El turismo de alta gama está regresando a la Costa del Sol, principalmente a Marbella. También crece el turismo en las Baleares, especialmente el de Ibiza, más hedonista que el viejo esplendor de Mallorca y Menorca. La Costa del Sol prevé el mejor verano de la historia con cerca de 6,5 millones de turistas de junio a septiembre, un 4,5% más que el año anterior. Se prevé que el incremento del turismo nacional sea del 5,3% mientras que el aument de los viajeros extranjeros rondará el 3,9%. "Las previsiones para el verano de 2015 continúan con la tendencia alcista que el destino vivió en el año 2014, cuando se logró un año récord en número de turistas y en impacto económico", informa Turismo Costa del Sol.
Los principales protagonistas de esta tendencia son los turistas procedentes de Rusia así como de los países árabes, que pernoctan sobre todo en Marbella, donde se encuentra la mayor concentración de hoteles de cinco estrellas de la Costa del Sol. Marbella, pese a estar llena y colapsada, necesita de un empujón promocional que la saque de un turismo cada vez menos selectivo, propiciado por excesiva explotación y la corrupción de los últimos años. La Marbella de Soraya, Kashogui, Ira de Furstenberg, Sean Connery, la “beautiful people” de los ochenta y las noches del Mau Mau ha cedido paso a un conglomerado de guardarropía en el que en vez de Pepe Moreno reina Dinio, y en vez de Isabel Preysler es Belén Esteban la que acapara los focos. De modo que incluso los gestores del posgilismo parecen haberse dado cuenta de que es menester un poco de autobombo para que Puerto Banús no acabe convertido en un Torremolinos con yates.
Y a falta de mejores glorias, van a echar mano de Superjulio, que siempre es cortés, amable y agradecido. Durante años nadie se atrevía a poner siquiera en duda el reinado de la Costa del Sol como principal destino de ricos y famosos. Este punto neurálgico ha sido siempre uno de los que más personajes públicos por metro cuadrado congregaba cada año, hasta que los escándalos y la masificación la sumieron en un letargo que ha durado hasta hace bien poco. En estos momentos, Marbella, que está intentando resurgir cual Ave Fénix de sus cenizas, ha de compartir ese liderazgo con otro lugar emblemático: Ibiza, la isla por excelencia y con Mallorca.
La ciudad siempre estuvo ligada a Alfonso de Hohenlohe y Gunilla Von Bismark. No puede hablarse de Marbella sin hacerlo de estos dos veteranos, encargados de mantener el glamour de la ciudad en cotas lo suficientemente elevadas como para congregar a lo más granado y exclusivo de la jet set veterana y con elevado poder adquisitivo. Todos ellos marcan en rojo en su calendario los eventos de una ciudad que ha despertado para brillar al estilo de otras épocas doradas, gracias en parte a la visita de Michelle Obama hace dos años, y la ayuda de celebrities como Eva Longoria y Antonio Banderas, al que han llegado a calificar del nuevo Alfonso de Hohenlohe.
Familias de larga tradición
Algunos de los famosos que descansan en Marbella lo hacen por tradición. Tal es su fidelidad que esta zona de la Costa del Sol ha llegado a formar parte de los momentos más importantes de su vida. Es el caso del clan Goyanes Lapique. Salvo excepciones –la boda de Caritina en Ibiza o las vacaciones de ese mismo año-, Cari y los suyos han veraneado en la ciudad malagueña, en una casa propiedad de la familia. De hecho, aquí fue donde se casó con Carlos Goyanes y donde también lo hizo, este mismo verano, su hija Carla.
La tradición manda y otra de las que la siguen a rajatabla es Anna Gamazo Hohenlohe. Fiel a la costumbre familiares de veranear en Marbella, tanto ella como su marido, el empresario Juan Abelló, siempre disfrutan de unos días de asueto en la casa que posee la empresaria en la ciudad, y que tantos quebraderos de cabeza le supuso a raíz de las mediciones de sus parcelas con las de la baronesa Thyssen, su vecina, hace ahora cuatro años.
Comparable a la larga tradición marbellí de los Hohenlohe y a la de los Rothschild es la de los Ortiz-Bismark. Gunilla y Luis han sido, durante años, la imagen más representativa de Marbella. El nombre de la ciudad estaba ineludiblemente ligado a ellos y no había evento aquí que no contara con su presencia. Su hijo, Francisco Ortiz, continúa con la tradición familiar que, aún hoy, siguen respetando sus padres.
