Los presidentes de los siete países mediterráneos de la Unión Europea celebraron en Lisboa, capital mediterránea bañado por el Atlántico, su segunda Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de los Países del Sur de la Unión Europea y lanzaron un mensaje de unidad ante las amenazas internas y externas que acosan al proyecto europeo. Entre estas, se han citado el antieuropeísmo del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, la próxima salida del Reino Unido de la UE y los movimientos populistas así como los retos que representan la inmigración, la seguridad, el crecimiento económico y empleo, sobre todo entre los jóvenes.
A finales de enero se realizó en Lisboa la segunda Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de los Países del Sur de la Unión Europea con la participación de los jefes de estado de los siete países miembros, quienes enviaron un mensaje de unidad ante las crecientes amenazas internas y externas que asedian a la UE. Entre los puntos tratados se tienen el anti-europeísmo del actual presidente norteamericano, Donald Trump; el Brexit; la creciente inmigración ilegal; y el reto que representa el crecimiento económico y el empleo, fundamentalmente en la población joven.
Antonio Costa, primer ministro de Portugal y anfitrión del encuentro, sostuvo en la declaración final que antes esta crecientes amenazas que acechan a la Unión Europea “debemos reforzarnos actuando unidos”, ya que una Europa debilitada no puede considerarse como una opción. En dicha declaración se hacía mención al Brexit, alegando que la UE está preparada para iniciar negociaciones después de la escisión y esperan que Reino Unido se convierta en un socio muy cercano a la UE.
A la reunión de Lisboa acudieron el presidente de Francia, François Hollande, y el de Chipre, Nicos Anastasiades, así como con los jefes de gobierno griego (Alexis Tsipras), portugués (Antonio Costa), italiano (Paolo Gentiloni), maltés (Joseph Muscat) y de Grecia, Alexis Tsipras, con quien Rajoy mantuvo un encuentro bilateral por vez primera. La primera de estas cumbres, a la que no acudió Mariano Rajoy, se celebró en septiembre en Atenas.
Primera potencia comercial
El presidente español, Mariano Rajoy, ensalzó la UE como "el espacio más importante del mundo en términos de bienestar, progreso y respeto a las personas", así como "la primera potencia económica y comercial del mundo". Un lugar "a donde todo el mundo quiere ir y de donde nadie quiere marcharse" salvo -según el presidente español- "la última excepción que todos conocen", en alusión al Reino Unido. La declaración final de la cumbre incluye una mención al Brexit en la que los líderes europeos se muestran preparados "para iniciar negociaciones después de que se notifique el artículo 50 con la esperanza de tener en el Reino Unido un socio cercano para la Unión Europea".
Rajoy anunció que la próxima cumbre de los países del Sur de Europa se celebrará en Madrid, en abril.
El presidente francés, François Hollande, hizo un llamamiento a hacer un bloque que permita dar una "respuesta cerrada" al presidente de EEUU, Donald Trump, quien ha valorado que la salida del Reino Unido de la Unión Europea "es algo maravilloso".
Hollande advirtió también contra el avance del proteccionismo comercial, del que dijo que “no está en los genes europeos” y contra el auge de los movimientos populistas antieuropeístas de cara a las próximas citas electorales en Europa (Francia, entre ellas). “Europa está ante la prueba de la verdad” dijo.
Portugal, también mediterráneo
Aunque la cumbre se refiere a los países del sur de Europa y no sólo a los bañados por el Mar Mediterráneo, Portugal, que se considere a sí mismo muy “atlántico” en referencia a su expansión histórica y sus vínculos con países del norte de Europa bañados por el mismo Océano, está englobado dentro de los países mediterráneos ya que se ve influenciado por el clima, paisaje, agricultura, ganadería, gastronomía, sociedad....característica que ha surgido alrededor de ese mar, que no termina precisamente en las Columnas de Hércules, sino que llega hasta el “Finis Terrae”.
Se reconoce como mediterráneo a un país por ciertos rasgos de su cultura y también por un determinado clima, normalmente relacionados. Porque la palabra “mediterráneo” no se refiere al mar que la baña, si no al estilo de país que es: su cultura es mediterránea.
El clima mediterráneo es relativamente seco, con inviernos templados y veranos calurosos, lluvias estacionales que se concentran en determinados meses más cercanos al invierno y con veranos secos. En general, Portugal tiene este tipo de clima, aunque en ciertas zonas con influencias del clima oceánico y en otras con influencias del clima continental, pero el mediterráneo es el preponderante.
Este clima hace que en el país haya una determinada flora, por ejemplo los montes de encina, paisajes adehesado, jarales, etc…, monte mediterráneo. La agricultura también está influida por eso. Olivos, trigo, viñedos...los tres productos que conviven en el clima mediterráneo (aunque por separado se den en otro climas); y árboles frutales de clima mediterráneo, como el naranjo, limoneros, almendros, avellanos y otros frutos secos.
Lógicamente, la gastronomía tiene características propias con productos de la tierra, que suelen ser de clima mediterráneo: el aceite de oliva, los frutos secos, la carne de los cerdos criados con las bellotas de las encinas.
Evidentemente, todo lo anterior da también lugar a ciertas conductas: los horarios de un país que en verano está a 40 grados son diferentes a los de países que en verano están a 20 y en invierno pasa igual, es diferente estar a 20 bajo cero que a 10 grados sobre cero. Esto hace que se haga mucha vida en las calles, mucha hostelería y comercio, fiestas con muchas características en común.
Todo ello hace de Portugal un país eminentemente mediterráneo en su idiosincrasia y en sus estrategias. Un Mediterráneo bañado por un Atlántico.