"Espero estar a la altura de quienes me precedieron"
Miguel Torres Maczassek, el único hijo varón del presidente Miguel A. Torres y uno de los siete primos que integran la quinta generación, es el nuevo Director General de Bodegas Torres. Su formación, su ya probada experiencia y su afán por dejar, al menos a la misma altura, el testigo que le legan las cuatro anteriores generaciones, le convierten en un abanderado del vino del futuro.
Hasta el pasado mes de septiembre, fecha en que se hizo cargo de esta mítica bodega catalana, el joven Miguel Torres V residía en Chile, ya que desde enero de 2010 era el director de la bodega andina del grupo en Curicó. Nacido en Barcelona en 1974, el joven directivo se incorporó a la empresa familiar en 2001. Previamente, estudió Económicas en Esade y se formó en los departamentos de márketing de Danone y Puig, donde fue uno de los responsables del lanzamiento de la fragancia 212 Men. Antes de irse a Chile, en Torres ocupó la dirección de Jean Leon y la dirección de márketing de todo el grupo.
¡Fíjese, todavía 30 años!. Qué será de nosotros y de nuestro mundo al ritmo que va la civilización. No hay nada escrito.
Hasta ahora hay dos niñas y un niño. Pero llamarse Miguel no indica que tenga que continuar, y tampoco tiene que ser una de mis hijas. Puede ser mi hermana o su descendencia. Lo que sí nos gustaría es que un miembro de la familia se interesara por el vino y tuviera la capacidad para seguir con el negocio. Es importante que cada uno haga realmente lo que quiera hacer.
Tengo hermanas mayores y una de ellas eligió ser médico cirujana: nosotros los curamos con vino y ella con otros métodos.
Cuando se es joven, tampoco se piensa tanto en estas cosas. Es cuando uno va madurando cuando tiene que decir por dónde tiene que ir su vida. Cuando estuve trabajando en la industria de los perfumes me dí cuenta de que los productos de prestigio, los productos de valor añadido, era algo que me gustaba, y a partir de esta experiencia ¿por qué no continuar con los vinos? me dije. El tema de la sucesión no nacía en mi cabeza de una manera directa.
Muchos y buenos. Siempre me ha recomendado que sea humilde, que es un valor de la familia y de toda la empresa; que nos enfoquemos hacia la calidad y que las personas son lo más importante que las viñas y los vinos, cosa que corroboro totalmente.
Por supuesto. Su jubilación es sólo sobre el papel. Como sabe, mi padre ha pasado tosa su vida dedicado a esta empresa y a la elaboración de nuestros vinos, y tiene mucho que aportar y ayudar con su experiencia. Los dos trabajamos como si fuéramos uno, y muy bien. Yo estoy muy contento. Una bodega de nuestras dimensiones exige una labor de equipo. Con su experiencia y nuestras ideas podemos hacer un camino más largo y seguro.
La situación de crisis es compleja, pero tenemos que adaptarnos a ella. Una de las medidas ha sido la de optar a productos más Premium y no quedarnos sólo en el volumen. El otro es el reto del cambio climático, una situación real –no creo que queden aún escépticos– y cómo se va a adaptar la empresa Torres al nuevo mapa climatológico. Se están abriendo nuevas zonas para hacer vino que antes no existían y otras zonas que existían están dejando de serlo.
Y estamos en un cambio de sociedad, en un nuevo paradigma, lo que va a traer nuevos hábitos de consumo, una apuesta de la industria por otros sectores, una revolución absoluta. Como verá,muchos e interesantes retos de cara al futuro.
Por supuesto. Hoy más que nunca hay que estar cerca de los mercados, hay que invertir en distribución. Queda ya muy lejos la del bodeguero que esperaba a que el distribuidor le viniera a comprar. Hay que hablar idiomas y viajar muchísimo.
Claro, pero lo de buscar qué les gusta a los consumidores y la maletita lo seguimos haciendo. En Torres nos volcamos mucho en conocer los mercados, es un diferencial de nuestra bodega. La verdad es que nuestra salida se debía, en parte, a que no teníamos Rioja ni Ribera. Luego hemos ido agrandando el portafolio, y continuamos con la misma filosofía. En cualquier mercado que se abra, queremos ser los primeros en estar allí.
Pues verá que lo llevamos en la sangre ¡y nos gusta!.
Es verdad. La empresa está muy fuerte en estos momentos. No tenemos endeudamiento y las cifras económicas son buenas. Pero lo peor que nos podía pasar es ser conformistas, dados los muchos retos que tenemos. Hemos crecido mucho en los brandies, pero tenemos mucho camino para crecer con los vinos, a pesar de que los mercados están muy fragmentados y hay muchas bodegas en España.
Pero nosotros invertimos más de un millón de euros en Investigación y Desarrollo, lo que hace que estemos pensando en los nuevos vinos que vamos a lanzar. hasta el 2016. Esperamos sorprender al mercado y al consumidor.
Empezamos con Rueda, con verdejo, y en 2015 lanzaremos un cava, que tantos años nos han pedido los consumidores y clientes.
Para nosotros son puntos clave, muestro ADN: las personas son más importantes que el viñedo y la tierra, los proveedores tienen que estar contentos. En Chile certificamos la gama Santa Digna con Comercio Justo, ayuda no sólo a que el proveedor tenga mejor precio, sino que genere fondos que decicamos a proyectos sociales (construir escuelas, dar bicicletas a la gente en el campo, traer doctores...).
Hay que prepararse para enfrentarse a un nuevo mapa y nosotros lo estamos haciendo. Hemos comprado viñas en el Pirineo de Aragón, terrenos a 1.200 metros de altura en donde es difícil que madure la uva hoy, pero en el futuro...Ya tenemos viñedos a 900 metros, en Tremp. En Chile nos hemos ido hacia el sur, buscando recursos hídricos.
Me gustaría romper una lanza en favor del vino. Es una bebida cultural y, tomada con moderación, tiene atributos muy positivos.
En todas las mesas ha habido una botella de vino y la gente joven aprendía a respetar el vino delante de los padres. Hemos de recuperarlo.
Queremos seguir siendo una empresa familiar; queremos enfocarnos a mejores vinos y no volumen; luchar contra cambio climático; reforzar la RSC y la ecología; invertir en distribución, factor diferencial. Vamos a apostar por países donde crece el consumo de vino, como China, y donde ya tenemos una empresa, en Brasil y los países del nuevo mundo.
Estoy contentísimo. Mi hermana Mireia está haciendo un excelente trabajo. Medio siglo de una marca tan emblemática, la primera en elaborar cabernet y chardonnay en España, es fantástico. Y va a dar mucho que hablar todavía.
Muy pronto me parece. Estoy aquí para hacer el trabajo en que creo y pasar el testigo a siguiente generación.