BIARRITZ: LA PEQUEÑA MÓNACO DEL NORTE

A sólo a 25 kms. de San Sebastián y conexión desde Madrid (Air Nostrum) desde el 27 de marzo, Biarritz nos propone playas para surferos, campos de golf, talasoterapia y gastronomía basada en productor naturales como el pimiento rojo de Ezpelta, el queso de oveja o el jamón de Bayona. La Emperatriz Eugenia de Montijo, casada con Napoleón III, lo puso de moda hace dos siglos. Y el actor y cantante Luis Mariano, junto con la actriz Carmen Sevilla, dieron a conocer a la noble española en la película “Violetas imperiales”, que también había sido ya un vehículo cinematográfico para la cantante Raquel Meller, una auténtica diva en Francia, que rodó dos versiones, una muda la otra ya sonora en 1923 y 1932 respectivamente.

A 20 kilómetros de la frontera española y con un aeropuerto al que llega diariamente excepto sábados y domingos la línea aérea española Air Nostrum, Biarritz, que en la Edad Media era un pueblo de pescadores de ballenas, ha sido siempre por excelencia el sitio de veraneo de la clase alta vasca.

En el siglo XIX, la Emperatriz Eugenia decidió construir en Biarritz su residencia secundaria, su esposo Napoleón III construyó la Villa Eugénie y toda la nobleza de Europa comenzó a frecuentar la aldea. Las mansiones, palacios y villas de Biarritz nos hablan de un pasado esplendoroso al que más tarde se sumó la nueva burguesía que nació al amparo de la Revolución Industrial y que no escatimó recursos para competir con la nobleza y que a mediados del siglo XIX comenzó a instalarse en el balneario de moda.

Hoy los famosos siguen acudiendo a sus playas y es uno de los lugares preferidos de la jet set europea y algunas celebridades internacionales, no olvidemos que Madonna ha elegido más de una vez esta localidad costera para pasar sus vacaciones). Si hemos elegido este enclave plagado de chateaux en rojo y blanco y villas Tudor, no hemos de olvidar que muchos otros famosos vienen atraídos por su playas para hacer surf o por la exclusividad de sus tiendas.

Biarritz, que no hace mucho ha dado valor a su Museo del Mar, también quiere potenciar su caché como la primera ciudad por la que se extendió el surf en Francia en los años 50, para lo que ha construido la Ciudad del Surf y del Océano. Por cierto, parte del encanto de Biarritz son sus alrededores.

Biarritz, el glamour de labort

En Arco Atlántico Europeo, Biarritz, es una de las principales localidades del territorio vascofrancés de Labort, y forma junto a Bayona y Anglet la aglomeración urbana, más importante de la región, aglomeración urbana conocida como (BAB) Biarritz-Anglet-Baiona. Biarritz es una ciudad turística, en la que sus playas, su casino, sus restaurantes, sus tiendas sus orígenes pesqueros, así como su amplia oferta de apartamentos, hoteles, casas y chalets donde alojarse forman un lugar ideal para disfrutar de sus vacaciones mirando a la costa Cantábrica. A estas magnificas playas, recursos naturales y servicios de alojamiento se les une una exquisita gastronomía con destacada

Conocido por sus famosas playas, sus aguas terapéuticas y su escena surfera, Biarritz ofrece a los visitantes un ambiente único. Se trata de un lugar donde restaurantes y balnearios de lujo conviven en armonía con tranquilos puestos de pizza y tiendas de surf. El ambiente en Biarritz destaca por ser una curiosa mezcla, dicho esto en el buen sentido de la palabra. La ciudad está formada en su mayoría por casas burguesas y mansiones, utilizadas por los más adinerados como casas de veraneo. Este toque de lujo se equilibra a la perfección con la cultura surfera, más relajada y despreocupada, la cual tiene además una larga tradición en Biarritz. Sin lugar a dudas, este interesante contraste forma parte de la identidad de la ciudad.

