La edición de este año del Global Risks Report muestra que la complejidad es cada vez mayor, y que la economía ya no es lo que quita el sueño a los grandes líderes. Los fenómenos meteorológicos extremos, los ataques terroristas a gran escala, la migración involuntaria y la creciente desigualdad económica están aquí para quedarse. El informe, elaborado por el Foro Económico Mundial (WEF) en colaboración con Zurich Seguros, analiza que una condición meteorológica adversa (como la sequía en Siria) puede precipitar la guerra, y con ella, la migración global. Asociada a esta, los mercados de trabajo cambian, lo que puede terminar causando la llegada al poder de un político populista que promete poner fin a la situación.
El informe Global Risks Report es un documento publicado por el Foro Económico Mundial desde hace doce años. El informe proporciona un análisis riguroso sobre los riesgos a la seguridad global con base en su grado de impacto y probabilidad en un periodo de diez años. La edición de 2017 señala, como aquellos riesgos de mayor probabilidad de que ocurran, los sucesos derivados de una climatología extrema, los flujos migratorios no voluntarios a gran escala, los grandes desastres naturales, los ataques terroristas a gran escala, y los incidentes de robo o de fraude masivo de datos.
En función del grado de impacto, los cinco riesgos identificados son, por este orden, las armas de destrucción masiva, los sucesos derivados de una climatología extrema, las crisis relacionadas con el agua, los grandes desastres naturales y el fracaso en la mitigación y adaptación de los efectos del cambio climático. En la elaboración del informe de 2017 han participado alrededor de 750 expertos. El Global Risks Report 2017 se estructura en tres partes: el paisaje de los riesgos globales, los desafíos políticos y sociales, y la gestión de la cuarta revolución industrial.
El paisaje de los riesgos globales
En el informe Global Risks Report 2017 se destaca una significativa y creciente interrelación de los riesgos sociales, económicos y políticos. El informe resalta cinco áreas de riesgos globales, para las que se precisa una acción urgente: Crecimiento económico y reformas del mercado capitalista: Desde el comienzo del siglo XX, y hasta la década de los ochenta, la desigualdad ha disminuido en los países industrializados. Sin embargo, en los últimos años, y particularmente, entre 2009 y 2012, los ingresos económicos del 1% de la sociedad más rica en los Estados Unidos ha crecido más del 31%, en comparación con un crecimiento de apenas el 0,5% del 99% del resto de la población. De esta forma, la desigualdad es percibida como la tendencia más importante para los próximos diez años. Reconstrucción de la sociedad: Décadas de cambio rápido social y económico han ampliado la brecha generacional y han amplificado determinados asuntos relacionados con la identidad nacional y los valores culturales. La política está siendo definida, de forma cada vez más intensa, por un clima de “post-verdad”. Esto se traduce en una corriente de debate político que tiene como objetivo la división de la opinión pública. El desafío será saber encontrar formas inclusivas para tender puentes allí donde exista una división cultural, y preservar los derechos del individuo. Gestión de la disrupción tecnológica: La tecnología está trasformando el mundo de forma radical y moldea los riesgos a los que hacemos frente. Aproximadamente, el 86% de la disminución de empleo manufacturero en los Estados Unidos entre 1997 y 2007 fue debido a la automatización, en comparación con menos del 14% debido al comercio. Con la mitad, al menos, de todos los puestos de trabajo en riesgo, debido al rápido cambio tecnológico, la naturaleza del trabajo en sí mismo está en transformación. Resultan necesarios nuevos sistemas colaborativos para minimizar el riesgo de una dramática disrupción social y de una disparidad creciente de ingresos. Fortalecimiento de la cooperación global: El año 2016 ha sido testigo de signos repetidos de una disminución del compromiso para la cooperación global, y del resurgimiento de un interés en la adquisición de capacidades militares a nivel nacional. El progreso hacia la adopción de acuerdos comerciales multilaterales se ha ralentizado. Algunos veredictos prominentes emitidos por tribunales internacionales han sido rechazados. Lo anterior refleja la pérdida de confianza en los mecanismos de seguridad colectiva. Un área de particular interés es la relativa a los riesgos medioambientales. El Acuerdo de París ha sido ratificado por más de ciento diez países. Sin embargo, la situación permanece crítica. Los últimos dieciséis años han estado entre los diecisiete más cálidos de la historia, desde que se disponen de registros. Para limitar el riesgo de catástrofes derivadas de los efectos del cambio climático resulta necesario mantener el calentamiento global por debajo de los 2ºC. Para ello, las emisiones de CO2 han de ser reducidas entre un 40 y un 70% antes del año 2050, y eliminadas por completo en 2100. Tomando en consideración, de forma conjunta, todos estos factores, resulta más necesaria que nunca una colaboración efectiva entre todos los sectores de la sociedad para crear una visión inclusiva del futuro.
Desafíos políticos y sociales
La segunda parte del informe Global Risks Report 2017 pone el foco en tres riesgos relacionados con la dimensión política y social. El primero de los tres "riesgos en foco" considera tres razones principales que ponen en desafío el actual orden liberal. En concreto, el impacto de la disrupción tecnológica, la profundización de la polarización social y cultural y el surgimiento del debate político denominado “post-verdad” generan inquietudes sobre cómo hacer el crecimiento económico de forma más inclusivo y cómo reconciliar la identidad nacional con una sociedad cada vez más diversificada. El segundo riesgo está relacionado con el funcionamiento de la sociedad y la política. Muestra una tendencia de estrechamiento del espacio cívico, que se materializa en ejemplos concretos tales como la disminución de la inversión pública en iniciativas de carácter cívico-social o humanitario. En tercer lugar, una de las causas del aumento en la desafección del status quo político y económico es que los sistemas de protección social se encuentran cercanos a su punto de ruptura. Este factor, unido a la disminución de los sistemas de protección social de los trabajadores, sugiere la necesidad de una aproximación innovadora para rellenar el hueco existente entre la masa social y la protección que la administración puede proporcionar.
Gestión de la cuarta revolución industrial
La cuarta revolución industrial fue el tema central del foro Davos 2016. Este término hace referencia a la transformación global producida por el fuerte avance digital. Se trata de un auténtico tsunami tecnológico que provoca un efecto disruptivo y acelerador al que se ve sometido la sociedad actual. En el informe de 2017, la cuarta revolución industrial se presenta como un desafío a la gobernanza, por la dificultad de sus procesos asociados de adopción de normativa, estándares internacionales, instituciones y otros mecanismos requeridos para modelar el desarrollo de la tecnología de forma apropiada. La regulación de los rápidos desarrollos tecnológicos es una tarea muy compleja y desigual. Así, mientras que existen áreas emergentes, como la biotecnología, que está altamente regulada, pero a una velocidad de avance muy lento, encontramos otras, como por ejemplo la inteligencia artificial, que apenas se encuentra gobernada.