercado ibérico del gas, así como “la dinamización del mercado ibérico de la electricidad. De ahí nuestro común empeño en mejorar las interconexiones energéticas con el resto de Europa”.
España y Portugal se comprometieron a desarrollar los trabajos necesarios para posibilitar la firma de un Tratado Internacional en el que se contemple la integración gradual de ambos mercados. Asimismo, se comprometieron a continuar trabajando para aumentar el nivel de interconexiones energéticas de los dos países con el resto de la UE, especialmente en el marco de la Declaración de Madrid de marzo de 2015. La cooperación en la lucha contra el terrorismo, especialmente la amenaza de Daesh, ha sido otro de los aspectos que destacó. También hizo una mención especial al reconocimiento de un “gran espacio lingüístico compuesto por una treintena de países de todos los continentes y por más de 750 millones de personas. Un espacio formidable, de alcance y proyección universal, que no debemos perder de vista en el mundo crecientemente globalizado de nuestros días”. Felipe VI, recordó una vez más la “crisis económica que ha afectado gravemente a nuestros ciudadanos”, pero ha celebrado la recuperación por la “senda del crecimiento” y ha abogó por “seguir trabajando en la profundización de la relación económica bilateral es la mejor manera para consolidar la recuperación, la creación de empleo y la sostenibilidad del modelo social que compartimos”. Tras el discurso en la Asamblea, los Reyes celebraron un encuentro con la colectividad española, en el que insistió en la necesidad de “seguir trabajando en la profundización de nuestros intercambios económicos, comerciales, culturales y educativos, constituye la mejor manera para contribuir a la consolidación de la recuperación, a la creación de empleo y a la sostenibilidad del modelo social que compartimos”.
Cumbre Hispano-Lusa de 2017
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se entrevistó en La Moncloa con el primer ministro de Portugal, Antonio Costa, con quien trató diversos asuntos bilaterales. Se trata de la primera visita oficial de un jefe de Gobierno extranjero a España desde que el presidente Rajoy tomó posesión de su cargo, el pasado 30 de noviembre.
Durante la entrevista, según explicó Rajoy en la rueda de prensa conjunta, los dos mandatarios acordaron “la reanudación de las cumbres bilaterales”, un instrumento “fundamental para fortalecer la cooperación política y resolver los problemas que afectan a los ciudadanos”. "Hemos aprovechado para pasar revista a los principales asuntos de la agenda bilateral y europea", afirmó Rajoy ante la prensa tras su encuentro con Costa. Según detalló el presidente del Gobierno español, los principales asuntos bilaterales abordados por los dos líderes fueron la lucha común contra los incendios y la asistencia sanitaria transfronteriza. En el plano internacional, Rajoy señaló que ambos coordinaron sus posiciones respecto a las próximas reuniones del Consejo Europeo, mostraron su deseo de que el Gobierno británico ponga en marcha su salida de la unión antes del mes de marzo y pasaron revista a la situación en países como Ucrania, Siria o Libia. Por su parte, el socialista António Costa se mostró "muy contento" de haberse reunido con su "gran amigo" Mariano Rajoy, al que se refirió como "un gran europeísta". Rajoy destacó que las relaciones entre España y Portugal son "excelentes" y anunció que el próximo 28 de enero acudirá en Lisboa a la próxima cumbre de países mediterráneos de la Unión Europea.
Hasta la fecha se han celebrado 28 cumbres, alternativamente en los dos países. La última tuvo lugar en junio de 2015 en Baiona (Pontevedra) y la de 2016 no pudo celebrarse por el impasse político de España.
Al respecto, Costa anunció que “la cumbre bilateral de 2017 se celebrará a principios de primavera, y aunque toca en mi país, comenzará en España y acabará en Portugal”. El primer ministro luso confirmó también que los Reyes visitarán Portugal a finales de noviembre, tal como adelantó The Diplomat.En su intervención, António Costa celebró que España se encuentre en un momento de "fuerte de crecimiento" que "contribuye a la creación de empleo en Portugal a través de las exportaciones". Además, Costa anunció que Portugal y España seguirán trabajando para mantener una buena relación y que en la próxima primavera se volverán a producir encuentros bilaterales entre representantes de las dos naciones. Ante las preguntas de la prensa sobre la reciente victoria de Donald Trump, los dos jefes de Gobierno se limitaron a recordar que mantienen buenas relaciones con EEUU y a desear que los cambios en la Casa Blanca no deriven en un deterioro de las mismas.
El jefe del Gobierno español se compromete a resolver, “a la mayor velocidad posible”, las dudas sobre Almaraz. Los dos jefes de Ejecutivo abordaron también la decisión de Portugal de pedir a España que mantenga el cierre de la central nuclear de Almaraz, situada a unos cien kilómetros de la frontera. Según Rajoy, los ministros españoles de Medio Ambiente y Energía enviaron el pasado viernes una carta al ministro de Medio Ambiente luso para “invitarle a viajar a España” y resolver, “a la mayor velocidad posible, las dudas que se hayan podido generar”. “Tenemos todo el interés del mundo en que se cumplan las medidas más estrictas de seguridad en Almaraz”, agregó.
Respecto a las amenazas europeas por déficit excesivo, Rajoy aseguró que España ha logrado reducir este año el déficit del 9,4 al 3,6% y que “el año que viene el objetivo, a petición de la Comisión Europea, es bajarlo al 3,1%”. Por su parte, Costa afirmó que, en 2016, su país “ha dejado por primera vez su déficit por debajo del 3% y el año que viene va a intentar reducirlo al 1,6”. “Hay que cumplir las reglas comunes, pero éstas no pueden seguir agravando la asimetría que existe entre las economías que tienen que hacer grandes esfuerzos para ser competitivas y las que ya son competitivas”, advirtió.