Esta semana se han celebrado alrededor de 400 reuniones en una pequeña ciudad de las montañas suizas para la Reunión Anual 2017 del Foro Económico Mundial. ¿De qué han hablado en Davos los hombres y mujeres más importantes del mundo mundial? ¿Quiénes han asistido como invitados y qué esperan lograr para afrontar los cambios trascendentales que se juegan en la actualidad en el planeta?
A menos que haya estado viviendo bajo una roca en Marte, será consciente de que el 2016 fue un momento turbulento para los asuntos mundiales, se produjo una reacción contra la globalización que condujo a dos sorprendentes resultados de votación y un aumento del populismo en Occidente.
El tema principal de esta reunión es "Liderazgo responsable y receptivo". ¿Cómo pueden los líderes responder a la frustración genuina de las personas más perjudicadas por el capitalismo de mercado globalizado, de una manera responsable que ofrezca soluciones viables, justas y sostenibles? Como explica el Profesor Klaus Schwab, fundador y presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial:
"El mundo que nos rodea está cambiando a una velocidad sin precedentes. En este punto de inflexión, nuestros conceptos tradicionales acerca de la sociedad, el empleo de calidad y el Estado-nación son desafiados, y muchos ciudadanos se sienten inseguros o incluso amenazados ".
"Se necesita un nuevo modelo de liderazgo responsable y receptivo que nos permita abordar los desafíos que el mundo enfrenta, desde la seguridad hasta la Cuarta Revolución Industrial, con un pensamiento a largo plazo y orientado a la acción, y mayor solidaridad a nivel nacional y global".
¿Qué ha logrado Davos en el pasado?
En 1988, la firma de la "Declaración de Davos" entre Grecia y Turquía evitó que dos naciones fueran a la guerra. En 1992, un recientemente liberado Nelson Mandela estrechó la mano del presidente sudafricano FW de Klerk, un momento clave del final de la era del apartheid. GAVI, una alianza mundial para vacunar a los niños en las zonas más pobres del mundo, fue lanzada públicamente en Davos en 2000.
Aunque Davos se enorgullece de haber "hecho historia" en diversas cumbres, es importante entender que Davos está destinado a ser una plataforma: un facilitador en lugar de un creador. Es una manera de conseguir que todas las personas que comparten responsabilidad global, y que de otro modo no podrían encontrarse, se reúnan en la misma habitación. Además, Davos es sólo un evento en un calendario anual de reuniones regionales y de otro tipo, así como proyectos e iniciativas que apuntan a varios objetivos, desde limitar el cambio climático a ayudar a los líderes empresariales a impulsar la paz en Oriente Medio.
¿Por qué Davos?
La temperatura media en enero es de -5 grados centígrados, y el foro se encuentra a más de dos horas en tren desde el aeropuerto más cercano, pero el pueblo turístico suizo tiene una larga historia como un lugar de encuentro para el intercambio de ideas. En el siglo XIX, Davos se hizo muy conocido por sus sanatorios, donde los enfermos de tuberculosis buscaron una cura en el aire fresco y despejado. La novela de Thomas Mann de 1924, The Magic Mountain, que exploró el choque de ideas en una Europa moderna, se escribió en Davos. En la misma década, Einstein dio conferencias en una cumbre filosófica allí. El entorno aislado se supone para ayudar a los visitantes a mirar más allá de sus preocupaciones cotidianas.
Desafíos internacionales
La reunión se ha centrado en cuatro desafíos clave de liderazgo para 2017: fortalecer la colaboración mundial, revitalizar el crecimiento económico, reformar el capitalismo y prepararse para la Cuarta Revolución Industrial, un gran salto impulsado por la era digital, que está transformando nuestra forma de vivir y trabajar. Lo haremos a través de un programa en el que más de la mitad de las 400 sesiones se centran en la inclusión social y el desarrollo.
Davos gira en torno a la idea de que la única manera de abordar los grandes retos es dialogar con todos los grupos de la sociedad y con todos los miembros de la comunidad internacional. Este es un modelo que permite la interacción entre todas las partes interesadas, y el Foro cree que es tan relevante hoy como lo fue en 1971, cuando se celebró la primera Reunión Anual.
Este año, la reunión incluyó a Shaping Davos, una iniciativa para conectar con jóvenes líderes de 20 ciudades de todo el mundo para abordar las preocupaciones de la generación de los millennials, así como 30 sesiones dedicadas a encontrar mejores formas de hacer frente a las crisis humanitarias y una serie de sesiones de empresarios sociales - personas que emplean los negocios para el bien social.
¿Quien ha asistido?
Un tercio de los 3.000 participantes proceden de fuera de Europa y América del Norte, mientras que un tercio representa a grupos de interesados fuera de las empresas y el gobierno, lo que hace a Davos más diverso.