La práctica de surf no es solamente una actividad muy popular en Biarritz, sino que realmente tiene raíces profundas en la ciudad. Aunque no está comprobado, se dice que la introducción del surf en Europa tuvo lugar en 1957 en las playas de Biarritz, en la playa Côte des Basques para ser más exactos. Sin embargo, es cierto que la llegada del surf a Biarritz fue precedida por los aficionados a la playa de la clase alta, incluyendo las noblezas europea y rusa. A mediados del siglo XIX, la emperatriz Eugenia de Montijo, esposa de Napoleon III, descubrió Biarritz y se enamoró de sus 6 kilómetros de playas de fina arena, acantilados y agua marina terapéutica. La emperatriz Eugenia construyó una residencia palaciega de verano junto al mar, llamado ahora Hôtel du Palais, y poco después, Biarritz comenzó a transformarse. Lo que hasta entonces había sido un pueblo ballenero centrado alrededor del Port Vieux (el puerto viejo), se convirtió en el balneario y destino de veraneo de moda y, con los años, también la meca del surf.

Oferta diferenciada

Esta metrópoli cuenta con tres iglesias impresionantes y un histórico faro; los casinos junto al mar son también lugares históricos interesantes. También hay varios centros de terapia y spas en Biarritz de los cuales puede disfrutar. Los principales deportes para practicar en Biarritz son el golf, el rugby y la pelota vasca. Hay un gran número de campos de golf en Biarritz, algunos de los cuales tienen más de 100 años de historia. Otras actividades incluyen hacer ciclismo, cabalgar, rafting y bucear en Biarritz.

Es fácil viajar a Biarritz por vía terrestre, férrea y aérea. Hay un aeropuerto con vuelos a Biarritz desde numerosas ciudades de Francia, así como del Reino Unido, Irlanda y Suiza. También hay trenes de alta velocidad desde París y autobuses desde España. Sin embargo, la mayoría de los visitantes llegan a la zona de Biarritz en su propio auto. El transporte local en la región se ofrece a través de una buena red de autobuses locales. La ciudad en sí es suficientemente pequeña para explorarla a pie. Usted puede alquilar un auto en Biarritz para explorar los alrededores del país vasc o también puede tomar el tren turístico que parte de la Esplanade Anciens Combattants para recorrer lugares interesantes.

Biarritz es un lugar seguro para viajar. El único riesgo importante es causado por las fuertes corrientes marinas. Como se podría esperar de un lugar alguna vez favorecido por la realeza, los hoteles en Biarritz ofrecen mucho lujo y encanto histórico, pero también puede encontrar un gran número de otras opciones de alojamiento, incluyendo casas de huéspedes, hoteles residenciales, villas en alquiler, un asequible albergue y zona de camping. Los restaurantes en Biarritz sirven una excelente gama de comida francesa, vasca, española e internacional. También hay muchos pequeños cafés y bares para relajarse. La vida nocturna en Biarritz es especialmente activa durante los meses de verano, con una serie de clubes nocturnos y un histórico casino.

Las mejores playas

Algunas de las galardonadas playas de Biarritz son consideradas como las mejores de Europa, y son la principal razón para visitar esta ciudad balneario. La playa principal de Biarritz es la hermosa y concurrida Grand Plage, mientras que la de Cote de Basque es un punto muy concurrido para practicar el surf, un deporte que se introdujo a Europa a través de Biarritz. Con extensas playas y potentes olas, correr tabla en Biarritz es también una buena experiencia en varias playas de la zona. Otras buenas playas para tomar el sol y practicar la natación son, por ejemplo, las playas de Marbella y Milady. También hay acantilados pintorescos y miradores situados al oeste de la Grand Plage.

Biarritz presume de 6 kilómetros de playas (“plages” en francés) y es por ello un destino turístico muy popular para las vacaciones de verano. Sus playas se caracterizan por la fina arena y la gran cantidad de algas marinas. Esas algas añaden yodo al agua, el cual tiene efectos beneficiosos para el cuerpo. Estas propiedades curativas son la razón de la popularidad de los balnearios y la talasoterapia en Biarritz.