Julio Iglesias es otro de los fieles a la Costa del Sol. De hecho, aquí fue donde se casó con Miranda Rijnsburguer y aquí posee varias propiedades, como muchos otros artistas veteranos del panorama nacional. En su caso, dispone de una finca que le compró en su día a Curro Romero.
El sureño Antonio Banderas es un incondicional de su tierra y también en esta época –además de en Semana Santa- se deja caer por ella, junto a su esposa Melanie Griffith e sus días felices, y el resto de la familia. Aquí tiene una finca que compró hace 14 años a los herederos de la periodista Encarna Sánchez y de la que disfruta con mayor tranquilidad desde que el año pasado consiguiera evitar el derribo de una parte de la vivienda.
La aristocracia también es fiel a la Costa del sol. Desde la familia real saudí, cuyos yates atracados en Puerto Banús ya forman parte de la imagen de Marbella –y cuyas descendientes del rey Fahd protagonizaron una multitudinaria y lujosa despedida de soltera a finales de julio-, a la famiia Alba –aquí tiene propiedades y reparte sus vacacionse entre San Sebastián, Ibiza y Marbella- pasando por la baronesa Thyssen, que este año ha preferido acercarse, aunque sólo sea físicamente, a su hijo Borja y ha optado por veranear en Ibiza.
Carmen Martínez-Bordiú e Isabel Preysler han dejado paso a nuevas generaciones que luchan para que Marbella recupere todo su esplendor. Entre ellos se encuentran Eva Longoriay Eduardo Cruz, la modelo María José Suárez –que ha cambiado Ibiza por Marbella-, Beatriz Mira, Álvaro Fuster, Maribel Verdú, Aitana Sánchez Gijón, familias de toreros como las de Manuel Díaz El Cordobés y Fran Rivera, Alejandro Agag y Ana Aznar.
Los millonarios rusos
Marbella Club es el santuario de la Jet por excelencia. La nostalgia pincela cada una de las flores de sus jazmines y eso a las marcas de postín les atrae como si fueran abejas. Pero los antiguos residentes de la jet tradicional, la misma que en invierno esquía en los Alpes o se baña en Miami, la autentica de Marbella, sigue prefiriendo a la aristocracia de siempre a los eventos de los nuevos ricos rusos con dinero de oscura procedencia, dispuestos a comprar todo lo que se ponga a tiro, en un enloquecido frenesí inversor.
Algo ha cambiado en el sentido del verano como escaparate. La jet-set tiende a disolverse como corporación de ricos ociosos amantes de la “dolce vita”, y los verdaderos famosos se parapetan cada vez más en su reforzada intimidad ante un ejército de papparazzis que ataca con medios progresivamente sofisticados en su tecnología. Así las cosas, en las urbanizaciones de la Sierra, en Guadalmina o en Sotogrande los ricos organizan cenas de jardín lejos del alcance de miradas indeseables.
Mientras, en Puerto Banús se forma cada noche un atasco apocalíptico para comprar camisetas de lamé a cien euros y moda “fashion” a precios de Costa Azul, y las hordas de veraneantes en calzón corto se hacen fotos ante los yates con la esperanza de que aparezca en el encuadre algún famoso de andar por casa. Y en el muelle principal, donde años atrás atracaba el “Cristina” de Onassis o el “Nabila” de Kashogi, hay yates de segunda mano del tamaño de portaviones, en cuya popa cenan nuevos ricos del Este de Europa sentados en sillas de camping ante mesas de plástico compradas en el hipermercado.
Ibiza, la isla que nunca duerme
La exclusividad y el lujo minimalista, que se cotizan con cifras cada vez más escalofriantes, tienen como centro neurálgico Ibiza. Atrás han quedado aquellos veranos en los que Marbella y la Costa del Sol eran el destino escogido por la jet set nacional e internacional. La frívola simbiosis entre fama y dinero han dejado a esta zona al borde de un ocaso que, a día de hoy, intentan mitigar algunos famosos fieles a sus hoteles, restaurantes, discotecas y playas. Sin embargo, el poder y el saber hacer de la familia del exministro Abel Matutes han convertido a la isla pitiusa en un imán para atraer a un turismo donde el dinero es la llave hacia un paraíso real al que sólo unos pocos -afortunados, nunca mejor dicho- tiene acceso.
Ibiza es la isla por excelencia, donde celebrities nacionales e internacionales se desplazan en verano para disfrutar de sus fiestas y sus paisajes paradisíacos. A lo largo de julio y agosto la población se multiplica reuniendo en sus aguas lo mejorcito del panorama social.
