El Joglars mete mano a la "máquina voraz" del periodismo. 'Zenit. La realidad a su medida' es una disección satírica de los medios de comunicación en tiempos acelerados y tecnológicos y una llamada de atención a su responsabilidad y la del consumidor. A través de la sátira, reflexionar sobre la responsabilidad, tanto de los medios como de quien los consume, de la deriva que ha tomado cierto periodismo, recordando que éste es un oficio imprescindible para la democracia. ¿Quién es el culpable del rumbo que están tomando la prensa y la televisión en la actualidad? ¿Son los creadores de contenidos quienes deciden qué ofrecer o los propios lectores y espectadores los que marcan el ritmo?. Permanecerá en cartel hasta el 9 de abril en el Teatro María Guerrero de Madrid.
Lo que empezó con una pluma de ave o un cincel ahora es "la máquina del fango", como dijo Umberto Eco. O, en palabras de El Joglars, "una máquina voraz" y tecnológica de poder, éxito y presión. El veterano grupo catalán disecciona desde su mirada siempre satírica al periodismo y los medios de comunicación de la actualidad, en pleno boom tecnotuitero. ZENIT aborda la realidad de los medios de comunicación y mira de frente la difícil frontera que separa la ética del afán desmedido de lucro. La obra se desarrolla en torno a un gran periódico, ‘ZENIT’.
En él trabajan periodistas, convertidos recientemente en ‘media workers’, que se debaten entre cumplir una labor informativa útil para la sociedad y dar a las masas la información morbosa y sensacionalista que parecen estar demandando.
“En esta ocasión – afirma Ramon Fontserè (director, actor, dramaturgo)– centramos nuestra mirada en los medios de comunicación. Algo que empezó con una pluma o un cincel, con el paso del tiempo se ha convertido en una máquina voraz e inerrable de éxito y de poder que bajo el imperio de las nuevas tecnologías ha multiplicado su producción. El periodismo que nació de la necesidad de transmitir información vital para la sociedad, en parte, se ha convertido en un negocio del entretenimiento, más centrado en alcanzar cuotas de mercado que en la descripción objetiva de los hechos. Su cota de poder e influencia es proporcional al número de ventas para ello esta máquina no dudará en matizar, manipular, retocar, filtrar o enfangar la realidad. En este periodismo no importa la moral ni la ética, la finalidad es calmar la avidez y glotonería de la masa, presentada como una devoradora pantagruélica de información fresca y renovada constantemente. Con Zenit pretendemos, a través de la sátira, reflexionar sobre la responsabilidad, tanto de los medios como de quien los consume, de la deriva que ha tomado cierto periodismo, recordando que éste es un oficio imprescindible para la democracia”.
“Una vez más partimos de nuestro punto de vista satírico, con escenas pautadas musicalmente que destilan mordacidad. Vemos el desarrollo diario de un gran periódico “ZENIT”. Observamos los entresijos de sus oficinas, el día a día de sus periodistas convertidos en media workers, las amistades y obligaciones de sus propietarios, el enfrentamiento entre el periodismo ético y la voracidad del medio…El peligro recae en que esta maquinaria que se puso en marcha por unos motivos nobles ha sido desvirtuada por la locura consumista y ahora está fuera de control y ni sus mismos creadores la pueden dominar”.
El mismo Joglars de siempre
Joglars se han mantenido durante más de cincuenta años fieles al espíritu con que se fundó la compañía. Ya al escoger el nombre hicieron una declaración de principios: “Els Joglars” significa, en catalán, “los juglares”, y hace referencia al papel que en la edad media ejercían los juglares, o al de los comediógrafos de la Grecia clásica. Para ellos, el teatro tenía una función social y política: la de hacer crítica social mediante la ironía y la fabulación, poniendo el dedo en la llaga de todas aquellas cuestiones incómodas para el poder establecido. Por ello, las obras de Els Joglars han sido tan elogiadas por la crítica teatral, como polémicas en lo político y social. Hasta 2012 Joglars estuvo dirigida por Albert Boadella, y formada por Ramon Fontserè, Jesus Agelet, Pilar Sáenz, Minnie Marx, Jordi Costa, Xavier Boada, Dolors Tuneu, Lluís Elias, Josep Mª Fontserè, Pep Vila, Xavi Sais y el propio Boadella. El 11 de septiembre de 2012 Boadella traspasó la dirección a Ramon Fontserè.
"Zenit' es una reflexión sobre la responsabilidad compartida, entre medios y lectores, a la hora de asimilar una noticia. No es un espectáculo maniqueo. Es un aviso a navegantes de que no nos creamos todo, de que hay que discernir entre el grano y la paja, sobre todo, en esta época dominada por las nuevas tecnologías cuando la información es barata. Vamos muy rápido y no tenemos pausa ni reflexión ni el tiempo necesario para hacerte una idea exacta", reflexiona Ramón Fontseré, dramaturgo, director y protagonista de la obra. "Es un canto al periodismo ético", insiste, frente a esa "máquina voraz de lanzar noticias y de vender, vender y vender para tener tranquilos a los consumidores, que ha perjudicado a ese periodismo de contraste y con calma".
"¿Hablamos de periodismo o de entretenimiento? ¿Vende más un resbalón de Putin o el escote de Merkel que sus políticas?", se pregunta el actor. Para intentar responder, o al menos, poner sobre el tablero esas preguntas, El Joglars enfrenta ese periodismo romántico hecho "gastando suelas", "entre humo y whiskey" y "en la barra de un bar", que representa Martín, un personaje que bebe de David Carr, con los nuevos y tecnológicos tiempos en el que la información se ha convertido en un negocio y un entretenimiento a la caza de clics, picos de audiencia y cuotas de mercado para seguir alimentando a la masa consumidora, ávida de información fresca y nueva cada minuto. "Enfrentamos a dos mundos: la generación Windows del copia y pega y la del periodista que defiende que las fuentes se trabajan con una copa", añade citando a Josep Plá.
Sin moralejas y con un final poco esperanzador, Fontseré destaca aun así "la necesidad de defender el periodismo como algo fundamental para la democracia, tanto por parte de la profesión como de la sociedad", porque, añade, "en estos momentos, con las nuevas tecnologías, todo se ha desbordado. Existe una riada de información que nos lleva por delante". De hecho, 'Zenit' se pega a la actualidad a través de titulares que hablan de la política, la crisis económica, la prensa del corazón, el independentismo catalán —"lo que durará el peñazo este", dice ilustrativo— o la llamada "pena del Telediario" —"es más fácil darte de baja en una compañía de móviles que demostrar la inocencia"—.
También, agrega Dolors Tuneu, se evidencian "las presiones económicas y de inmediatez que impiden el trabajo, la necesidad de vender" y se reflexiona sobre la objetividad. "¿Existen los hechos? ?¿Son unos?", se pregunta la actriz. No faltan tampoco ni el circo mediático, representado aquí con domadores y animales bailando el hulahop, los periodistas retratados como monos ilustrados o la todopoderosa red, encarnada en su propio personaje. Twitter, añade Fontseré, tiene tal voracidad que "ha creado un estado de droga: quiero más y más". Pero, sobre todo, 'Zenit' es una reflexión sobre la manera de hacer periodismo en este siglo XXI.