Grand Plage. La Grande Plage es la playa principal de la ciudad, muy popular tanto entre los turistas como la gente local. Anteriormente, esta playa se conocía como la “Côte des Fous” (costa de los locos), por el gran número de gente “enferma” que la visitaba por los efectos beneficiosos de sus aguas. Se encuentra en el corazón de Biarritz, cerca de la zona comercial, bares y restaurantes. La Grande Plage está limitada por el Hôtel du Palais al norte y el centro de congresos Bellevue al sur.

Si quieres que no le vean, las mejores opciones son la playa La Milady, al sur de Côte des Basques, o la de Miramar, una prolongación de la Grand Plage al otro lado del Hotel de Palais. Pero si lo suyo es codearse con la clase alta: La Grand Plage. Insultantemente burguesa y concebida para servir al Hotel de Palais, la gran mansión con forma de E que Napoleón ordenó construir en 1854 al borde del mar en honor a Eugenia de Montijo. La Grand Plage es el corazón del turismo en esta ciudad vascofrancesa. Ojo, no es la mejor playa para practicar surf, pero en ella se aprecia perfectamente cómo Biarritz es una ciudad volcada en esta actividad: casi la totalidad de la playa está acotada para surferos y sus multitud de escuelas sin edad. Con seguridad le tocará apiñarse en el resto de la playa y con un poco de suerte podrá ver, como ocurrió el año pasado, a Bruce Springsteen dar unas brazadas. Si no ha visto ningún famoso, vaya a comer después del baño al Hotel de Palais, allí está La Rotonde, uno de los mejores restaurantes de la costa suroeste. Eso sí, a los caballeros, independientemente de la hora del día que sea, se les exige llevar chaqueta.

Port Vieux. A un paso del puerto viejo está la recoleta y resguardada playa del Port Vieux. No solo hay que ir allí si se tienen niños temerosos del fuerte oleaje local, también si se quiere visitar la Roca de la Virgen. Lo más destacable de esta Roca no es la virgen que corona su cima, sino el hecho de que se puede atravesar. Fue Napoleón III quién decidió excavar la roca tras unirla a la costa a través de un puente, obra de Eiffel. Además, este lugar esconde una leyenda que dice que un día de fuerte tormenta que los balleneros de Biarritz regresaban a casa apareció una luz resplandeciente que condujo a la gran mayoría a puerto. Los supervivientes colocaron en el lugar unas cruces y una virgen.

La Côte des Basques. La Plage de la Côte des Basques es la principal playa surfista de Biarritz. Esta bonita playa está enmarcada por acantilados y, con marea alta, la arena desaparece completamente bajo el agua, quedando únicamente las olas y los surfistas. Ten en cuenta que la salida del agua con marea alta puede ser complicada ya que es necesario subir por las rocas. Cuidado con la marea alta, que prácticamente hace desaparecer esta larga extensión de arena donde, aquí sí, el surf es el rey. A la playa se accede a través de las escaleras construidas en un acantilado. En la parte superior hay una animada terraza, donde también picar unos deliciosos mejillones y ensaladas

Playa Miramar. La Plage Miramar es la playa situada entre el faro y el Hôtel du Palais. Normalmente se trata de una playa tranquila, aunque cuando el mar está agitado, puede haber corrientes fuertes. No está permitida la práctica de surf.

Playa Marbella. La Plage Marbella es básicamente la prolongación de la Plage de la Côte des Basques. Se trata de una playa salvaje muy popular entre los surfistas y practicantes de bodyboard. Toma nota de que para acceder a esta playa, tendrás que bajar bastantes escaleras.

La Plage Milady está situada en el extremo sur de Biarritz. Es una playa de arena muy grande y muy popular entre los locales, especialmente familias con niños. Dispone de varios aparcamientos en los alrededores y un bonito paseo a lo largo de la playa. 