Ante este reto, los 1.200 directivos de máximo nivel del mundo entero (Ana Botín, Francisco González, Ignacio Sánchez Galán y José Manuel Entrecanales, entre ellos), más el medio centenar de primer ministros o Jefes de Estado y el resto de élites, hasta superar los 3.000 participantes en el encuentro de la estación invernal suiza, con el presidente chino Xi Jinping dispuesto a redimir al mundo con su capitalismo comunista, los coaches de Davos recomiendan un intervencionismo selectivo regulatorio sobre el desarrollo tecnológico. Como ejemplo de peligrosidad por su influencia negativa sobre el empleo citan la inteligencia artificial y la robótica.
Además de las delegaciones gubernamentales de más de 70 países, incluyendo a todos los países del G20, la reunión de este año contó con la presencia de António Guterres, nuevo Secretario General de las Naciones Unidas. La reunión fue inaugurada por el presidente de China, Xi Jinping, quien estuvo acompañado por la delegación más grande de funcionarios chinos desde que el país participó por primera vez en una Reunión Anual en 1979. Entre los jefes de ONGs se contaba con la co-presidenta de Save the Children International, Helle Thorning-Schmidt, y el ex primer ministro de Dinamarca; entre los científicos se incluye a Fabiola Gianotti, directora general del CERN; mientras que el programa cultural incluye a Negin Khpalwak, la primera directora de orquesta femenina de Afganistán, y la cantante Shakira, a la que se le otorgó un premio Cristal por su trabajo en educación infantil.
Los otros cuatro co-presidentes, que han dirigido las discusiones y dado una conferencia de prensa al principio y al final de la reunión, son: Brian Moynihan, presidente y director ejecutivo de Bank of America; Sharmeen Obaid-Chinoy, un documentalista ganador de un Oscar cuyo trabajo impulsó al gobierno de Pakistán a endurecer la legislación contra los asesinatos de honor; y Frans van Houten, presidente y director general de Royal Philips.
Desde Raed al Saleh, fundador del grupo de rescate voluntario White Helmets de Siria, hasta miembros de la sociedad civil y líderes espirituales, puede leer más acerca de las personas que no esperaría ver en Davos aquí.
Redefinición de capitalismo
El fundador y presidente del World Economic Forum, Klaus Schwab, fiel reflejo del cinismo que encierra el discurso de las élites, no ha dudado en hace un llamamiento a los plutócratas, tecnócratas y políticos, para que se apresuren a “reformar el capitalismo de mercado y restaurar la coherencia entre el mundo de los negocios y el resto de la sociedad” ya que tras muchos decenios de éxito de la economía de mercado y la mundialización para sacar a millones de personas de la pobreza, “sus defectos estructurales (cortoplacismo miope, profundización de las desigualdades y favoritismo) han suscitado la reacción política de estos últimos años, subrayando la necesidad de crear estructuras permanentes para equilibrar el bienestar social”.
La alarma en las cúpulas del sistema se aprecia muy bien en el orden de inquietudes que apunta el informe de este año sobre los ‘Riesgos Globales’, en el que la exclusión social y las desigualdades económicas ocupan el primer lugar, dando lugar a una creciente polarización de la sociedad, que ha generado ya una gran inquietud con tensiones políticas como el Brexit, el rechazo al referéndum de Italia o la victoria de Trump.
Curiosamente, el World Economic Forum cuenta con la escuela de negocios Wharton, donde Trump ha estudiado y ejercido de guía, como uno de los tres consejeros académicos.
Cambio climático
El cambio climático ocupa el segundo lugar en el catálogo de riesgos, aunque éste conlleva un gran potencial para hacer negocio con una transición energética en la que la mayor parte de las multinacionales están comprometidas y se aceleran las rupturas como es el caso anunciado del coche eléctrico. La tercera andanada que no sólo se atisba sino que está ya merodeando en las sociedades ricas es la digitalización creciente, y se constata que no hay una evolución sincronizada entre la sociedad y la tecnología. Schwab, presidente del sanedrín, no sólo reclama cambiar el sistema capitalista sino también “establecer un sistema de gobierno mundial dinámico” que se apoye en la colaboración público-privada de carácter generalizado ya que “el marco actual de cooperación internacional está concebido para el período de postguerra, cuando los Estados nación eran los actores principales” y termina en modo sacerdotal subrayando que “la vía del progreso consiste en hacer que la mundialización beneficie a todos”.
De todo ello se deduce que las élites son conscientes de que deben buscar otro marco de juego, en el que como apunta en las conclusiones el informe “se requiere pensar con más coraje sobre cómo gestionar la relación entre los ciudadanos y sus representantes elegidos” y reconoce que “hay sitio para el debate sobre hasta qué punto el avance del sentimiento antiestablishment en las democracias occidentales refleja una amenaza al propio sistema democrático”. .