Pese a tener competidoras de la talla de Marbella o Mallorca, sus visitantes siguen año tras año fieles a su encanto: playas desiertas, silenciosas calas, puestas de sol de ensueño, etc. Y es que la isla pitiusa es uno de los paraísos terrestres más frecuentados desde hace más de veinte años.
El perfil de turista ibicenco suele ser el del famoso joven y adinerado deseoso de descansar durante el día en las playas de blanca arena y disfrutar de sus fiestas por la noche. Arancha de Benito, Alejandra Prat, Jorge Fernández, Mar Saura, todos llegan buscando lo mismo: su mezcla de transgresión, relax y diversión.
Entre los incondicionales de Ibiza se encuentran numerosos niños ricos, ‘hijos de papá’ que disfrutan del verano en la isla sin preocuparse del dinero que allí despilfarran. Borja Thyssen y su mujer Blanca Cuesta son uno de los rostros más habituales. No es raro encontrárselos en el puerto, listos para embarcarse en un lujoso yate y perderse en las aguas cristalinas de la isla.
Mallorca, el refugio de los royals
Además de Ibiza y Marbella, reinas indiscutibles dentro de los destinos turísticos españoles, las Baleares cuentan con otro lugar igualmente mágico, donde los famosos aprovechan para descansar y relajarse bajo el sol del Mediterráneo.
Pese a tratarse de un destino menos conocido, Mallorca es una isla donde la tranquilidad y el relax están asegurados. Además de las ensaimadas y la sobrasada, Mallorca es una isla que siempre ha estado relacionada con el turismo de lujo. Basta con echar un rápido vistazo al puerto para ver la cantidad de yates blancos que tiene o pasearse por el elegante hall del hotel La Residencia. Michael Schumacher, Elle McPherson y Francois-Henri Pinault y Salma Hayek, ya hablan en todo el mundo de las maravillas de esta nueva Costa Azul española.
Pese a que casi todos los turistas que llegan a la isla son extranjeros, el turismo nacional está muy bien representado por la Familia Real. Los Borbón son fieles visitantes de la isla desde hace años, donde aprovechan para practicar su deporte favorito, la vela.
Entre los VIP extranjeros que visitan Mallorca, los más queridos por los mallorquines son Michael Douglas y Catherine Zeta-Jones, quienes promocionan siempre la isla en Estados Unidos e Inglaterra. Los actores, que tienen una casa en un lugar privilegiado sobre la costa, entre Valldemossa y Deià, están muy integrados en la isla y aprovechan siempre para jugar al golf con las amistades que tienen allí.
Una de las “celebrities” que conoce bien Mallorca es la top alemana Claudia Schiffer. La teutona puede presumir de tener en la isla una mansión de medio millón de metros cuadrados, en una cresta de peñas. La casa está en el Cap Andritxol, en Camp de Mar, al lado de una torre medieval que sirvió para avistar piratas.
Otro alemán que veranea en isla es el ex tenista Boris Becker. Y es que, al igual que su compatriota la modelo Claudia Schiffer, el deportista es propietario de una de las mansiones más impresionantes de la isla.
Menorca, paraíso familiar
Menorca, declarada reserva de la biosfera por la UNESCO en 1993, es otro de los lugares preferidos por los VIP para perderse por sus playas y desaparecer durante una temporada. La isla es, sobre todo, destino de famosos nacionales que acuden allí junto a sus familias: los Aznar, Raúl González y Mamen, Martina Klein y Alex Corretja o Patricia Conde.
Los visitantes habituales se caracterizan por su perfil conservador y austero, alejado de los despilfarros de Marbella o Ibiza. Por eso, Menorca es el destino ideal para familias numerosas que desean pasar unas largas vacaciones sin desembolsar grandes cantidades de dinero.
Famosos como los cantantes Ana Belén, Víctor Manuel o Joan Manuel Serrat, gozan de casas en la ribera derecha del puerto de Mahón, mientras que los periodistas Iñaki Gabilondo o los hermanos Milá, Mercedes y Lorenzo, descansan en las casas familiares que tienen en la isla.
Formentera, el destino emergente
Esta pequeña porción de tierra se ha convertido estos últimos años en un destino emergente de VIP nacionales e internacionales, como Raquel Sánchez Silva, la modelo Kate Moss o el diseñador Marc Jacobs, que, enamorados de sus paisajes salvajes, no han dudado un momento en ir hasta allí en compañía de los suyos. Y es que Formentera poco tiene que envidiar a sus “hermanas mayores”, ya que, al igual que Ibiza, conserva el ambiente hippy de los setenta.