Anglet es el pueblo al norte de Biarritz. Está situado justo al otro lado del faro y también presume de varias playas, las cuales son prácticamente una playa muy larga que se extiende aproximadamente 5 kilómetros. La primera playa, llamada playa VVF, tiene socorristas del 1 de junio hasta el 22 de septiembre de 10:30h a 19h. Algunas de las playas son también muy populares entre los surfistas. Échale un vistazo a la página web de Anglet donde encontrarás información más específica.

Qué hacer y qué ver en Biarritz

Hemos seleccionado cuidadosamente las mejores cosas que hacer y que ver en Biarritz – desde el magnífico Hôtel du Palais hasta visitar el mercado, aquí encontrarás todo lo relacionado con el turismo en Biarritz.

Hôtel du Palais. A mediados del siglo XIX, cuando la esposa de Napoleón III, la emperatriz Eugenia de Montijo, descubrió Biarritz, se enamoró de ella y sus 6 kilómetros de playas de arena. La emperatriz decidió que sería el lugar perfecto para construir un palacio junto al mar como residencia de verano.

Dicho palacio es conocido a día de hoy como el Hôtel du Palais. La construcción de este inmenso palacio comenzó en 1855, sin embargo, con la caída de la dinastía en 1870, el futuro del Hôtel du Palais quedó incierto. El nuevo gobierno embargó prácticamente todos los objetos de valor del interior del palacio y, finalmente en 1880, la emperatriz se marchó de Biarritz y el palacio fue vendido. Poco después, el edificio fue transformado en un lujoso hotel-casino. Durante años, el prestigioso hotel fue frecuentado por familias reales y burguesía europea. Tras un incendio en 1903 el edificio fue reconstruido y continuó siendo un lugar de moda incluso después de la I Guerra Mundial. En los años veinte, Biarritz era tan popular y exclusiva que era conocida como “la reina de las playas y la playa de los reyes”. Desgraciadamente, después de la II Guerra Mundial, el hotel tuvo que cerrar por un tiempo y su reapertura solamente fue posible con la ayuda del alcalde, que organizó una campaña para recaudar dinero para la rehabilitación del edificio.

En la actualidad, el Hôtel du Palais representa todavía el atractivo lujoso de Biarritz y se ha convertido en uno de los símbolos principales de la ciudad.

Casino Municipal. Situado en el centro de Biarritz, este espectacular casino fue construido en 1929 por el arquitecto Alfred Laulhé. Junto con el Hôtel du Palais, este edificio en estilo art decó es uno de los principales símbolos de Biarritz. Hoy en día, aparte del casino, el edificio alberga un teatro y una piscina.

Port des Pecheurs – Puerto de los Pescadores

El Puerto de los Pescadores (“Port des Pêcheurs” en francés) fue construido en 1870 para los pescadores de bajura. En la actualidad, la mayoría de los pescadores ha desaparecido y lo que queda es un pequeño y lindo puerto visitado mayormente por turistas. En el puerto descubrirás un montón de restaurantes, situados en lo que fueron las pintorescas casas de los pescadores. Si quieres comer pescado fresco o marisco, este es definitivamente el lugar perfecto para hacerlo.

Roca de la Virgen. Cuenta la leyenda, que había una vez un barco de regreso al muelle cuando estalló una tormenta enorme, impidiendo el retorno del barco al puerto. De repente, apareció un rayo de luz que mostró un camino seguro a los pescadores hasta tierra firme. Después del milagro, los pescadores decidieron erigir una estatua de la virgen en la roca (1865). La Roca de la Virgen (“Rocher de la Vierge” en francés) está conectada con la tierra a través de un puente que Napoleón III mandó construir. El puente cruza sobre el agua y atraviesa la roca que fue excavada para ello. El puente es conocido como el Puente Eiffel, recibiendo el nombre del arquitecto Gustave Eiffel, el mismo que construyó la Torre Eiffel de Paris. Desde el final del puente, podrás disfrutar de unas de las mejores vistas de Biarritz. En días despejados, es incluso posible ver las montañas del País Vasco español.

Museo del Mar Aquarium. Ubicado en los acantilados junto a la Roca de la Virgen encontrarás el Museo del Mar Aquarium de Biarritz ("Musée de la Mer Aquarium” en francés). Este museo y acuario albergado en un bonito edificio art decó tiene una larga historia y ha estado abierto al público desde 1933. La última expansión tuvo lugar en 2011. En la actualidad, el complejo está formado por más de 7.000 m2 y contiene uno de los estanques más grandes de Francia. El museo guía a los visitantes a través de la flora y la fauna de los océanos del mundo entero (desde la corriente del Golfo hasta el océano Pacífico, pasando por el océano Atlántico, el mar del Caribe, Sudamérica y el cabo de Hornos). Entres sus “residentes” más famosos se encuentran el tiburón martillo, la foca gris y la tortuga boba. Si estás planeando visitar el museo, no te pierdas dar de comer a las focas, actividad que ocurre todos los días a las 10:30h y a las 17h.

Calle del Puerto Viejo – Rue du Port Vieux

Hasta mediados del siglo XIX, Biarritz era un pequeño pueblo pesquero centrado alrededor del Puerto Viejo (“Port Vieux” en francés). Era allí donde los barcos balleneros atracaban y donde los pescadores descuartizaban las ballenas. Hoy en día, encontrarás una pequeña playa donde una vez estuvo el puerto (llamada Plage Port Vieux) y algunos bares rodeándola. La playa está protegida del viento y las olas, ofreciendo así muy buenas condiciones para el baño. Es frecuentada por gente local todo el año. El Puerto Viejo es el lugar perfecto para empezar (o terminar) un paseo por la ciudad.

Zona de tiendas y restaurantes

Si quieres ir de compras, te recomendamos pasear por la calle con el nombre Rue du Port-Vieux. Se trata de una calle muy concurrida, llena también de bares y restaurantes. Desde ahí, puedes continuar por Rue Mazagran o Rue Gambetta.

Mercado "Halles". Producto local fresco, pescado, queso y mucho más. El mercado “Halles de Biarritz” ha existido desde 1885 y es el principal mercado cubierto de la ciudad. Se trata del lugar perfecto para comprar producto local. El mercado está dividido en dos edificios. En el primero, encontrarás carne, frutas y verduras, pan y otras especialidades vascas. El segundo edificio está dedicado al pescado y la mayor parte de la actividad transcurre en las primeras horas de la mañana. También merece la pena pasear por los alrededores del mercado, los cuales están llenos de tiendas y restaurantes.

Faro de Biarritz. El faro (“phare” en francés) fue construido en 1834 y se eleva en el punto más septentrional de Biarritz. Con sus 74 m de altura, el faro está abierto al público, pero para llegar arriba tendrás que subir 248 escalones. Aunque no quieras subir a lo más alto del faro, merece la pena visitar el lugar. El faro se encuentra en la cima de una colina junto al agua y, desde allí, las vistas de Biarritz y la costa francesa son sobrecogedoras. El mejor momento para visitarlo es el final del día, cuando podrás disfrutar también del bonito atardecer. Si continúas conduciendo desde el faro en dirección a Anglet, descubrirás un pequeño bar con ambiente chill-out llamado “Kostaldea”. Se trata de otro lugar perfecto para ver el atardecer y disfrutar de una bebida. Algunas veces, también hay conciertos por la tarde.

Capilla Imperial. La Capilla Imperial (“Chapelle Impériale” in French) en francés) se erigió en 1864 como capilla privada de Napoleón III y su esposa, la emperatriz Eugenia de Montijo. Se encuentra situada muy cerca de su residencia de verano, el Hôtel du Palais y fue construida en una armoniosa mezcla de estilos romano-bizantino e hispano-morisco. La capilla está dedicada a la Virgen mejicana de Nuestra Señora de Guadalupe.

Iglesia Ortodoxa. Por extraño que parezca, existe una conexión entre Biarritz y Rusia que se remonta a los tiempos de la emperatriz Eugenia, esposa de Napoleon III. Eugenia invitó a la nobleza rusa a pasar los veranos en Biarritz y fue esta influencia de visitantes adinerados la que ayudó a Biarritz a convertirse en lo que es hoy en día. Además, en 1892, tras la alianza entre Francia y Rusia y bajo la iniciativa del Zar Alejandro III, la monumental iglesia ortodoxa (“église orthodoxe” en francés) fue erigida y dedicada a “Saint Alexander Nevski”. Construida en estilo bizantino, destaca su impresionante cúpula azul y los iconos religiosos traídos desde San Petersburgo. Aunque la iglesia ortodoxa sigue siendo utilizada en la actualidad, es cierto que su interior ha visto días mejores.

Sofitel Thalassa Miramar. Situado en primera línea de la playa Miramar, este hotel cuenta con dos piscinas, un balneario y unas vistas impresionantes de los alrededores. Las habitaciones disponen de balcón y la mayoría ofrece vistas al mar.

Copas, eat & Fun. Todo con permiso del restaurante La Rotonde, donde el chef Jean Marie Gautier hace las delicias de la aristocracia internacional, el Hotel de Palais también alberga otro gran restaurante, Villa Eugénie, en el que también se requiere chaqueta a los caballeros. Cuenta con una estrella Michelin y su menú degustación cuesta 130 euros.

Le Rotonde. Otro restaurante que destaca en Biarritz es el también laureado Les Rosiers, condecorado con una estrella en la Guía Roja. Tampoco olvidar el famoso Chez Albert, materia prima excelente sin más. Un sitio que está cada vez más de moda por su impresionante terraza sobre el mar y su lounge es el restaurante Transat, del Hotel Radisson Blue. Muy agradable para tomar una copa por la noche.

Chez Albert. También es habitual encontrar a famosos, incluso a miembros de la realeza británica, en el Casino de Biarritz, un precioso edificio art decó con dos restaurantes. Para un almuerzo más ligero la Brasserie Le Royalty en Place Clemenceau, con su típica ensalada francesa Niçoise. Si queremos algo que no sea un palacete ni un hotel ultramoderno, el restaurante de Chez Philippe hace cada vez más guiños a las celebridades, un espacio íntimo muy chic. Sus cursos de cocina son una buenísima opción para compaginarlos con unas vacaciones.

Shopping & Tea. Tres calles imprescindibles: la Avenida Víctor Hugo, Rue Mazagran y Avenue Édouard VII plagados de tiendecitas con encanto y sabor vintage. Destacar, Galeries Lafayette, aquí es casi imposible no cruzarse con un vip, y Duchatel, las mejores marcas para él y para ella aquí. Por supuesto hay que hacer parada en Helena para deleitarse con su ropa de casa. Un imprescindible es la mejor tienda de quesos de la zona: Mille et un Fromages, a un paso de Maison Arosteguy, donde encontrar productos gourmet de primerísima calidad, como el delicioso pimiento del Espelette, el oro local. Para el postsurf o la posplaya, nada mejor que degustar un poco de foie en la informal terraza de Le Comptoir du Foie Gras, una antigua tienda de ultramarinos reconvertida en bar con buenos vinos, un gran foie y bravos embutidos de la zona. Está junto al mercado (Rue des Halles), que tampoco conviene perderse. La jet en Biarritz también es muy amante de su exquisita repostería, hay cientos de salones de té con deliciosos pastelitos. Destacan la preferida de Alfonso XIII, Patisserie Miremont.

La Plancha en Bidart. Dice que es obligado recorrer la carretera al borde del mar Le Corniche. Es una pena que mucha de la gente que se acerca a conocer San Juan de Luz, que es una ciudad maravillosa con mercadillos y tiendas estupendas donde comprar mis alpargatas preferidas, elija un peaje y se pierda esta maravillosa carretera litoral, sobre acantilados y con vistas al mar y a los prados. Ir a Biarritz y no coger esta carretera es imperdonable. Hay dos formas de hacer el recorrido: a pie, por un sendero habilitado que empieza en Hendaya, o por carretera, un poco más arriba en una rotonda cerquita del Château d'Abbadia. Antes de empezar la ruta podemos dar un paseo por la playa de la villa y ver la desembocadura del Bidasoa, con Fuenterrabía guardando la orilla española justo enfrente. En esta ciudad hay un plan de pinchos perfecto en la siempre creativa apuesta de Gran Sol, un lujo de lugar.

Hotel Silhouette. Situado en el centro de Biarritz, a 300 metros de las playas, este hotel de cuatro estrellas ofrece recepción 24 horas, jardín privado con terraza y habitaciones con aire acondicionado, habitaciones insonorizadas, soporte para MP3, TV por cable y baño privado, wifi gratuita. Un servicio amable y eficaz para un enclave estratégico y lo suficiente alejado del núcloeo urbano como para mantener la intimidad.

Viajar en coche. Biarritz se encuentra a 6km de la autopista A63, que va de Burdeos a la frontera española. En España, esa misma autopista toma el nombre AP-8. Es una buena idea moverse en coche en el País Vasco. Facilita el acceso a algunas partes de la región como, por ejemplo, San Juan de Gaztelugatxe y las sidrerías. Además, tanto la carretera de la costa como las del interior ofrecen paisajes impresionantes. Si decides alquilar un coche, te recomendamos salir de la autopista de vez en cuando, tomando carreteras secundarias. Es muy gratificante ya que los paisajes son todavía más espectaculares y de esa manera puedes descubrir una parte de la vida vasca que si no te perderías. También hay que tener en cuenta que muchas de las autopistas en el País Vasco son de peaje. La más cara es la autopista que va de Vitoria a San Sebastián que cuesta unos 12 euros. Si en su lugar decides utilizar la carretera secundaria, te llevará unos 20 minutos extra pero es mucho más pintoresca.

Air Nostrum. Air Nostrum, compañía franquiciada de Iberia para vuelos regionales, vuela desde esta primavera a Biarritz. La operación Biarritz-Madrid, que se iniciará el 27 de marzo, dispondrá de un vuelo diario de domingos a viernes. El enlace tiene programada la salida del aeropuerto Adolfo Suarez Madrid-Barajas a las 12 horas y despegará de la ciudad de los Pirineos Atlánticos a las 13.35 horas. Un CRJ 1000, el reactor de Bombardier más moderno de la flota de Air Nostrum, hará el recorrido entre la capital de España y Biarritz en unos 65 minutos. La ruta tiene una doble vertiente: por un lado, servirá para aprovechar el atractivo turístico de la ciudad vascofrancesa y, por otra parte, resultará muy apropiada para enlazar desde el departamento francés con los vuelos nacionales e internacionales del hub de la T4 en el aeropuerto madrileño.

El potencial turístico de Biarritz se apoya, además de su paisaje, entre mar y montaña, en las olas de sus famosas playas, los greens de sus 12 campos de golf y las aguas terapéuticas de sus elegantes balnearios. La ruta diseñada por Air Nostrum, la única compañía que opera vuelos regulares entre España y la ciudad vascofrancesa, está diseñada para aprovechar las conexiones de medio y largo radio operadas por las aerolíneas de IAG desde la terminal 4 del Adolfo Suárez Madrid-Barajas. En total será 59 los destinos con los que estará conectado el vuelo, que podrá enlazar con enlaces tan dispares como Tenerife, Zúrich, Miami, Filadelfia o Ámsterdam. La ruta se podrá volar desde 49 euros por trayecto para viajes de ida y vuelta. Venta en iberia.com, oficinas Iberia y en agencias de viaje.

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